03. ARTISTAS (Ángel Saiz Mora)
Aprovechó la ausencia para penetrar en aquel ecosistema al que tenía prohibido el acceso, temerosa de que ella pudiese aparecer en cualquier momento, dado lo imprevisible de sus horarios.
La mujer esquivó un sándwich mordisqueado. Era imposible no pisotear la ropa que enmoquetaba el suelo. Se sentía vigilada por peluches oscurecidos de polvo, aunque allí, lo que reinaba, era una jauría de hormonas.
Trataba de comprender ese dormitorio vandalizado al evocar su propia adolescencia rebelde, también por los genes del padre de la muchacha, un pintor cuyo estudio era puro desorden, poco afable en el trato, pero que siempre demostró cariño sincero con hermosos gestos. Le echaba mucho de menos.
Su expedición rozaba el fracaso, sin indicios sobre por qué su hija se había dedicado a observarla atentamente durante las últimas semanas. Un papel sobre la colcha le mostró los mismos ojos expresivos que veía en los espejos, la sonrisa tierna con asomo de arrugas. Un derroche de realismo y talento.
Logró salir de la habitación anárquica, donde también anidaba la brillantez. Dejaría sus emociones para mañana, cuando, con toda probabilidad, por su cumpleaños, la joven le entregase el soberbio retrato para el que había posado sin saberlo.
Ay ay ay, esa curiosidad irresistible que tenemos muchos seres humanos conjugada con la natural preocupación de una madre ha llevado a tu protagonista a desvelar antes de tiempo esa bonita sorpresa que le preparaba su hija. Menos mal que, después de tanta práctica con el Ratoncito Pérez, los Reyes Magos y demás, las madres también tenemos una desmesurada capacidad teatral que, intuyo, pondrá en juego cuando reciba el regalo.
Y digo «tenemos» porque yo misma me he encontrado en más de una situación como la que describes y he logrado salir airosa del trance. Y todos contentos.
Me encanta el micro, Ángel, esa belleza que se esconde en el doblemente caótico reino de una artista y además adolescente.
Un abrazote y mucha suerte.
Padres y madres han de convertirse en expertos en más de un oficio, entre ellos, el de actor, si las circunstancias así lo aconsejan. La adolescencia pone a prueba la paciencia a cualquiera, hasta al santo y paciente Job, pero qué más podría decirle a una madre que ya no sepa.
Muchas gracias y un abrazo, Ana María
La vorágine perfecta de emociones, doy fe de ello, Ángel. Sorprendente ese final, esa última frase es brillante.
¡Abrazo!
Madre, hija y adolescencia, un trío de elementos que han de congeniar, pero no siempre fáciles de encajar, por el cúmulo de emociones que flota en el ambiente, a veces contradictorias y cambiantes.
Muchas gracias, Aurora.
Otro abrazo para ti
Ay, ¡¡la adolescencia!! Se podrían escribir millones de líneas al respecto, pero tú en unas pocas has descrito perfectamente las emociones y los sentimientos tanto de una madre como de una hija. Personalmente, como madre de adolescentes que soy, me he sentido identificada en gran parte. El giro final es buenísimo y deja una sonrisa en los labios. Enhorabuena Ángel 🙂
Adolescentes lo hemos sido todos antes de la edad adulta, padres y madres de alguno/a, también en muchos casos. Es una etapa complejísima, que requiere una enorme paciencia, comprensión y pedagogía. No hay manual de instrucciones ni dos casos iguales, por eso es tan difícil, cuando, además, entra en juego el componente emocional.
Me alegra que te guste, Sara.
Muchas gracias y un abrazo
Ángel, quiero pensar que el orden y la limpieza es cuestión más de educación que de genes. Luego está el factor humano, que ante un mismo estímulo cada cual actúa de forma diferente. Espero que sea una etapa más en su desarrollo. Esa niña caótica puede crear belleza, muchos artistas también han sido caóticos, quizá tengan relación el caos y la capacidad de crear. Tu relato da mucho en que pensar.
Dicen que en la vida no se puede tener todo. Personalmente, pienso que el orden es algo esencial para cualquierw, pero también es cierto que si hay algo transgresor es el arte.
Gracias por leer y comentar, Rosa.
Un abrazo
La expedición al cuarto de un adolescente es siempre un acto de riesgo, puede provocar espanto y unas ganas enormes de gritar. Aunque todos hemos pasado por esa etapa, como padres nos cuesta comprender ese estado emocional tan conflictivo que se proyecta también en la habitación del adolescente. Pero como es el caso, si entre el desorden se encuentran pruebas de talento, mejor retirarse a tiempo y disfrutar de la sorpresa. Un relato estupendo con un destacable final. Muchas suerte y un abrazo, Ángel 🤗
Esas habitaciones pueden ser un mundo en el que el orden ni existe ni se le espera, pero como sucede con tantas cosas, siempre hay algo bueno que rascar de cualquier persona o situación, aunque a veces haya que buscar a fondo.
Muchas gracias, María José.
Un abrazo
El genio emerge, muchas veces, de entre el caos y la locura, y debemos estar atentos para intentar detectarlo en lugar de tacharlo de pirado simplemente porque no lo entendemos. Enhorabuena, Ángel, una vez más. Un abrazo, amigo.
Es muy cierto. Lo diferente causa reparo de entrada. De un caos en apariencia ireesoluble, puede sacarse algo que nos sorprenda. Nunca hay que cerrar la puerta ni la esperanza a nada mil gracias, Puri.
Un qbrqzo
El primer choque que vemos en esta historia es el generacional, con esa concepción distinta de cómo tienen que estar las cosas, pero al poco aparece también el de dos mentes estructuradas de forma diferente, en el que llama la atención el potencial creativo de la hija, proyectado en forma de caos en cuanto le rodea, y del que seguramente se nutra su faceta artística. Hay brillantez, desde luego, en el universo de esa adolescente, pero también en la capacidad de comprensión y tolerancia de su madre. Precioso relato, Ángel (con final marca de la casa), que encaja además perfectamente en el tema de la convocatoria. Mucha suerte con él y un abrazo.
Distintas generaciones y distintas mentes, pero unidas por el cariño y los detalles a pesar de sus diferencias. El caiño verdadero late dentro, lo supera todo y acaba por salir. A la madre, que ha vivido más, es a quien le toca aplicar una comprensión que difícilmente encontrará en el otro lado. Cuando pasen los años esa adolescente actual será de.otra manera.
Muchas gracias por tu lectura y tus palabras, Enrique.
Un abrazo
Ángel, me ha encantado como cuentas esta historia, que puede resultar cotidiana, pero sacando belleza del caos.
Muy emotiva y además encaja perfectamente con el Rame.
Un abrazo y suerte.
No es necesario irse muy lejos ni crear otros mundos, en el día a día y en lo más cercano tenemos un universo de posibilidades.
Muchas gracias, Rosalía.
Un abrazo
Hola, Ángel.
Creo que has hecho una interpretación del término RAME estupenda. Me ha parecido un relato lleno de sensibilidad al que suma mucho tu forma de narrar elegante a la par que sencilla. Mi más sincera enhorabuena, mi apreciado tocayo.
Un abrazo.
La vida ya está bastante enrevesada para que la compliquemos más. Podemos intentar ser algo profundos, pero también claros y asequibles. Si te ha gustado ya me doy por satisfecho.
Mil gracias, tocayo
Un abrazo
Una preciosa sorpresa para ambas, la de descubrirse mutuamente. No sé si es madre va a poder mantener mucho tiempo en secreto, lo que acababa de ver y averiguar.
Un relato entrañable, Ángel, lleno de pinceladas de amor en ambas direcciones. Abrazos querido amigo.
Todos sabemos que no es nada fácil mantener un secreto sin que algo se escape, o al menos, guardar las formas para que no se note que se sabe lo que se sabe, en especial a la hora de no estropear el esfuerzo ajeno. Todo sea por la armonía familiar y por ese amor que, tenga la forma que tenga, no debería faltar nunca.
Muchas gracias, Mercedes
Abrazos