81. AZUL (Amparo Martínez)
Pinto un corazón azul. Azul sonriente, vivo, casi cálido. Azul cielo despejado, mar en calma. Azul protector, hogareño. Azul abrazo, besos, caricias … “¡Basta!”, grita mi hermana Olga. “Di azul celeste, turquesa, marino… ¡Qué más da! ¡No necesito que me escenifiques tu azul maravilloso!”.
Según papá, Olga no es borde, es intelectual, y yo, introvertida. Ser introvertida no es malo, repite papá (cuando es papá). Mamá no dice nada. Mamá está, ¡siempre está!
Aunque soy introvertida, leo en alto. Papá sonríe o llora y Olga protesta. A veces, también escribo y dibujo en alto. El corazón azul no es un dibujo, es el cuento de una escritora polaca, pero Olga no lo sabe. Ella cree que pinto cuando digo que pinto. A mí me gusta engañarla. A papá nunca le engaño. Papá no se deja engañar ni tocar. Papá habla, ríe, grita y, a veces, se mueve como un títere viejo. Mamá y yo le miramos, Olga, no. Mamá tiene la mirada despejada, en calma… Mamá es distinta: nuestro punto y a parte de carne y hueso (más hueso que carne). Mamá es los ojos de Olga, mis piernas y el alma de papá. ¡Mamá es azul!
Diría que es amor azul dibujado en tu mirada y lo cuentas de manera maravillosa. Me encantó.
Un gran abrazo querida amiga y mucha suerte.