33. BUENAS COSTUMBRES
Mi infancia y la de mis hermanos están llenas de recuerdos prohibidos. Nuestra madre insistía en que ciertas diversiones eran exclusividad de las mujeres de la casa. Pero nosotros, que habíamos salido rebeldes, barríamos a escondidas, nos colábamos en la cocina a fregar los platos a la hora de la siesta y fantaseábamos con pasar el día entre fogones.
Merecía la pena arriesgarse, pero el castigo si nos pillaba era cruel. Nos mandaba a jugar al fútbol en el jardín y, cuando ya teníamos las botas embarradas, nos hacía entrar por la puerta principal y ponerlo todo perdido de fango. Recuerdo las risas de mis hermanas limpiando de rodillas el salón y las escaleras mientras nosotros las mirábamos con envidia, sin nada divertido que hacer el resto de la tarde.
El día que mamá nos descubrió tendiendo las sábanas al sol se enfadó tanto que nos amenazó con contarle nuestro vicio a todos los amigos. Ya nos podíamos olvidar de encontrar una novia como Dios manda, menudas eran las chicas de nuestro pueblo.
Pero nos corregimos a tiempo y nos casamos los tres. Y así seguimos. Apartados de las tareas domésticas, honrando su memoria, aguantándonos las ganas.
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Vaya mundo al revés has dibujado, en el que las buenas costumbres resultan ser lo peor y viceversa. Qué apañados hubieran sido estos hombres si hubieran seguido igual al alcanzar la edad adulta.
Un relato cargado de fina ironía, en el que se refleja la importancia de la educación y el ejemplo recibidos desde la más tierna infancia. Muchos e interesantes son sus ingredientes: no deja indiferente, provoca una tierna sonrisa, late en él una justa reivindicación y hace pensar.
Un abrazo grande, Asun
Es hora de acabar con esas ¨buenas costumbres¨ a las que me refiero en el relato. La educación sexista ha hecho (y aún hace) mucho daño. Por fortuna, ya cada vez son menos las familias que las ponen en práctica.
Un beso y buenas vacaciones, Ángel.
Hola, Asun.
Qué pena que los únicos tres, que iban a ser simiente nueva, hayan quedado en lo que han quedado.
Es genial tu micro, madame.
Un abrazo inmenso y mucha suerte.
Me alegro muchísimo de que te haya gustado, encantadora de abejas.
Besos y gracias por comentar.
Muy buen relato, Asun! Le has dado una ingeniosa vuelta a la realidad en este relato que parece jugar contigo hasta el mismo final. Mola!!
Suerte y besos!
Feliz de que te parezca una idea ingeniosa. Para mí no hay mejor piropo literario.
Besos y gracias, Salva.
Asun, me ha gustado mucho tu relato, es original y tiene mucha miga o hilo par ahilar. Muchas felicidades y suerte.
Besicos muchos.
Muchas gracias, Nani.
Jajaja.
Muy bueno, Asun.
Menudo enfoque original al hecho de realizar las tareas de la casa.
Un homenaje al esperpento, al mundo distorsionado.
Felicitaciones.
Me gustan los enfoques diferentes, la originalidad!!
Un abrazo.
Gracias, Amparo. Me alegro de que te haya gustado.
Un abrazo y gracias por comentar.
Creo que es jugar con ventaja, pero si después de leer tu relato miras a todos esos hombres que pasan el día tumbados en el sofá, te das cuenta de que se están aguantando las ganas de hacer faenas, jajajaj. Me gusta y me divierte mucho esta corrosiva crítica de la sociedad machista. Veo material además como para hacer con él un corto cinematográfico de gran efecto.
Enhorabuena y mucha suerte con él, Asun.
Un fuerte abrazo.