6. Cortando por lo sano (Francisco Javier Igarreta)
Años atrás había sido un barrio comercial, pero la rápida expansión de la ciudad lo abocó a un progresivo declive. A estas alturas resultaba sorprendente que alguien se arriesgara a instalarse allí. Por muy “innovador’ que fuese el proyecto en ciernes. Sin embargo, un individuo con ínfulas de visionario, parecía haber descubierto el ave fénix en un ruinoso almacén incendiado en extrañas circunstancias.
Tras una reforma integral, concedió un periodo de puertas abiertas. La gente acudía intrigada y se dejaba seducir por el metafísico atractivo de aquel espacio vacío. La deslumbrante ausencia de todo les liberaba del acuciante acoso de las cosas, permitiéndoles percatarse de la presencia del otro. Algunos, incluso se encontraron a sí mismos. “Hay que vivir la experiencia” se convirtió en algo más que un slogan y aumentó la demanda de sentirla. Sin embargo, a los pocos días el local fue clausurado sin contemplaciones. Un documento del Departamento de Usos y Actitudes señalaba “que aquel peligroso montaje woke, fomentaba tendencias atentatorias contra la sociedad que con sumo esfuerzo formamos entre todos. Aunque, de momento, parecía algo incipiente y cosa de frikis, se hacía preciso echar por tierra un posible nicho de negocio”.
Lo correcto no es lo que a uno le parece y, seguro, que le vmconviene, lo más natural y sencillo, sino la idea de consumo, estar receptivo a los mensajes que nos envían, a lo que quieren que hagamos, que nadie piense por sí mismo, es más fácil que todo esté dirigido en torno a determinados intereses y no otros.
Un relato para la reflexión, desde una aparente sencillez conduce a algo más profundo.
Un abrazo y suerte, Javier
Muchas gracias por tu comentario Ángel, me alegra que hayas sintonizado con el sentido de mi relato. Como dices es difícil salirse de lo que nos presentan como correcto, pero vale la pena intentarlo porque a veces se lleva uno agradables sorpresas. Un abrazo.
Me ha parecido una alegoría buenísima tu relato Francisco. Nada menos que una iniciativa que atenta directamente contra la sociedad de consumo y el capitalismo que nos tiene bien amarrados .
Y la frase de que algunos se encontraron a sí mismos es una genialidad . Efectivamente solo si fuéramos capaces de despojarnos de todo lo que no necesitamos seguramente veríamos el mundo y a nosotros mismos con más claridad.
¡Enhorabuena !
Muchísimas gracias por tu generoso comentario, Gema. Me alegro mucho de que te haya gustado. Un abrazo.
Pues habrá que volver a poner en marcha ese espacio. Que nos sobran demasiadas cosas y andamos escasos de encontrarnos. Muy bueno, simbólico y profundo.
Un abrazo y suerte.
La verdad es que conviene pararse de vez en cuando y ensayar un cierto desprendimiento. Sobre todo teniendo en cuenta la enorme desigualdad en que nos movemos. Muchas gracias por tu comentario, Rosalía. Un abrazo.
En este caso, lo incorrecto para algunos seguramente haya sido lo más procedente para otros. Original planteamiento. Da qué pensar.
Sí, así suele pasar con relativa frecuencia. Muchas gracias por tu comentario, Edita. Un abrazo.
Muchas ideas en el texto. Me gusta mucho esa frase (la copio) «contra la sociedad que con sumo esfuerzo formamos entre todos», ese con sumo que parece consumo (junto) también. Es cierto que desde los 90 hasta hoy están apareciendo muchas ruinas de centros comerciales. Saludos.
Muchas gracias por tu comentario, Pablo. Un abrazo.