25. CUANDO EL DESEO LO EXPLICA TODO (Petra Acero)
¡Seguro que tiene una explicación científica! Hoy en día todo tiene una explicación científica, matemática, médica o artística. Nada es ¡porque sí! Incluso las diferentes religiones ofrecen su interpretación a mutaciones como la que acuno entre mis brazos (en beneficio propio, ya lo sé, pero explicación al fin y al cabo). Cualquier bebé surge de la fusión de dos gametos; del resultado de dos sumandos; del éxito de la tercera inseminación artificial. Hasta aquí, explicaciones lógicas y asumibles. Pero, ¿quién me explica estos ojos achinados y esa boquita de geisha? Mi mujer y yo somos blancos. ¡Ay cuándo se despierte¡ Nos han engañado como a chinos, asiáticos, amarillos o como cojones haya que llamar (de la forma más políticamente correcta) a los de tu raza. Porque, chiquitina, tú no puedes ser hija nuestra, por mucha mutación amarilla que… ¿Esa sonrisita es para mí? Pero, ¡qué preciosa eres! Igual a mi mujer no le importa el color ni… ¡Uy, un bostezo! ¿Tiene hambre mi niña bonita? Tal vez, ese amarillo-oro de tu piel sea la explicación artística que me faltaba por encontrar. Cuando tu mamá despierte de la anestesia y te conozca, será la mujer más feliz del mundo. ¡Seguro!
Que el poder de una sonrisa que se dibuja en la boquita de una mini geisha, sea más grande que el de las dudas, es un tema estupendo para un relato amarillo. Amparo, mucha suerte.
Y un beso.
Gracias, Paloma. Creo que un niño (como cualquier cachorro) es algo tan puro, tan delicado, tan vivo, tan real y prometedor. Un ser que enternece y te hace sentir bondadoso, mejor persona. Creo que sacó lo mejor que llevamos dentro. O así tendría que ser.
Un abrazo grandeee
Ja, ja, ja… Amparo, me encanta tu micro, y su protagonista, qué dulce e ingenuo. Cuando su mujer despierte se sorprenderá fijo, y se acordará de alguien, vaya si lo hará. Mucha suerte y un besote grande.
Hola Rosy!!!
Sí, sí. Él se ha ilusionado con su nueva hijita «china», veremos a ver qué opina su mujer. Yo espero que le pase igual que a él…
Muchas gracias por tus palabras!!!
Un besazooo
Genética aparte, una hija lo es con todas las consecuencias cuando así se asume. Pese a sus recelos iniciales, tu protagonista se ha dejado conquistar, tanto que seguro que se le termina olvidando ciertos detalles. Se le podría aplicar algún adjetivo poco amable, pero yo prefiero verle como un buenazo.
Un relato en el que se pasa de una indignación cercana a la xenofobia, a la ternura más natural, en un giro en el que lo que podemos imaginar es decisivo, pero no importante. Una buena muestra de que «el deseo lo explica todo», como también el cariño todo lo supera.
Hola, Ángel.
Cuánta razón llevas. Sentir la paternidad tan esperada, tan deseada le hace autoconvencerse de que hasta el color, los rasgos, la raza, todo es secundario y explicable antes de renunciar a esa hija conseguida tras 3 inseminaciones artificiales.
La ternura de un bebé. El deseo de dar protección y cariño. El premio de una sonrisa. ¿Quién puede renunciar a eso? Este protagonista, ¡¡no!!
Un abrazooo grande, Ángel.
¡Lo que no consiga la sonrisa de un bebé! Sea del color que sea.
Suerte, Amparo, y beso.
Hola, Rafa!!!
Exactamente. ¿Quién puede despreciar ese gesto? Este personaje cae rendido ante él. El deseo de sentir esa paternidad tan buscada… no la quiere perder por nada.
Un abrazooo para ti.
Y muchas gracias por comentar 🙂
Oyoyoyoyoyoyoyy… Me ha en-can-ta.do. No lo he leído, lo he vivido. Mucha suerte con él.
Saludos.
Jajaja. Muchas gracias, Nuria. Algunas veces, vemos las cosas como queremos verlas, y nos las explicamos cómo nos conviene…
Un abrazooo!!!
Sobran las explicaciones ante la sonrisa de un bebé.
Abrazos de verano.
Qué tierno relato amiga, su ternura excede lo que podamos pensar pues como dicen algunos: Si está en mi corral es mío.
Aquí será tras el apellido suya sin duda, ¿quien puede rechazar esa sonrisa?
Un gran abrazo querida amiga.
Cuando nace un bebé y le vemos esa carita sonriente, se nos olvida todo lo que hemos pasado hasta llegar aquí, incluso las dudas al ver sus rasgos y su color amarillo.
Muy buena historia, Amparo. Te deseo mucha suerte.
Besos apretados.
Ideal que el padre encuentre esa «explicación artística» al color de la piel de la niña. Si el padre lo ve así, seguro que la madre no va a ser menos. Como dices muy bien en el título «El deseo lo explica todo». Una apuesta muy tierna de color amarillo. Suerte, Amparo, con un beso desde Pamplona.