19. CUENTOS DE AMOR (A. BARCELÓ)
Dijeron que se querían muchísimo, pero problemas de toda índole habían ido erosionando su relación.
Cuando todo empezó a desmoronarse, intentaron no hacerse daño respetando lo mucho que tenían en común. Los buenos propósitos no tardaron en desaparecer: los halagos se convirtieron en insultos; las buenas palabras se tornaron reproches, acusaciones y amenazas. Comenzó una escalada de odio que parecía no tener fin.
Dicen que lo peor llega cuando deja de importar, cuando aparece la indiferencia y ya no se siente ni frío ni calor. En su caso, eso también estaba previsto, había llegado el momento de la reconciliación para poder seguir haciendo caja. Claro que, si no funcionaba, pasar página también podía resultar rentable.
Para que sobrevenga el desamor primero tiene que haber llegado el amor, o lo que se pensaba que era. El proceso posterior es común en muchos casos, debe resultar fácil caer en reproches. Hasta ese momento tu pareja protagonista no es muy diferente a otras muchas. Las dos últimas líneas marcan la diferencia. Pertenecen a esa minoría del mundo de las celebridades que no tienen apuro de vender sus problemas sentimentales, aunque terminen siendo puro teatro. Hay personas que viven de ello porque otras están dispuestas a comprar este producto ficticio.
Un relato que, como indica el título, se compone de «cuentos», en el sentido de puras invenciones, un juego de apariencias, aunque en su conjunto reflejan una realidad con la que convivimos a diario. Hay muchas formas de ganarse la vida y gente para todo.
Un abrazo y suerte, tocayo
Hola, mi estimado Ángel.
Es muy cierto eso que apuntas de que para que exista el desamor primero ha tenido que existir el amor, pero en el caso que yo explico no es así. Tristemente se trata de algo que no es para nada nuevo, de hecho la historia está plagada de «cuentos» de amor que no son sino meros acuerdos mercantiles.
Apuntas con tino, como siempre, a que vivimos en un mundo en el que por desgracia sobran ejemplos de vivir de las apariencias, no hay más que ver las redes sociales. Y también es más que cierto que hay gente dispuesta a todo siempre que el beneficio sea interesante, que lo es, porque hay mucha gente dispuesta a dejarse encandilar por esos fuegos artificiales.
Gracias, una vez más, por dejarme tus impresiones que siempre son para mí un tesoro impagable. Un cálido abrazo, querido tocayo.
Evidentemente, esta pareja tiene un concepto distinto al lo que el resto de los mortales conocemos como «cuentos de amor», porque no sólo fueron cubriendo todas las instancias del amor al desamor sino que le buscaron el lado «redituable», y a lo de «pasar página», podría decirse que también le encontraron la vuelta, no sólo para ellos, sino para los diarios y revistas de chismes… Entre nos, me terminó de avivar tu tocayo de que se trataba de famosos; mi interpretación había sido más literal y bucólica, se ve que el clima veraniego me ha relajado la cabeza en exceso, jaja…
Sea como sea, querido Barceló, siempre es un placer leerte.
Besotes😘😘😇😇
Hola, Mariángeles.
Bueno, quizá yo, al principio del relato, he jugado un poco al despiste. Ese «dijeron que se querían muchísimo», aunque qué otra cosa podían decir si pretendían vender un romance.
El mundo del «famoseo» que vive de inventos existe, y lo hace porque, como bien apunta Ángel, tiene su mercado, perfectamente orquestado en los mass media. Yo no vengo a criticar, simplemente relato, cada cual que saque sus propias conclusiones.
Para mí sí que es un verdadero placer recibir tus comentarios.
Besos angelicales también para ti.
Hola, Ángel. Me encantó tu relato que comienzas con ese “Dijeron” que lo relativiza todo, y luego cuando dices “eso también estaba previsto” vemos que la relación siempre tuvo unas sólidas bases comerciales. Retratas la realidad que vemos todos los días y por más que para muchos tales historias nos sean completamente ajenas e indiferentes, los medios nos las imponen de todas formas porque tienen su público que ellos saben que está ahí desde las tricoteuses de la guillotina.
Un abrazo y ¡Suerte!
Hola, Jorge.
Gracias por tu valoración. Me preguntaban hace poco en qué se inspira uno para escribir y yo respondí que en cualquier cosa.
Es significativo que esto que narro se haya convertido en eso, cualquier cosa y que sea cotidiano ver como algo que se supone una relación íntima y personal se convierte voluntariamente por parte de sus actores en un cuento que puede estar en boca de cualquiera.
Un cálido abrazo y mucha suerte para ti también.
Qué bien nos has engañado con ese bonito título, Barceló: «Cuentos de amor». Genial.
Nos leemos.
Hola, Isabel.
Verdad que parece increíble cómo puede cambiar un cuento dependiendo de como se cuente.
Un cálido saludo.
Lo tenían todo pensado esta parejita, incluido un plan de reconciliación para hacer frente al tedio de la indiferencia. Menuda manera de ganarse la vida o de desperdiciarla, según se mire. Bien podría ser el cuento de nunca acabar. Genial, muy ingenioso, Ángel.
Abrazo
Hola, Aurora.
Ya ves que hay gente para todo y formas de ganarse la vida muy chocantes.
Gracias por tu amable comentario. Un cálido saludo.