CUNCA 2024 R3 E4
MIGUEL ÁNGEL CEJUDO
Los participantes aquí señalados tendrán que publicar en el espacio reservado a los comentarios de esta entrada del blog, un relato INÉDITO de un máximo de 105 palabras (título y referencia obligada de la calle no incluidos) antes de las 20 HORAS (hora local española) del JUEVES 21 DE NOVIEMBRE cumpliendo UNA ÚNICA CONDICIÓN:
Inspirados por el nombre de la RÚA CIMA DO LUGAR de Arzúa, os invitamos a que vuestro relato se desarrolle parcial o totalmente en un escenario que sea conocido como
CALLE de la CIMA DEL LUGAR
La importancia y relevancia del lugar o su referencia en el contenido de la historia queda abierto a vuestro criterio, pero será OBLIGATORIO que aparezca explícitamente nombrada (EN MAYÚSCULAS para su más cómoda identificación).
No cumplir estas condiciones supone la descalificación.
Una vez publicado no habrá posibilidad de corregir ni reeditar.
Tras la publicación de los dos relatos se activará en esta misma entrada el enlace a un formulario para la Votación Popular que permanecerá abierto hasta el VIERNES 22 DE NOVIEMBRE a las 20 horas. Solo se admitirán los votos de los participantes en esta Cunca.
El resultado de este encuentro se hará público en una entrada general de la sección ENoTiCias.
(MÁS QUE) 4 PAREDES
Regresar al tercer piso de CALLE DE LA CIMA DEL LUGAR número 14, sin nadie que lo habitara, no fue regresar. Todavía olía a mamá, concluimos sin hablarnos los tres hermanos. Allí estábamos jugando (peleando), mirando la tele en blanco y negro mientras merendábamos pan con chocolate. Cenando (discutiendo) en Navidad con la alegría espumosa del reencuentro. Allí sentimos la tristeza helada cuando murió papá y creímos arropar a mamá, aunque fuese ella quien nos (amó) rellenó aquel hueco huérfano insondable.
Sin ponernos de acuerdo en nada, decidimos vender.
Hace poco, un antiguo vecino me comunicó que los nuevos propietarios habían reformado toda la vivienda. La vida (el recuerdo) continua.
OCULTO
En el furancho de Nolinho supimos que el soplo lo había dado Xosé o Pardal. Bastaron unas cuncas de albariño con su dueño para que nos asegurara además que Xosé nunca salía de casa. Esa tarde asaltamos su propiedad, en la RUA CIMA DO LUGAR, tras subir una cuesta que me dejó los juanetes reventados. Pero por más que buscamos no dimos con él, ni dentro ni en el huerto. Parecía haber desaparecido por encantamiento. Vámonos, papá, dijo Xácome al rato, asegurando el rifle. Y salimos de allí desconcertados, entre el cacareo hostil de las gallinas y el hiriente chirriar de la veleta, ante la sonrisa burlona del espantapájaros.
Lo ponéis difícil, compañeros. Gracias por este par de micros!!
Gracias a ti, Juancho.
Geniales ambos !! Muchísima suerte.
Muchas gracias, NUria.