48. Despertares
La clase se dividía entre los que contábamos los minutos para que llegara el recreo y los que querían seguir haciendo ecuaciones. Dos caras de una misma moneda en perfecto equilibrio. Todo iba bien hasta que el castillo de naipes se vino abajo cuando entró la sustituta, con su melena ondeando a cámara lenta, falda de tubo y una blusa blanca a medio abrochar. Mientras explicaba la lección, sus labios se movían despacio y el sentido de la vista se imponía al resto, junto al olfato, que diseccionaba sus embriagadores perfumes.
Aún recuerdo esos meses de felicidad plena donde el sonido del despertador era música celestial y el camino al colegio, el de la gloria.
Por desgracia, el padre Félix volvió de sus misiones, y como si el mundo se pusiera en marcha de nuevo, cada uno volvió a su desanimado rol.
Todavía hoy, seguimos recordándoles por hacer que creciéramos por encima de nuestras posibilidades, y aunque tenemos trabajo y familia, ninguno puede decir que haya cumplido su verdadero sueño. Don Félix ya lo ha hecho por nosotros, de vez en cuando se besan a escondidas. Ella aún está de buen ver.
Y al final despejaste las incógnitas de la ecuación y=Z=Senx, ambas para el padre Félix. Con ese par de ecuaciones no importaba cuánto se alargaran las clases. Divertido micro y muy bien resuelto. ¡¡Suerte!!
Muchas gracias tocayo
Un abrazo
Buen relato, don Javier. Muy interesante el anonimato de ella, solo «la sustituta» (y la tentación). Y el padre Félix, como un personaje complejo (y afortunado). ¡Un abrazo y mucha suerte!
Muchas gracias Jesús
Gracias por tus comentarios
Un fuerte abrazo
Al padre Félix le sentaron bien las misiones para ver claro su futuro. Una historia de descubrimientos adolescentes con un buen e inesperado final.
Muchas gracias Paloma por tus comentarios
Un fuerte abrazo
Javier,
Qué de pasiones despierta esa profesora!
Un relato extraordinario.
Abrazos
Mil gracias Aurora, ya ves, encandila a grandes y pequeños.
Un fuerte abrazo
Una historia entrañable, muy visual y contada con gran acierto, Javier.
¡Un abrazo y mucha suerte!
Muchas gracias Mónica
Un fuerte abrazo
Una profesora así en época de plena expansión hormonal, estaba destinada a dejar huella en el recuerdo de esos niños que dejaban de serlo, aguijoneados por una naturaleza que se les despertaba para convertirles en adultos. Don Félix buen conocedor de la máxima: «Muchos son los llamados y pocos los elegidos», se convirtió en el hombre más envidiado, al tiempo que respetado, no en vano, mantiene el tratamiento de «Don» pasados los años. Lo que queda para la imaginación del lector es si se mantuvo también fiel a su vocación y a sus votos, o su vida dio un vuelco total.
Un relato evocador, sobre las sensaciones que perduran en una existencia en continuo cambio.
Un abrazo y suerte, Javier
Muchísimas gracias Ángel por tus maravillosos comentarios.
Un fuerte abrazo
El aroma nostálgico que envuelve el relato, y las pinceladas con las que creas a los personajes, sacan una sonrisa al lector cuando descubre ese final inesperado.
Mucha suerte, F. Javier.
Muchísimas gracias Paloma
Un honor que te haya gustado
Un fuerte abrazo
Ya lo sabes, compi, de mis favoritos. Una historiaza con todas las de la ley. La mejor de las suertes, my bro! Abrazo grande.
Muchas gracias Jonathan, abrazo transoceánico!