51 El casting (Rosy Val)
No le pilló por sorpresa descubrir que eras candidato a los recortes que se avecinaban en tu empresa. Que le propusieras un cambio de roles con la excusa de que llevabas demasiadas estaciones levantándote antes de que despertase el cielo, sí. No negó que recuperar el puesto de docente —el que tuvo que aparcar cuando nacieron los mellizos—, era su sueño hecho realidad. Y confesó que hacerte entrega de las idas y venidas al instituto, conservatorio, clases de alemán, natación, y «la cartera de nimiedades domésticas», que así llamabas tú a las faenas de lavar, planchar, cocinar…; superó sus expectativas.
Que tres semanas más tarde aparecieran tus primeros desajustes hormonales, no le consternó, entendió que necesitabas tiempo para aclimatarte. Pero volver del trabajo y sorprender en el porche a dos mujeres confundiéndose entre sus camelias y hortensias, entrar en casa y hallarte con una tercera informándole que la jornada laboral sería de 9 de la mañana a 4 de la tarde, echó por tierra todas tus teorías, alegatos y peroratas, sobre la igualdad.
About Post Author
Quizá no exista nada menos agradecido que las «nimiedades domésticas». Un trabajo diario, que rima, casualmente, con necesario, y del que nadie debería huir, sobrecargando a un tercero. Todo ello no quiere decir que no pueda haber personas especializadas en esas tareas por las que deben cobrar un sueldo tan digno como las susodichas tareas.
La vida nos pone a prueba, muchas veces sin que nos demos cuenta, en una suerte de casting permanente, que en el caso de estos personajes sirvió para conocer mejor a la persona con la que tu protagonista convivía.
Si cada relato en ENTC es un casting de letras, tú sales siempre más que airosa.
Un abrazo y suerte, Rosy
Ya ves Ángel, mi ultimo relato del año he querido dedicarlo a ¡¡¡HOMBRES…!!! Jajajajajajaja, es broma.
Que disfrutes mucho de estos días festivos con tus seres más queridos.
Muchas gracias por ser nuestro ángel.
¡Un besote GRANDE!
Tremendo darse cuenta de que la igualdad no es la imaginada sino más bien algo relativo y ajustable a la interpretación y albedrío de quien la ejerce, en este caso, el marido receptor de «la cartera de nimiedades domésticas» que nunca valoró en la persona de su esposa, en cuyos zapatos estoy segura de que en ese momento ninguna mujer quisiera estar…
Un casting revelador para la mujer que lo descubre, pero buenísimo para quienes lo leemos… ¡Felicidades, ROSY!
Cariños,
Mariángeles
Así será Mariángeles… confío en que algún día, dejemos de imaginarla y sea de verdad.
Muchas gracias por tus cariños. Te envío el mío con un lazo así de grande.
¡Felices fiestas!