Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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61. «El hábito no hace al monje»

Me llamo Lucrecia Sánchez o la Lucre como me llamaban en el pueblo castellano del que soy oriunda.

A la hora de la universidad, mis padres hicieron un gran esfuerzo para enviarme a Madrid donde yo había decidido estudiar arquitectura y gastaron buena parte de sus ahorros para pagar el alquiler del pisito que compartí con dos chicas más.

No tardé mucho en integrarme en la vida fiestera de la capital y en una de esas noches locas descubrí un mundo que me venía como anillo al dedo, conocí a mi primer sugar daddy y empecé a disfrutar de todos aquellos lujos que siempre habían estado en mi horizonte vital. A mis padres les libré pronto de sus obligaciones, (las prácticas en el estudio de arquitectura se pagaban muy bien y ellos quisieron creerlo).

LLevamos dos días alojados en el Palace y esta noche ceno en DiverXo con mi actual sugar daddy, acabo de oírle decir:

“Dulcinea estás preciosa con esa gargantilla de Suárez, esta noche cierro el trato con los americanos”

Obviamente yo no busco en ellos ningún Quijote y ellos sólo ven a Dulcinea, no conocen a Lucrecia, todo trabajo tiene pros y contras, ¡yo soy sugar baby!

8 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    El dinero, que hace falta para tantas cosas, aunque no proporcione la felicidad, no sale de los árboles. Tu protagonista ha elegido una forma de financiarse el porvenir sin sacrificar a sus padres. La intención es noble, aunque ellos, seguro, no lo aprobarían si lo supieran. Esos hombres están lejos de ser don Quijote, aunque quieran engañarse y creerlo; más bien al contrario, son lo opuesto a un caballero con una relación platónica; lejos están de tener una mujer en el pensamiento a la que dedican sus afanes generosos y tratan de ser dignos de ella, quizá nunca lleguen a saber que hay cosas que no se pueden comprar. Quizá Lucrecia-Dulcinea un día también se dé cuenta y encuentre un verdadero caballero.
    Un abrazo y suerte, Ana

    1. Ana Alcocer

      Bueno, mientras todos sepan de qué va la relación no hay problema, lo malo es que alguno tenga otras expectativas.
      Un saludo y gracias como siempre por tu comentario.

    1. Ana Alcocer

      Efectivamente son como la némesis de los personajes cervantinos.
      Un saludo y gracias por el comentario Edita.

  2. Rosalía Guerrero

    Ana, esta versión de Dulcinea sugar baby no la vi venir. Espero que no olvide q este trabajo, como la juventud, se agota pronto y deja heridas.
    Un abrazo y suerte.

    1. Ana Alcocer

      Seguramente se dará cuenta tarde o tal vez sea de los que piensan, ! que me quiten lo bailao!
      Aunque yo opino como tu, las heridas harán mella al final.
      Un fuerte abrazo.

  3. Rosa Gómez GOMEZ

    Esta clase de vida frívola me exaspera. Lo digo por el engaño a los padre sacrificados, y porque esta chica algún día no será tan “sugar baby”. Esa vida que ella considera tan buena, se transformará en otra bien distinta. Entonces el mundo se le caerá encima con toda su realidad. Siento pena por ella anticipando esto.
    El texto está bien escrito. Es original y tratas un tema que me parece más recurrente de lo que imaginamos.

  4. Ana Alcocer

    La verdad es que hoy hay mucha gente joven (afortunadamente la juventud es otra cosa), que tiene aspiraciones muy superficiales y no piensa en la fragilidad de ese tipo de vida.
    Un saludo y gracias por tu comentario

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