Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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32. El ladrón de palabras (Juana María Igarreta)

“Sufría el silencio su muda condición, cuando la oscuridad, sabia consejera que habita las almohadas, le propuso quedar al final del día y ayudar al sueño en su ingente labor reparadora, propiciando que ésta alcanzara al mayor número posible de criaturas.

Juntos tomaron calles y plazas; se colaron en los patios, en las casas. Ella iba atenuando luces; él, acallando ruidos y voces.

A pesar de que a la oscuridad se le olvidó apagar la luna, el sueño logró cerrar infinidad de párpados esa noche. El silencio, viendo la importancia de su cometido, no cabía en sí de gozo y envolvió a la oscuridad con un elocuente abrazo”.

Gorka leía este texto anónimo en el reverso de una hojita de calendario en casa de su abuela Maritxu, mientras ahogaba su emoción mordiéndose los labios. No es que aquellas palabras le conmovieran, le parecían cursis, pero hablaban del silencio, tema obligado en la redacción que debía entregar en clase de lengua al día siguiente.

Una vez leídos los escritos, el diligente don Mariano no tardó en llamar a Gorka. Devolviéndole el trabajo, le dijo: “Toma, se te ha olvidado poner el nombre. ¿O prefieres que siga siendo anónimo?”.

 

 

 

10 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    A este alumno listillo le tuvo que dar un vuelco el corazón cuando el maestro le devolvió el trabajo, seguro que el hombre se olía algo, porque las cosas no salen de la nada, conociendo al alumno podía imaginar que el texto no era suyo, pero tampoco tenía pruebas, al menos, el pilluelo tuvo la decencia (también la inocencia) de no firmarlo como propio.
    Sea descubierto o no, tal vez le sirva de lección y aprenda, al menos, a sentir y hasta a conmoverse con un texto ajeno, incluso a intentar no hacer trampa y escribir algo por sí mismo.
    Un relato bien narrado, con picaresca incluida.
    Un abrazo y suerte, Juana María

    1. Hola, Ángel, con la pregunta del profe al alumno he intentado que haya más de una posibilidad de interpretación. La respuesta del alumno queda en el aire, así que no sabemos cuál de los ejemplos que ves como posibles será el verdadero. Aunque, a mi entender, de alguna manera el profe ya tiene la respuesta. Gracias por tu tiempo y palabras. Un abrazo.

  2. Paloma Hidalgo Díez

    Al leer tu relato me caben dos interpretaciones. Una, la benevolente, me lleva a pensar que la sensibilidad de las palabras del calendario, saca a relucir la suya, y deja asombrado al maestro que quiere que reivindique su logro. Otra, me lleva a pensar que este alumno es un copión cazado por un profe avezado. En cualquier caso, me gustan las dos, así que felicidades por conseguir esa ambivalencia

    1. Hola, Paloma, me alegra que veas las dos posibilidades. Como le he dicho a Ángel, en la forma de hacer la pregunta, creo que el profe ya sabe qué ha pasado. Pero, claro, es como yo lo veo. Mil gracias por leer y comentar. Un abrazo.

  3. «Papel, papel… El que lo encuentra es para él…», solía decir mi papá muy pícaramente… y eso debió de pensar Gorka al encontrar ese texto (¿De su abuela Maritxu?) garabateado en el reverso de esa hojita de calendario…
    De las dos cosas más feas que se le pueden pedir a un alumno – leer y escribir por obligación -, creo que escribir por obligación es la peor, así que entiendo perfectamente la emoción del niño al ver que en ese sentido tenía la cosa resuelta… Ahora bien: ¿El maestro se tragó que el autor era él y por eso le recordó firmar el texto, o ya se olía que era de otro y por eso le pidió que lo firmara, para ver si el chico sostenía la mentira o el remordimiento le hacía admitirla? Como supo escribir Shakespeare, «Ésa es la cuestión»…;) 😉

    Un micro que se lee con admiración, porque es uno de ésos que a una le hubiera encantado escribir…

    Un placer leerte, Juana.
    Besotes 😘😘😇😇

  4. Hola, Mariángeles, me gusta la segunda posibilidad que planteas «y por eso le pidió que lo firmara, para ver si el chico sostenía la mentira o el remordimiento le hacía admitirla?» porque es la que coincide con la mía al escribirlo. Al contar inicialmente que el texto era anónimo y en la pregunta que cierra el micro decir «¿O prefieres que siga siendo anónimo?», se puede interpretar: una, que si en ese folio no figura ningún nombre, seguirá siendo anónimo. Dos, que el profe ya había leído antes el texto en un calendario que tiene en casa, o en cualquier otro sitio de los que él frecuenta (hay calendarios que se reparten iguales en muchos lugares al principio de año), por lo que ya sabía que bajo ese texto figuraba «Anónimo». Sería casualidad, pero a veces esas cosas pasan.
    Bueno, lo que me dices de que te hubiera encantado escribirlo…no sé cómo calificarlo. En toda caso, te lo agradezco de corazón. Mil gracias por tu generosidad. Besos también para ti.

  5. Josep Maria Arnau

    Precioso microrrelato infantil oculto en una hoja de calendario. Descubierto por alguien que no lo valora, pero decide plagiarlo. Texto y autor chirrían, y el ladrón es cazado por un docente perspicaz. Muy bien construido, a medida que avanza nos reserva sorpresas que potencian su impacto. Enhorabuena, Juana María.
    Un abrazo y suerte.

  6. Salvador Esteve

    Creo que el profesor conoce las grandezas y miserias de sus alumnos, y se presume que es conocedor del texto, de ahí su sagaz y fina ironía. Un relato donde el intento de culturizar y educar se confronta con la desidia y la picaresca. Y el silencio como colofón al relato. Muy bueno, Juana. Un abrazo y suerte.

  7. Como bien dices, el profesor conoce bien a sus alumnos y al ver el trabajo de Gorka se queda asombrado. Pero no porque piense que el chico ha sido capaz de escribir ese texto, él tiene la certeza de que no es suyo, sino porque Gorka ha intentado colársela. Con la pregunta brinda la oportunidad al muchacho para que diga la verdad. Seguro que la experiencia es una lección que el alumno no olvidará. Muchas gracias, Salvador, por tu interesante y atento comentario.
    Te deseo lo mejor para el 2023, y ojalá nos sigamos leyendo por aquí. Un abrazo.

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