81. EL PÁJARO AMARILLO (Fuera de concurso)
Llegaban a la mesa la ración de rabas doradas y los dobles de cerveza como heraldo e invitación. «Here I am», saludaba siempre antes de tomar asiento. Entonces nos disponíamos a viajar al 14 de junio de 1929. Arrullados entre compases de una Marsellesa a ritmo de pasodoble a cargo de la banda de Comillas, escuchábamos el capricho de sus recuerdos desordenados. Muchas veces se perdía en los entresijos técnicos del avión y sus prestaciones. Si había suerte, nos deleitaba con anécdotas de su aventura trasatlántica: que pretendían arrojarle al océano, la camaradería del lagarto Rufus, esa primera visión de Oyambre al atardecer como una pista balizada de oro. Le decían impostor o tontuco; estaba claro que no podía tratarse del mismo polizón norteamericano que aterrizó con los aviadores hacía noventa años. Pero ni a él ni a nosotros nos importaba. Un aperitivo era la tarifa única de sus narraciones fabulosas. Y cuando estaba cansado se quedaba un rato callado, desplegaba los brazos en cruz e, imitando el petardeo del motor con los carrillos hinchados, se alejaba por la playa. El viento bajo del litoral dibujaba volutas iluminadas por el sol y borraba enseguida sus huellas sobre la arena.
No conocía esta historia, de unos pilotos aventureros franceses que, emulando a Chales Lindbergh, quisieron cruzar el Atlántico y lo lograron, yendo a parar a las hermosas playas de Comillas, con un polizón americano a bordo. Tu protagonista no puede ser ese polizón, aunque lo simule, pero eso poco importa, es su manera de contar historias la que hace que todos quieran escucharle e invitarle a comer unas más que sabrosas rabas de calamar. Esa forma de narrar tan magistral es la tuya, transmitiendo de forma admirable la epopeya de aquel avión amarillo. Me ha recordado aquella otra fantástica recreación del último vuelo del autor de «El Principito» que hiciste hace tiempo en este mismo foro enteciano.
Un placer leerte, Belén
Un abrazo de verano
Menos mal que estás fuera de concurso… ;-P precioso relato, una manera espectacular de contar una historia trágica y tierna a la vez. Enhorabuena.
Opino como Beatriz, menos mal que no concursas, porque es magnífico el relato. Felicidades por esta gran historia. Besos