18. El robot suicida (María José Escudero)
Me llamo Rbt57 y soy un robot con un serio problema de orientación emocional. La culpa es de mi programador que pasaba por momentos muy engorrosos cuando me diseñaba y no supo modularme con eficacia. Por esta razón, padezco altibajos cada vez más frecuentes y más difíciles de superar.
A pesar de que mis circuitos se esfuerzan, no consigo adaptarme a este submundo crispado y falso. El trabajo del hogar me resulta tedioso y me siento muy frustrado, sobre todo desde que descubrí—viendo Anatomía de Grey en la televisión—que mi verdadera vocación es la cirugía.
Para apaciguar mi desazón, he probado algún ansiolítico, como hacen mis amos, pero mi sistema electromecánico no es compatible y, últimamente, mis alarmas se han disparado y todo mi cuerpo es una intermitencia roja. Como me resulta imposible espantar la tristeza enquistada en mi generador, he resuelto desobedecer la Ley Tercera de la Robótica y tomar una medida drástica: intentaré que una sobrecarga inutilice mis procesadores integrados. No obstante, dejaré un mensaje en el registro central de control porque no quiero que se acuse a nadie de mi deceso. Aunque, seguramente, responsabilizarán a la obsolescencia programada. Ya están acostumbrados.
Tu robot pertenece a un futuro tal vez no lejano. Mientras tanto, tenemos esos antecedentes mecánicos en los hogares que llamamos electrodomésticos, que tan necesarios nos resultan, algo de lo que no nos damos cuenta hasta que se averían, para achacarlo siempre a la teoría conspiratoria de la famosa obsolescencia programada, sin pararnos a pensar que pueden llegar a tener, a su manera, su corazoncito y sufrir desazón como cualquier persona frustrada o condenada a ejercer una actividad impuesta y única. Al fin y al cabo somos sus creadores y es fácil que se nos parezcan.
Tu relato entra de lleno en la Ciencia Ficción, con homenaje a Asimov incluido con la tercera ley de la robótica, con el interesante dilema de si seremos capaces de crear seres mecánicos o biológicos (o una mezcla de ambos) dotados de sentimientos y libre albedrío. Al mismo tiempo, la cotidianidad de la historia la hace creíble.
Un abrazo, María José. suerte y que nos sigamos leyendo en este año recién comenzado y en muchos más.
Me sorprendes con cada nuevo relato y me falta vocabulario para hacer un comentario ensalzándolo!! El formato es muy original y, a pesar de tratarse de un robot, haces que sea humano y creíble. Esperando ya otro nuevo texto tuyo!!
Pues si que tiene miga tu Rbt57.
El pobre debe estar más que frito con todo lo que tiene entre manos. Me he reído con lo de Anatomía de Grey, es un buen placer culpable de esos que te hacen olvidar en las tardes de domingo.
Yo le daría otra reprogramación.
Suerte ♣
Jajajaj, M. Mosé tu robot es muy tierno e inteligente, igual algún día nos salen con esas… Me ha encantado. Buen apuesta. Felicidades y suerte.
Besicos muchos.