Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

Single Blog Title

This is a single blog caption

ENTCERRADO 6 …páginas definitivas

Hay objetos que forman parte de historias increibles, y otros, como los libros, no solo las contienen, sino que además… Bueno, eso es lo que os toca aportar a vosotros en esta penúltima convocatoria del ENTECERRADOS. Los libros son objetos muy muy poderosos…

Os recordamos las condiciones que debéis cumplir para participar:

El relato no puede sobrepasar las 100 palabras sin incluir en su cuenta el título y la frase de inicio y de final obligatorias.

El periodo para su publicación coincide con el del concurso general, o sea, hasta el próximo 10 de noviembre, incluido.

Cada autora o autor solo puede presentar un relato en esta propuesta.

El relato debéis publicarlo como “comentario” en esta misma entrada, y una vez hecho no se permitira correcciones ni cambios.

Estas son las frases obligatorias

 

FRASE DE INICIO

Aquel libro recogía algo más que una historia

 

FRASE DE CIERRE O FINAL

volvería a hacerlo.

58 Responses

  1. 50. LA NOVIA DE CAPONE

    Aquel libro recogía algo más que una historia de trapicheos y sobornos. La contable lo sabía bien. Por eso, en cuanto vio aparecer al enfermero nuevo, decidió esconderlo en el falso techo. Aquella carita de ángel no conseguiría engañarla. Estaba claro que se trataba de un policía infiltrado.

    Tomando muchas precauciones, la tesorera continuó anotando en el libro de caja las fechas y cantidades que ingresaba cada uno de los residentes. Faltaba muy poco. En cuanto consiguiera cambiar los garbanzos con los que jugaban al bingo por dólares, se fugaría y se reuniría con su enamorado.
    Ella ya había excavado un túnel en aquel otro sanatorio y volvería a hacerlo.

  2. Antonio Diego Araujo Gutiérrez

    51. Inmersión literaria

    Aquel libro recogía más que una historia: camuflado en un intersticio del párrafo inicial, se abría un corredor oculto, un hallazgo casual por el que pude recorrer las escenas desde dentro, sin que nadie percibiera mi presencia. Como estaba previsto, el villano se acercó sigilosamente a la puerta. De pronto, echó algo en falta. Palpó los bolsillos de su gabardina y, confuso, se alejó por el pasillo. El vecino de enfrente decidió ceñirse al guión. Fue acusado de falso testimonio por el inspector de policía, que sufrió una crisis existencial. Y una intensa nevada cayó sobre las paginas siguientes. Arrepentido, devolví el revólver, y prometí que no volvería a hacerlo.

  3. María Jesús Briones Arreba

    52. HUMO
    Aquel libro era más que una historia: La densidad de mi fantasía loca incomprendida.
    Ráfagas de ira alimentan la chimenea: Páginas arrancadas como hojas muertas de una rama seca.
    El fuego consume el dulce chocolate de los castillos de infancia; los pétalos de rosa joven; las espinas del deseo y reflexiones amargas sobre la destrucción inducida.
    Inhalo humo para detener mi corazón. Una nube toxica me obnubila. La imagen de un geniecillo aparece entre las llamas. Su voz es firme y uniforme:

    -«Soy incombustible, no conseguirás destruirme.

    Amenaza inquietante. Me siento culpable.
    Perdóname Universo, jamás volveré a hacerlo

  4. 53. PALIMPSESTO
    Aquel libro recogía algo más que una historia. Era la propia vida escrita en un idioma arcano. Mi padre lo guardaba en la caja fuerte, junto al dinero que avaramente nos hurtaba. Sabía que si el libro era destruido su propio ser se desvanecería. Yo lo descubrí un día de labios de mi madre, unos labios hinchados bajo unos ojos cárdenos. Tardé tiempo en apropiarme de la clave, pero por fin me hice con el libro. No lo he quemado. Se me dan bien las lenguas. He optado por reescribir para él un final aciago. Uno de esos que hacen desear no haber nacido. Volvería a hacerlo.

  5. 54. Insurrección
    Aquel libro recogía algo más que una historia. Empecé a leer a la manera de occidente: de adelante atrás, de arriba abajo, de izquierda a derecha. Enseguida noté cómo había palabras que se resistían al transcurrir normal de la lectura; cómo los párrafos se revolvían dejando caer algunas letras que se estrellaban contra el pie de página para dejar diminutos charcos de tinta. Los personajes cuchicheaban entre líneas, se intercambiaban nombres y papeles o adelantaban desenlaces sin escrúpulos. Había caracteres que escapaban de sus voces primitivas para formar otras diferentes. Cuando por fin llegué al final, resulto ser el principio. Entonces intenté cerrarlo para siempre. No volvería a hacerlo.

  6. 55. FETICHISTA
    Aquel libro recogía algo más que una historia. Tenía decenas de ellas, cada una condesada en un pelo. Los había largos, cortos, rizados, pelirrojos… Una página, un cabello, un recuerdo de ese momento. Para ellas, que les arrancara un pelo era lo de menos cuando ya estaban en el suelo hechas un ovillo. Para mí, pasar las páginas de ese libro me aceleraba el pulso recordando cada olor, su sabor, el pánico en sus ojos. ¡Dios, qué subida de adrenalina! Por suerte ya hace tiempo que dejé de oir esa vocecita en mi interior pidiéndome control pues ya sabe que, una y otra vez, volvería a hacerlo.

Leave a Reply