Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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ENTCERRADO 6 …páginas definitivas

Hay objetos que forman parte de historias increibles, y otros, como los libros, no solo las contienen, sino que además… Bueno, eso es lo que os toca aportar a vosotros en esta penúltima convocatoria del ENTECERRADOS. Los libros son objetos muy muy poderosos…

Os recordamos las condiciones que debéis cumplir para participar:

El relato no puede sobrepasar las 100 palabras sin incluir en su cuenta el título y la frase de inicio y de final obligatorias.

El periodo para su publicación coincide con el del concurso general, o sea, hasta el próximo 10 de noviembre, incluido.

Cada autora o autor solo puede presentar un relato en esta propuesta.

El relato debéis publicarlo como “comentario” en esta misma entrada, y una vez hecho no se permitira correcciones ni cambios.

Estas son las frases obligatorias

 

FRASE DE INICIO

Aquel libro recogía algo más que una historia

 

FRASE DE CIERRE O FINAL

volvería a hacerlo.

58 Responses

  1. Eva García

    1. Magias
    Aquel libro recogía algo más que una historia de fantasmas decimonónicos. Nadie se percataba, pero estaba lleno de mensajes subliminales y hechizos ocultos sutilmente enhebrados entre otras palabras. Lo sé porque pasé meses deslizándolos a modo de correcciones en el manuscrito de José. Jamás se lo conté. Me sentí bien cuando se convirtió en un superventas y su autor, un pobre diablo, salió del pozo en el que vivía para sentir los arrullos de la fama por primera vez. Que nuestra amistad acabara rota por la mala digestión de su éxito y su soberbia solo fue un daño colateral. Pero, solo por ver brillar sus ojos de nuevo, volvería a hacerlo.

  2. 2. SEPARADOS POR UN LIBRO

    Aquel libro recogía algo más que una historia, era tu favorito, el que siempre ojeabas antes de dormir, por eso antes de huir de ti y sin billete de vuelta, lo metí en mi maleta… por si encontraba en él una explicación a lo que nos estaba pasando.
    Al abrirlo descubrí el nombre de una mujer.

    Mi tren se para, la veo sentada con una maleta en el banco de una estación cualquiera. Huye de ti. En sus manos descansa un libro. Es mío. Me lo dedicaste tú. Ella no lo sabe pero las dos partimos en el mismo tren. Aunque siga amándote con locura, volvería a hacerlo.

  3. Paloma Casado Marco

    3. Resistencia
    Aquel libro recogía algo más que una historia, contenía la información que pasaba a la Resistencia. El método era sencillo, aunque no exento de riesgos; yo subrayaba con lápiz palabras que formarían las frases necesarias y luego dejaba el tomo en el estante acordado de la librería. Después, algún camarada se encargaba de recogerlo y memorizar el mensaje prohibido. Un día al abrirlo encontré manchas de sangre en una de sus páginas. Alarmado me apresuré a cerrarlo para marcharme. Entonces sentí el peso de una mano sobre mi hombro.
    Mientras espero la muerte pienso en mi vida. Sé que he cumplido con mi deber y volvería a hacerlo.

  4. Ángel Saiz Mora

    4. UN ESTORBO
    Aquel libro recogía algo más que una historia, era mi biografía; algo dentro de lo usual, salvo porque estaba publicada antes de que yo naciese. Consciente de ser el único hombre conocedor de su futuro leí hasta la última línea, para llegar a un crimen pasional: Laura, cansada de nuestra convivencia, me abandonaba por otro, llena de ilusión. Luego yo, enloquecido, terminaba con los dos.
    Conseguí un revólver y lo utilicé con decisión. Ahora tengo una eternidad para recordar cómo oprimí el gatillo, el frío del cañón en mi sien. Prometí a Laura hacerla feliz a cualquier precio y lo logré. Volvería a hacerlo.

  5. alejandro pozo

    5. MAL DE AMORES

    Aquel libro recogía algo más que una historia, era el preferido de mi madre. La recuerdo muchas tardes, sentada en el jardín, con su librito de Bécquer en el regazo y la mirada perdida, lánguida.
    Al hojearlo, una nota voló y al recogerla identifiqué la letra suya, menuda y romántica.
    “Querido, si vienes el domingo, verás a tu hija, ten cuidado, creo que sospecha”.
    La volví a colocar encima de la rima XXX que terminaba con
    “Yo digo aún, ¿por qué callé aquel día?
    Y ella dirá, ¿por qué no lloré yo?”.
    Ahora comprendo sus últimas palabras en el lecho de muerte, ese sábado
    – Volvería a hacerlo.

  6. Esperanza Tirado Jiménez

    6. Viven en nuestra memoria

    Aquel libro recogía algo más que una historia de una ciudad cualquiera. Eran las alegrías, estrecheces del día a día, quereres y otros muchos desvelos de tantos vecinos, que hoy nadie recuerda, los que resurgían de entre aquellas páginas que olían a nuevo.

    Apenas tuvo repercusión entre los medios; la escritura no interesa, se excusaron algunos. Pero a todos los que participaron les quedó una perenne satisfacción interior. Y si surgiera una nueva oportunidad, investigarían, preguntarían y escribirían nuevas historias para honrar la memoria de los que sacaron adelante a su ciudad. Ella estaba segura de que volvería a hacerlo.

  7. María José Escudero

    7. Blanco roto
    Aquel libro recogía algo más que una historia de ficción—pensaba mientras recogía el premio—. Sólo ella sabía que era verdad y la prueba estaba colgada en su armario: un vestido largo que exhibía con impudicia la sangre salpicada.
    Había cambiado de ciudad y profesión varias veces, pero siempre cargaba con aquella evidencia en su equipaje. Y es que, cuando le vio flirteando con su hermano el mismo día de la boda, lo mandó al infierno con el beso más corto y el cuchillo más largo. No fue difícil deshacerse del cuerpo, bastó un “me ha abandonado” y mucha tierra. Y visto el éxito de la novela, volvería a hacerlo

  8. Paloma Hidalgo

    8. NATACIÓN SINCRONIZADA
    Aquel libro recogía algo más que una historia de España, entre sus páginas estaba escrita nuestra adolescencia. Cuando aún no te afeitabas, yo llevaba el pelo recogido en dos trenzas, y creíamos que estábamos hechos el uno para el otro. Corazones encerrando todas las erres, de Ramón, alguna flor disecada, alguna de esas notitas que me ponían el corazón a mil por hora. Dudé en enseñártelo, por tu mujer, por mi marido, pero una mañana, cuando entraste en la tahona, me decidí. Y se te inundaron con tanto amor los ojos, que supe que pronto, quizás con el de matemáticas, volvería a hacerlo.

  9. Milagros Sánchez

    9. SECRETOS DE ESTADO
    Aquel libro recogía algo más que una historia imposible de ser contada, sus páginas habían sido arrancadas de cuajo y apenas quedaban pequeños fragmentos enganchados en las cabezadas, que las unían al taco. A partir de aquí, inicié mis pesquisas, me inquietaba conocer el motivo. Sin embargo, no hubo explicación por parte de los responsables, por lo que decidí escribir una novela sobre la transición política. Estaba tan motivado que después del disparo en la nuca, me repetí a mi mismo que si regresaba en otro cuerpo, volvería a hacerlo.

  10. Jesús García Caurel

    10. TEMPUS FUGIT
    Aquel libro recogía más que una historia de amor y de odio. En sus capítulos se relataba la vida de unos enamorados para los que el tiempo no significaba nada. Fluían en él hacia atrás y hacia delante cómo dos viajeros intemporales.
    Desayunaban en la Grecia clásica; paseaban por la Edad Media; contemplaban la puesta de sol en un lejano futuro…
    Hasta que el la traicionó.
    Despechada, ella aprendió los secretos del tiempo del mismísimo dios Chronos, para dejar confinado a su ex-amante en un instante del que nunca podría salir.
    En el capítulo final del libro ella decía que, si se volviera a repetir la historia, volvería a hacerlo.

  11. 11. LA PRIMERA PÁGINA
    Aquel libro recogía algo más que una historia, me di cuenta nada más abrirlo. «Para Javichu, mi fantasía, mi amor, mi destino. Érika».
    Me reconcomía las entrañas, pero no podía parar de leerlo. Todo el viaje en metro desde la biblioteca pública hasta casa sin pasar de esa página, imaginando a Javichu con esa hija de puta. Si él nunca leía, ¿qué coño hacía con un libro dedicado por su amante, una escritora?
    Del cabreo que me pillé tuve que bajarme una parada antes, para darme el aire. Cuando recobré la respiración, me prometí no volver a leer ninguna dedicatoria, pero eso de imaginarme en otra piel, buff, creo que volvería a hacerlo.

  12. Esperanza Temprano Posada

    12. EL RINCÓN DE LAS PÁGINAS BORRADAS

    Aquel libro recogía algo más que una historia, los personajes entrábamos y salíamos de sus páginas y nos mezclábamos con los protagonistas de otras obras, ya fueran pasajeros de un autobús, trabajadores de una fábrica, o un ejército de milicianos. En una de estas escapadas conocí a Margot, una espía nazi que me sedujo y le cedí mi papel de protagonista. Desaparecí de todos los capítulos y caí en el lugar donde habita el olvido: el rincón de las páginas borradas. Acabó conmigo, le entregué mi alma y a pesar de ello, si pudiera deslizarme solo una noche más entre sus sábanas, volvería a hacerlo.

  13. Alvaro Abad

    13. Descatalogado

    Aquel libro recogía algo más que una historia. Nada más acercar mi mano para cogerlo, el título se deshizo en asustadas letras que se amontonaron en la esquina superior derecha de la cubierta, como se arremolinan las ovejas en el redil cuando aúlla el lobo. Lo abrí, y en cada hoja sucedió lo mismo: como hormigas, las letras huyeron despavoridas hacia los bordes. Las páginas se fueron quedando en blanco. Solo alguna letra cruzaba temblorosa decidiendo aún hacia dónde escapar.
    Estaba claro. Otro típico caso de libro nunca leído, arrinconado y abandonado. Una vez calmados, libro y lector, lo leí del tirón. No me gustó, lo reconozco, pero volvería a hacerlo.

  14. María Gil

    14. PERLAS
    Aquel libro recogía algo más que una historia de piratas. ¡Era un mapa del tesoro! Solo había que seguir las pistas esparcidas por sus textos para encontrar diez perlas. El autor, fallecido hacía treinta años, las había ocultado. Un día saltó la noticia de que alguien había localizado uno de aquellos nácares perfectos. Y ahí comenzó mi obsesión. Robé el tiempo al resto de mi vida para sumergirme en aquellas trescientas páginas buscando indicios. Perdí trabajo, amigos y familia. Ahora duermo en la calle con mi libro protegido entre los brazos. La soledad es fría y el hambre duele. Y aun así, si naciera de nuevo, volvería a hacerlo.

  15. 15. Ajuste de cuentas

    Aquel libro recogía algo más que una historia. Bien lo sabía Murray que, tras pensarlo mucho, decidió sacarlo a la luz. Aunque «cualquier similitud entre sus personajes y la realidad fuera pura coincidencia», quiso el azar que el libro llegara a manos de su antiguo preceptor que, dándose por aludido, decidió tentar a la suerte, para congraciarse con el pasado. Cuando Murray lo vio venir, volvió a sentir de nuevo la rabia y el asco de antaño. Alérgicas al saludo, sus manos fueron directas a la garganta de aquel indeseable que sorprendido, sucumbió a la presión. Murray sentenció ante el juez: «Volvería a hacerlo».

  16. 16. GÉNESIS. EDICIÓN CLASIFICADA
    Aquel libro recogía algo más que una historia, contenía el relato del origen de todo. Desde aquel día, supongamos que era lunes, en que empezó separando luces de tinieblas. Al siguiente construyó el cielo. El miércoles se dedicó a dar forma a la tierra, continentes e islas, mientras que en una nueva jornada se ocupó de inventar estrellas y cuerpos celestes, y en la posterior, los seres que habitarían las aguas y los que surcarían los aires. El sábado creó, a su imagen y semejanza, al hombre y el domingo descansó, pero con cierto desasosiego porque pensó que, si pudiera echar marcha atrás, lo del día anterior no volvería a hacerlo.
    EdH 2019

  17. 17. UNA PÁGINA POR DÍA
    Aquel libro recogía algo más que una historia, porque llevaba engarzada en cada letra y en cada frase un suspiro fugitivo, una caricia recibida, un sentimiento convertido en mariposas en el estómago. La nana cantada por una madre y el embeleso del niño recién nacido. Los recuerdos del abuelo cuando asaba castañas a los más pequeños. Los hijos nacidos y después los propios. La letra de la canción más hermosa cantada a la compañera de vida; tanto cuando se conocieron, como a lo largo de los momentos compartidos. Las lágrimas derramadas cuando ella partió. Las 32.485 páginas relatadas con sangre y dolor; pero a pesar de los pesares volvería a hacerlo.

  18. Belén Sáenz

    18. QUERIDO DIARIO
    Aquel libro recogía algo más que una historia de mi vida. En las primeras hojas estaban el primer cromo de purpurina que me compró papá, bastantes versos apresurados y mis ilusiones confesables. Entre 1985 y 2003 ocupabas hasta los márgenes. Con la tenacidad de una hormiga fuiste trazando cuadrículas y dobles rayas, emborronándome los renglones con tus patitas manchadas de tinta. Ninguna goma conseguía borrarte; intenté ahogarte en típex e incluso rascar el papel con una cuchilla. Tuve que reunir todas mis fuerzas para agarrar en bloque las páginas que subyugabas y arrancarlas desde el lomo, abierta la esperanza porque aún me quedaban muchas en blanco. Volvería a hacerlo.

  19. La Marca Amarilla

    19. SERÁ UNA VEZ

    Aquel libro recogía algo más que una historia escrita, algo más que ese cuento que me leías una noche tras otra, siempre diferente y siempre improvisado; lo supe cuando crecí, cuando aprendí a dar las gracias, a perdonar, y a leer tu dedicatoria de la primera página: “No me culpes por haberte traído al mundo a pesar de saber que yo me iría, sé que papá te hará feliz y que harás feliz a quién te propongas. Si la vida mil veces me pusiera en el mismo brete, mil veces volvería a hacerlo”.

  20. 20. EL MORISCO
    Aquel libro recogía algo más que una historia: realidad y ficción se confundían hasta tal punto, que creí perder la cordura, como el viejo hidalgo.
    Traduje al castellano, una por una, las palabras del historiador arábigo. Don Miguel, que decía ser un simple recaudador de impuestos, me pagó con dos arrobas de pasas y dos fanegas de trigo. A decir verdad, más pudiera haber obtenido si hubiera imaginado el alcance de la obra. Sin embargo, me complació tanto su lectura, que volvería a hacerlo.

  21. 21. SOMETIMIENTO
    Aquel libro recogía algo más que una historia de guerra y paz, de amor en tiempos del cólera, de gigantes y molinos o de cuatro mujeres dejando su mensaje después de la señal.
    Aquel libro era apenas un catálogo con todos los libros que se vendían y que nunca podría comprar. Imaginaba páginas e historias donde la Regenta y Alicia jugaban a la Rayuela para sobrellevar cien años de soledad.
    Aquel libro era una puerta abierta a un mundo mejor, hasta que se la cerraron de un portazo. Él lo redujo a cenizas y juró que volvería a hacerlo.

  22. 22. COLORÍN COLORADO
    Aquel libro recogía algo más que una historia. Cada noche, mamá me leía algo distinto. La parte que más me gustaba era: ¡Colorín colorado! Porque mamá sonreía, besaba mi frente y susurraba “A dormir, Elenita. Mañana seremos felices”. Yo cerraba los ojos y pensaba en los Colorines colorados que harían feliz a mamá: ¡Colorín colorado! Y la llorona de Juanita dormiría como la bella del cuento… ¡Colorín colorado! Y papá no regresaría a casa. Pero si arrojaba miguitas de pan para encontrar el camino, yo me disfrazaría de bruja y le daría una manzana. Y si la tiraba de un manotazo, como nuestra sopa y su silla, yo ¡volvería a hacerlo!

  23. Salvador Esteve

    23.El terrorista

    Aquel libro recogía algo más que una historia, sus páginas troqueladas cobijaban un revolver. El arma, durante años, convivió con la palabra y el pensamiento que la obra atesoraba. Me dirigí a la cumbre del cambio climático. Entré sin dificultad, desenlibré al arma y empecé a disparar. El cañón, humeante, escupía letras a discreción, las vocales y consonantes se incrustaban en los cuerpos de los contertulios. La negra savia anegaba la oquedad de su razón. Rápidamente llegaron a un acuerdo satisfactorio para el bien de la humanidad.
    Ahora estoy en la cárcel por altercado y homicidio; el conserje, de débil corazón, sufrió un infarto mortal. No me arrepiento, volvería a hacerlo.

  24. 24. EL PODER DE LAS PALABRAS

    Aquel libro recogía algo más que una historia. Reunía los mimbres que sostenían las tradiciones del presente. Una pequeña variación, a través de la interpretación de los tiempos, podría tener un efecto devastador. Le temblaron las manos al explorador bajo el sol mesopotámico. Tomó el ejemplar y depositó en su lugar la réplica que portaba. Idéntica por fuera.
    En los escasos metros de regreso a su máquina del tiempo comenzó a desvanecerse. Un nuevo curso temporal se abría paso. Sonrió. Su cuerpo, poco a poco, se convertía en parte del desierto. Pensó que era un signo de esperanza. Pensó que si tuviese la oportunidad, volvería a hacerlo.

  25. Asun Paredes

    25. LO QUE PUEDE CONTARSE EN TRES PÁGINAS

    Aquel libro recogía algo más que una historia de la familia.
    En la primera página, junto a nuestros nombres y la fecha de la boda, se leían entre líneas los mensajes de amor, los planes de futuro y las reconciliaciones a medianoche.
    En la segunda, el día que nació María, las visitas a urgencias por la fiebre, sus primeras palabras y las redacciones del colegio.
    En la tercera, el parto prematuro de Juanito con su peso anotado en la pulserita, los informes del neurólogo y los reproches mutuos cuando nos dejó.
    Hoy he encontrado el libro en un cajón y no puedo parar de llorar, pero sé que volvería a hacerlo.

  26. Arcos Lado

    26. RECUERDOS DE UNA GRAN AMISTAD
    Aquel libro recogía algo más que una historia, recobraba la sabiduría perdida de su tribu, los Awá.
    En el Valle brasileño del Javarí, Pecarí, la encargada de curar a su comunidad, encontró a Martín, un biólogo que buscaba en el Amazonas remedios para el cáncer.
    Se hicieron amigos e intercambiaron conocimientos.
    Cuando se despidieron, Martín le regaló un libro en el que los jesuitas habían recogido las costumbres y retratos de los antepasados Awá.
    Ella, en correspondencia, le ofreció plantas de prometedoras propiedades y le mostró como viajar al iwa, el lugar donde moran los espíritus.
    Pero cuando su cacique se lo reprochó, respondió: “ volvería a hacerlo”.

  27. Juan Antonio

    J.A.Iglesias
    27. ÁNGEL

    Aquel libro recogía algo más que una historia, se lo leían a su hijo autista para tranquilizarlo.
    Después del accidente, tras la muerte de sus padres, adopte a mi sobrino.
    De madrugada me despertaron los sonidos guturales salidos de su garganta y las sacudidas incontrolables de Ángel. Me acordé del poder del libro, me senté junto a él, lo acaricie como lo hacían sus padres, empecé a leerlo. Los malditos temblores desaparecieron.
    Él cogió mi mano, como lo hacia con su padre, «mi hermano gemelo»
    —Si, soy papá— le dije.
    Al poco tiempo dormía plácidamente.
    Al adoptarlo sabía que tendría para siempre esa pesada carga, mas ahora, volvería a hacerlo.

  28. Joaquín Collado Sevilla

    28. MEMORIA.
    Aquel libro recogía algo más que una historia. Vino envuelto y me extrañó recibir un regalo en el funeral de mi padre.
    -¿Para mí?.
    -Te servirá.
    De mí salió un gracias tímido ante lo que parecía una irreverencia. Ni siquiera abrí el paquete en ese instante. Lo hice en la intimidad de la madrugada. Lloré al verlo y seguí así por cada una de sus páginas. Un libro en blanco. Mas, sus páginas se ofrecieron a acoger todos mis recuerdos con mi padre, los que borró mi memoria y ahora leo. Pasé aquella noche escribiendo y volvería a hacerlo.

  29. Gregorio Vega

    29. Memorias de un miserable.
    Aquel libro recogía algo más que una historia. Lo que empecé como una expiación, acabó siendo la confesión de algo terrible. Cuando ella apareció en mi vida ―en mi historia―, se convirtió en el centro de mi existencia ―en el argumento único del libro―. Páginas llenas de momentos felices, de entrega sin reservas… Entonces ocurrió. Llevaba tiempo sintiendo que se alejaba de mí, observando pequeños detalles que presagiaban que iba a dejarme. La discusión empezó por una tontería que ni recuerdo. El miedo que había crecido en mi interior se manifestó súbitamente de forma violenta. Ahora… solo me queda engañarme pensando que, si tuviera otra oportunidad, no volvería a hacerlo.

  30. 30. El novio barman de la bibliotecaria

    Aquel libro recogía algo más que una historia. Olga se vio sorprendida por la nota en las primeras páginas: “Hola, soy de otro Club de Lectura. Antes de que termines de leer este libro, me gustaría comentarte algo. Te espero el viernes, a partir de las cinco, en el bar de la estación de autobuses. Si te animas, nos vemos. Iré vestido con una americana verde. ¡Ah!, por favor, esto debe quedar entre nosotros”.

    Aquel viernes la cafetería rebosaba lectoras que entraban allí “por casualidad”, mientras con un malogrado disimulo intentaban localizar al misterioso caballero. Él, tras la barra, chaquetilla verde y pajarita negra, servía ufano. Volvería a hacerlo.

  31. Ton Pedraz

    31.- Emulsión
    Aquel libro recogía algo más que una historia ahora que él dejaba escrita aquella frase sobre la primera página en blanco.
    Necesité sentarme antes de volver a leerla: ….siempre te quise, perdóname…
    Maldije y lo lancé con rabia contra las alacenas. Una botella de aceite se volcó. Inmóvil observé cómo el líquido avanzaba dispuesto a flotar sobre el charco de sangre que había dejado de manar desde el corte profundo de su muñeca derecha.
    Me prometió que nunca volvería a hacerlo.

  32. Aman L. Lordén

    32. LA TIRANÍA DE LA FAMA

    Aquel libro recogía algo más que una historia, era el inicio de un camino de gloria y perdición, su gran éxito editorial. Había escrito otras novelas antes, pero según los editores, carecían de credibilidad. Le aconsejaron vivir experiencias para que sus escritos cobrasen vida. Así nació Braxton, su asesino protagonista, ídolo indiscutible del público. Los lectores, vampiros insaciables, reclamaban siempre más sangre, logrando que en cada libro la violencia y crueldad de los asesinatos aumentase.
    Esta circunstancia le atormentaba. Vagaba en la oscuridad del parque considerando abandonar cuando vislumbró aquella joven aproximándose.
    Entonces comprendió que para seguir alimentando la hoguera de la fama, aunque no quisiera, volvería a hacerlo.

  33. 33.ANOTACIONES A PIE DE PÁGINA

    Aquel libro recogía algo más que una historia. Al acabar cada capítulo, anotaba mis confesiones más íntimas. Comencé por mi primera vez. María era su nombre. Plasmé todo lo que sentí al tenerla entre mis brazos. Conforme avanzaba la lectura, aumentaba mi deseo. Después vendrían Ángela, Manuela, Aurora… Creí que se apagaría ese impulso irrefrenable al terminarlo. Pero aún, tuve que utilizar la contraportada.

    Cuando el polvo comenzaba a adormecerse sobre él, apareció la policía en casa. Lo registró todo. Un agente lo descubrió y quedó atrapado con su lectura. Al esposarme, me preguntaron si estaba arrepentido de haber matado a esas ancianas. Les contesté: «No. Volvería a hacerlo».

  34. Nuria Rozas

    34. Historia de amor

    Aquel libro recogía algo más que una historia. Me enamoré de aquel hombre como nunca podría hacerlo de ningún otro y sufrí mucho cuando llegué al final. Tiempo después, nos reencontramos en la biblioteca por casualidad y volvimos a pasar unos días juntos. Pero esa vez no sentí lo mismo por él y, desencantada, lo olvidé. Años más tarde, me lo topé en una librería y no pude evitar dedicarle una mirada. Luego, una caricia. Me estremecí. Se me aceleró el corazón en cuanto sentí el contacto de su piel. Esa vez, me lo compré. No tendría que despedirme más. Y podría releerlo pronto. Seguro que volvería a hacerlo.

  35. 35. EL PODER DE LAS PALABRAS

    Aquel libro recogía algo más que una historia, se había convertido en su revulsivo. Siempre lo llevaba con ella. Tras su lectura, lucía un extraño brillo en la mirada y latía en su pecho un corazón valiente.
    Esa mañana, encaminó sus pasos hacia el aula, su andar era seguro y firme. Frente a la puerta, frenó en seco. Le temblaban las piernas, pero recobró la confianza al recordar que su extraordinario poder lo descubrió entre sus páginas. Antes de entrar, se encontró con la asquerosa sonrisa del profesor mientras la arrinconaba entre sus brazos.
    Con la fuerza de un dragón, se deshizo de él a golpes y volvería a hacerlo.

  36. 36. EL PROFETA
    Aquel libro recogía algo más que una historia. Trataba de forma minuciosa de revoluciones, hambrunas, guerras, sequías, epidemias, terremotos y otras catástrofes naturales que llevaron al planeta a una situación dramática.
    Estaba satisfecho, el texto había quedado inmaculado, dibujos de gran calidad ilustraban cada uno de los acontecimientos, los editores se pelearon por publicarlo, y se vendieron millones de ejemplares en todos los idiomas.
    Le propusieron escribir otro libro, pero revoluciones en todos los países llevaron a una gran hambruna que desencadenó la tercera guerra mundial, y epidemias, sequías, terremotos y otras catástrofes naturales asolaron la Tierra. Se negó, nunca volvería a hacerlo.

  37. 37. El libro.
    Aquel libro recogía algo más que una historia, eran hechos. Vivificaba mi vida con cada promesa escrita en él. Me daba esperanza en cada momento difícil. Me llenaba de gozo el final, porque era un gran final. Leer ese libro me encaminaba a fijar mis ojos en lo correcto, en el blanco perfecto. Lo leí rápidamente pero también muy detenidamente. Imaginaba cada historia escrita en él. Descubrí que estaba mal en mí con cada párrafo allí escrito. Se acerca mi último suspiro, deseaba leer una última vez ese libro y lo hice. Si tuviera tan solo unos minutos más de vida, volvería a hacerlo.

  38. 38. GENIO Y FIGURA
    Aquel libro recogía algo más que una historia. Era lo que esperaban del espía encerrado en esa prisión.
    Sus esbirros simulaban desconocer la existencia del libro que él mismo había encuadernado en talleres de la cárcel. Sería cuestión de tiempo hacerse con el manuscrito, pensaban.
    Jamás habían obtenido confesión alguna del agente extranjero a pesar de las múltiples torturas que casi acaban con su vida. Algunos creyeron que en verdad no sabía nada.
    Cuando apareció ahorcado en su celda, pronto encontraron el revelador libro de modesta encuadernación y, tras análisis minucioso, se constató que todas las páginas estaban en blanco salvo la última que en letra clara decía: Volvería a hacerlo.

  39. Ana Alcocer

    39.
    Aquel libro recogía algo más que una historia fantástica. Cuando cayó en mis manos, estaba estudiando Literatura y aunque su descubrimiento fue académico, ese realismo mágico se instauró en mi vida, impregnada estuvo la tinta de sus páginas de una vida universitaria rebosante de actividad y sueños.
    Cada vez que por cualquier circunstancia me alejaba del hábito de la lectura, volvía a abrirlo e inmediatamente regresaban a mi esas ansias que de niña me hacían devorar la pequeña biblioteca de mi colegio.
    Obviamente conservo esta joya como si de un incunable se tratara.
    ¿Leerlo nuevamente?
    Sí, volvería a hacerlo.

  40. 40. Punto final
    Aquel libro recogía algo más que una historia cualquiera. Al abrirlo, descubrí los retazos más destacados de mi vida: los dientes infantiles bajo la almohada, la comunión, el primer beso, mi matrimonio, el último polvo glorioso o cuando descubrí que Irene me engañaba con Javier. Avancé y leí que acababan de echarme, de casa y del trabajo. Noté que quedaban pocas hojas por leer y auguré que mi final estaba cerca. Busqué la última página, pero no encontré el cuchillo, los gritos y la sangre. Entonces volví a casa para comprobar que realmente había ocurrido. Otro habría regresado para dar marcha atrás, yo para convencerme de que volvería a hacerlo.

  41. 41. Fuera de convenio

    Aquel libro recogía más que una historia de niños. Lo supe cuando el pingüino Ricardo se presentó en mi baño mientras me lavaba los dientes. Como delegado sindical, traía una queja formal: trabajar sin un solo día libre, repetir pase hasta tres veces seguidas, o atender a la modalidad de “Salto”, cuando Lucía jugaba a abrir el libro por cualquier página, les estaba provocando un estrés inasumible. Intenté razonar con él. Hacerle ver que “Antartilandia” era el libro preferido de mi hija, pero nada. Finalmente, marchó después de incautarme todas mis reservas de dentífrico Licor del Polo y amenazando con que si no ponía una solución inmediata, volvería a hacerlo.

  42. Javier Palanca

    42. Definitivo

    Aquel libro recogía algo más que una historia, pero habían pasado tanto tiempo que no lo recordaba. Al tomarlo de la estantería para releerlo encontré la margarita dentro.
    Aquel día yo llevaba el libro en una mano y tu flor preferida escondida en la otra, pero no me dio tiempo a dártela porque tú hablaste primero.
    Cuando se me ocurrió deshojarla, y volvió a salir negativo, ya estaba claro que no volvería a hacerlo.

  43. Yolanda Nava

    43. EN BLANCO
    Aquel libro recogía algo más que una historia, se reescribía adaptándose a los gustos del lector. Papá encontraba en sus páginas trepidantes batallas, mamá apasionadas historias de amor, sin embargo, algo pasaba cuando yo lo tomaba que todas las páginas se quedaban en blanco. Yo no me rendía y llenaba las hojas de las historias que me habría gustado leer, gracias a eso me hice escritora, si lo tuviera delante otra vez, volvería a hacerlo.

  44. Pablo Núñez

    44. EL CIRUJANO

    Aquel libro recogía algo más que una historia, y no me refiero a que era una biblia que, como tal, estaba repleta de sagradas escrituras y enseñanzas. En sus últimas páginas había disimulado un pequeño hueco en el que llevaba escondido un bisturí. Tan solo tuve que usarlo en cinco ocasiones, pero si el pecado inundara de nuevo las esquinas de Whitechapel, volvería a hacerlo.

  45. Josep Maria Arnau

    45. REINSERCIÓN IMPOSIBLE

    Aquel libro recogía algo más que una historia. Cuando Ray apareció para hacernos las entrevistas, nunca imaginamos que tenía decidido escribirlo. Ni que su protagonista sería Montag, que ya llevaba un tiempo dubitativo. ¡Y había empezado a leer! El jefe nos informó que el objetivo del libro era desacreditar a los bomberos. ¡Nos quedaríamos sin trabajo!
    Montag se nos escapó por los pelos, pero llegamos a tiempo. Entramos en la editorial clandestina y ardió todo. Yo di la orden de utilizar los lanzallamas. Creímos que Fahrenheit 451 no se publicaría nunca. Ahora que estoy entre rejas, me han obligado a leerlo. Ha sido inútil, volvería a hacerlo.

  46. Blanca Oteiza Corujo

    46. Final

    Aquél libro recogía algo más que una historia entre sus páginas. No eran sólo palabras, era mi vida, mi alma en capítulos. Cada día leía unas líneas, episodios escritos con lágrimas derramadas entre las letras, enlazadas con dolor, pero también de esperanza. Otros escritos con sudor, con saliva, con alegría, valentía o el amor que cada día me rodea.
    Aquél libro envuelto en polvo como si fuera papel de regalo recorrió mis dedos temblorosos sabiéndose llegar al fin, en una fría tarde de invierno, cuando la noche rapta la luz temprano para guardarla hasta primavera. Aun sabiendo de mi desaparición tras la última palabra, volvería a leerlo, volvería a hacerlo.

  47. 47. HISTORIA MAGISTRA VITAE

    Aquel libro recogía algo más que una historia de la guerra civil. Aquel libro contenía en sí la guerra misma, que volvía a ocurrir cada vez. En sus páginas no había lugar para matices ni diálogos. Escaladas de soflamas, recuentos de ofensas recibidas y por recibir avanzaban inmisericordes en columnas, cada una desde su extremo del libro, hasta chocar en las páginas del centro, contagiando con la efervescencia de su sangre a las tripas del lector. Y cuando este se lanzaba a la calle incendiado y combativo, los dos bandos paraban un momento su refriega, y mostraban una misma sonrisa, satisfechos de haber reclutado a otro más que volvería a hacerlo.

  48. 48. Entrevista al escritor

    Aquel libro recogía algo más que una historia familiar. Se había basado en ella, pero algunas situaciones eran inventadas. No aceptaron sus explicaciones, y no fueron los únicos enojados al leerlo una vez publicado, sus amigos también. Poco a poco los fue perdiendo a todos. Incluso a su madre. Le colgó el teléfono, reprochándole que ella jamás le puso una mano encima; ojalá lo hubiera hecho en su momento, sentenciaba ante su ingratitud. Aún así, viéndose solo, consideró que el éxito de ventas y el contrato para una segunda parte avalaban su respuesta a la periodista: volvería a hacerlo.

  49. Pablo Cavero

    49. HORIZONTE ROTO
    Aquel libro recogía algo más que una historia, un legado vital escrito para sus hijas. Narraba los años en los que ellas aún no habían nacido. El babi y cánticos recitando los ríos. El internado pleno: de supervivencia, de profesores peculiares, de baloncesto, y de amigos, huérfanos también, que perduran tras un puñado de décadas. El pueblo con los amores de verano. Aquel padre, y escritor en ciernes, una vez recibida la noticia médica de que su páncreas le dejaba un horizonte a corto plazo, desechó aquellos bosquejos de novelas. Se centró en contar su historia. La paladearía con ellas. Por compartir sus sonrisas, volvería a hacerlo.

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