8. EPÍLOGO (Puri Rodríguez)
Cierre del círculo. Tramos de mi vida, que aquí os narré, resumidos en una sola palabra: Humo, Respuestas, Metamorfosis, Félix, Magia, Suerte, Involución y Epílogo.
Entre delirios de morfina y cuarenta kilos de peso, murió papá siendo aún joven. Yo tenía quince años y él se llamaba Aladino, aunque no llegó a tener la suerte del personaje del famoso cuento. Un cáncer llegó antes y se lo llevó.
Mamá Celia, que no quiso ponerme su precioso nombre y me inscribió con el de la abuela, murió tres décadas después, perdida en el devastador caos del Alzheimer durante doce años hasta que un ictus puso fin a su deriva mental.
Yo duraré poco, pero no me dolerá perderme este mundo nuevo, incierto y mediocre, os lo aseguro. Seré fiel a mi saga familiar, que abandonó esta Tierra, tan bella y tan dura, antes de cumplir los ochenta años.
Por tanto, hoy, comienzo ya a despedirme de mi hermano chico, de la gente que quiero, de la azarosa historia de mi vida, de este tiempo gris…Hasta que un no muy lejano silencio, inopinado y abrupto, os anuncie que, al fin, yo también me marché.
Fue un placer conoceros.
Espero que no sea autobiográfico Puri, te ha quedado tremendamente realista y descarnado, sin artificios y muy directo al corazón. Por favor, ¡dinos qué es ficción!
Es innegable que la sensación de que a la propia vida le queda menos es dura sin paliativos, por eso preferimos vivir sin pensarlo. Somos efímeros, no podemos engañarnos.
Otra sensación, la de que se vivieron tiempos mejores, pese a las dificultades y problemas de cada biografía, también es muy humana. Es verdad que hay mucho en el presente que es mediocre, y que mucho del futuro parece incierto, pero mientras haya vida siempre hay motivos para vivirla, y entre los nubarrones siempre se cuelan halos de esperanza; como dice un refrán, y otros similares: «En peores plazas hemos toreado».
Un relato que quizá tenga vocación de epílogo, pero que puede y debe cerrarse con broche de oro, cuanto más tarde mejor, se ponga como se ponga el mundo
Un abrazo grande y suerte, Puri.
Pues de verdad que lo siento, Rosa, pero no, no es ficción. Todos mis relatos de este año que termina son autobiográficos, decisión que tomé quizá para variar, tras tantos anteriores de ficción. Pero no te preocupes, fueron experiencias difíciles que quedaron en el pasado, aunque evocarlas y traerlas al presente a veces duele, claro. Muchas gracias por leerme y por tu sentido comentario, guapa. Un cariñoso abrazo.
Eso intentaré, querido Ángel, vivir el tiempo que me quede lo más feliz que pueda, y luego irme sin ruido y sin molestar demasiado…»Como una dama», que dijo uno una vez. Y aunque yo no confío en la esperanza, siempre trato de encontrar ese hilo de luz entre la espesa negrura. Gracias por tus palabras, amigo, una vez más, y un abrazo enorme.
Como no sé que decirte, simplemente te doy un abrazo fuerte.
Puri, no te conozco, pero me has dejado con el corazón encogido. Solo puedo abrazarte en la distancia.
Gracias, Edita, por tu abrazo, tan conciso pero, a la vez, tan suficiente que con tu cariño me basta. Un beso, guapa.
Lo siento mucho, querida Rosalía, te lo aseguro. Sé que son más leves y menos duros los relatos de ficción que los autobiográficos, como los que decidí publicar yo este año. Pero 2024 está a punto de acabar y.. Retomaré la ficción en 2025. Ea. Un abrazo, guapa y…Tranquila, que aún sigo por aquí.