41. Es el hombre
Amawole eh eh eh amawole, canta el niño de regreso a casa. La libreta orgullosa entre sus dedos teñidos de un color pardo tirano. Hoy ha sido el único en acertar la respuesta. Y la maestra le ha premiado, por fin, con su primera estrella de plata. Las cinco puntas centellean en la hoja de la adivinanza. Tan hermosa como los astros que iluminan su camino hacia la escuela. Tan serena como los mismos astros que le guían al terminar su jornada en la plantación de cacao.
Kintela A nga Nalela Suso, grita incauto por el camino. Él, que siempre se desplaza silencioso como los espíritus, se ha descuidado. No era el elefante ni el hipopótamo ni la pantera ni la serpiente. Ríe al recordar que sus compañeros ignoraban cuál es el animal más peligroso. Pero la vanidad le tapa los oídos. No escucha las pisadas. Cinco pares de botas le rodean de inmediato. Arrojan su cuaderno contra la tierra para cambiarlo por un Kalashnikov. Mientras le empujan con sus culatas, las suelas —de un negro feroz—, pisotean las cuartillas. Las convierten en desechos. En moribundo polvo de estrella.
Un joven prometedor sufre en su propia carne la respuesta a una pregunta que ha sabido contestar en la escuela y que sirve de título a este relato redondo. El cambio forzoso de una libreta escolar por un fusil de asalto va a dar un giro a su vida con difícil vuelta atrás, a sus posibilidades e ilusiones. Las estrellas a las que había empezado a acercarse quedarán muy lejos, inalcanzables, con una vida provechosa cercenada. Cuántos casos cómo el suyo o similares deben de darse cada día en un continente maravilloso, sin duda, pero también convulso, siempre en construcción, sin bases sólidas, bajo continuos retrocesos.
Un relato que golpea, una historia muy bien contada.
Un abrazo y suerte, María
Como siempre, un análisis exahustivo y enriquecedor del relato.
Muchas gracias, Ángel, por darnos tanto.
Un abrazo.
María, me has dejado sin palabras, así que solo voy a darte la enhorabuena por escribir un relato así, y agradecerte que lo hayas compartido con nosotros.
Un besazo, escritora.
Y yo solo puedo decirte que muchísimas gracias por tus palabras. Son preciosas.
Un besazo de vuelta también para ti. Ya me contarás qué tal vas con la rodilla.
Un relato tan crudo como bello y bien contado.
Pasa directamente a mi quiniela de favoritos para esta convocatoria.
Que tengas la suerte que no necesitas.
Besos.
Jo, Rafa, un honor estar en tu quiniela. Y bien grande.
Un beso para ti.
Qué bueno, María. Vestido de papel embellecerá el libro.
Felicidades!
Gracias, Yolanda. Hasta tus comentarios son literatura. Da gusto leerte.
Un beso.
María, sin palabras. Triste realidad la que cuentas en muchos países; infancias y sueños robados.
Muy buen relato, una joya.
Un saludo
Cierto Blanca, por desgracia poco hay de imaginación en este relato.
Un abrazo y gracias por tu comentario.
Ay, María. Lo he leído sentada en el borde de la silla y con el corazón encogido. Maravilloso en su crudeza y que lucirá perfecto en el libro. Un gran abrazo, compi.
Belén, siempre tan dulce con esas palabras tan hermosas, querida compi.
Un abrazo grande también para ti que espero darte pronto en persona.
Un cuento estremecedor y con una frase final de antología. -qué buena eres, María.
Paloma, muchas gracias por ese piropo tan bonito.
Un abrazo grande grande.
Maravilloso texto, María aunque tan crudo. Pero por desgracia narra una terrible realidad. Un gran abrazo. Gloria
Jo María, qué bonito y qué bien nos has llevado desde esa ilusión y esa inocencia infantil hasta ese moribundo polvo de las primeras estrellas de plata. Maravilloso relato.
Nos leemos.
María me gusta mucho tu historia y tu prsonaje que se ha hecho hombre demasiado rápido, si a eso se le puede llamar convertirse en hombre. Triste y real suceso que reflejas con certeras palabras y una hostoria bien contada que llega a todos. Bravos, suerte
A veces parece inalcanzable el momento en que podamos caminar juntos. Tu personaje era consciente de ello, pero baja la guardia, fatalmente, llevado por una dulce embriaguez. El que nos hagas empatizar tan bien con la grandeza interior del personaje, acentúa la rabia y la impotencia que produce el desenlace. Gran relato, María, escrito con arte y maestría. Enhorabuena y suerte con él. Un abrazo.
Duro y bellísimo relato al tiempo, María. Lo peor es que refleja una realidad que está sucediendo en muchos países de África y América Latina. Niños cuyo futuro es cercenado de cuajo, cambiando la escuela por las armas. Algo que transformará sus vidas para siempre, convirtiéndolos en asesinos. Bravo, María por esta maravillosa historia. Un abrazo enorme