23. Escaleras y escaleras
Es de tipo fino,movimentos elegantes y algo de soberbia en su mentón.
Dezliza su cuerpo como si flotase, atrayendo las miradas de todos.
Pero yo sé que la Gran Milá solo es una joven que arrastra la pobreza de su infancia, las palizas de su padre y los sobeteos de manos repugnantes, aunque un día tropezara con Esther, mujer madura de similar pasado, que se empeñó en enseñarle modales y la hizo subir y bajar las escaleras una, mil y un millón de veces sin mirar los peldaños para convertirse en la vedete que es hoy. Milagros sigue volviendo al barrio cada lunes para llevar unos billetes a su madre, eso sí, llega con su coche de lujo, conducido por mí, su chófer. Soy yo quien hace entrega del dinero y descubre lo que en realidad esconden otras escaleras, las que suben al cuartucho de su progenitora, que se muere con la alegria de saber que su hija no morirá igual que ella,aunque jamás la haya vuelto a ver.