71 EXTRANJERO
Marcos no fue un niño como los demás. Se pasaba los días encerrado en el dormitorio, examinando el mapamundi desplegado sobre el suelo, calculando distancias y soñando con visitar todos los países.
Desde que tuvo independencia y algo de dinero en el bolsillo, no ha parado de viajar. Adora la sensación de perderse por las calles, de que lo miren con extrañeza y de no entender ni una palabra del idioma. Durante años ha malvivido como artista callejero o vendedor ambulante, pero en cuanto los habitantes autóctonos empezaban a acostumbrarse a su presencia, hacía las maletas y elegía otro destino, cada vez más lejano y exótico.
Hace un mes regresó a su pueblo, convencido de que el mundo es realmente un pañuelo y se le ha quedado pequeño. Se comunica en una mezcolanza de lenguas, no soporta los guisos de la madre porque dice que en España todo lleva ajo y ni siquiera sus hermanos lo reconocen como parte de la familia. Ahora es totalmente feliz, porque en ningún lugar se había sentido tan extranjero como en su propia casa.
Cada uno tenemos nuestras propias inquietudes, pero nunca nos conformamos con lo que tenemos, nos parece terreno quemado o baldío, demasiado visto, sin interés, buscamos otros lares que nos satisfagan, para llegar a la conclusión de que todo puede ser interesante y de todas partes se aprende, pero como dice un dicho: «Como casa no hay nada».
Un relato circular que refleja bien el espíritu de muchas personas.
Un abrazo y suerte, Asun
Muy divertido el relato, buscando sentirse extranjero hasta en su propia casa, quizás ese anhelo lo necesitaba para sentirse diferente. Muy interesante.