63. Génesis
Y en el principio creó el verbo y el verbo se hizo palabra y habitó entre nosotros y vio el escriba cuán solo estaba y le dio un sustantivo por compañero y les ordenó crecer y multiplicarse y ser los señores de las letras y el verbo tanteó al sustantivo y el sustantivo, receloso, le exigió que le regalara algún adjetivo y el verbo le manifestó cuán encantador, ameno y exquisito resultaba y le hizo preposiciones deshonestas y el sustantivo las aceptó y lo hicieron bajo, sobre, contra, entre, con, sin, hasta y tras y se acentuaron y adverbizaron de todas las formas posibles, en todos los lugares y durante largo tiempo y el escriba advirtió que el frenesí se prolongaba en demasía y les prohibió continuar y observó cuanto habían hecho y vio que era bueno en gran manera y aun así corrigió allí, añadió acá y eliminó acullá y una vez finalizado lo bendijo y lo bautizó microrrelato, en el nombre de Calopie, de Talía y de todas las santísimas musas. Amén.
Si algo nos caracteriza desde el inicio de los tiempos como especie, nos hace humanos y con ínfulas de supuesta divinidad, es el lenguaje, algo tan complejo como completo, variado y eficaz. Todo lo que se nombra existe y ocupa un lugar.
Un relato en claro homenaje a las palabras y al género que tanto nos gusta.
Un abrazo y suerte, Javier
¡Bravo! Muy bien encontrado este paralelismo con el principio «era el verbo» y el uso de las palabras, adjetivos, preposiciones, etc., enlazándolo hasta el microrrelato.
¡Que las musas nos sean propicias!
Saludos,
Carme.
Un Génesis muy original, Arroyo. Todo del tirón parece raro, pero hace un efecto muy logrado. Me gusta. Suerte con él!