42. HIDALGO PRESIDENTE (Rafa Olivares)
Por turno rotatorio, Ireneo Hidalgo, escribiente, idealista y hombre de nobles principios, accedió a la presidencia de su Comunidad de Propietarios. Como nunca había ostentado cargo de tan alta relevancia, asistió ilusionado a su primera junta con un buen ramillete de propuestas de mejora.
La de establecer turnos de tendido de ropas, para evitar riñas y trifulcas por las molestias que se ocasionaban a los vecinos de los pisos inferiores, fue rechazada con desprecio y sin discusión. Ni siquiera los más afectados que siempre se quejaban la apoyaron.
La de sustituir por leds las bombillas tradicionales, que reducirían el gasto de consumo hasta amortizar la inversión en menos de un año, se desestimó por sofisticada. De woke la calificó alguno.
La de reducir el horario de uso de piscina y pista de tenis, para facilitar el descanso durante la siesta y la noche, fue denegada por represora y coercitiva.
Idéntico resultado obtuvo el resto de la decena larga de proposiciones de Ireneo que, no obstante, volvió a su casa, en el tercero centro derecha, con la satisfacción del deber cumplido y con el firme propósito de preparar otra batería de propuestas para la reunión del próximo trimestre.
Por mucho que D. Ireneo cambie de apellido y se reencarne en personajes diferentes, siempre que siga teniendo el mismo escribiente, seguirá siendo impactante, ocurrente, maravilloso…
En principio el personaje de este relato era el mismísimo Ripalda, pero luego aprecié que el apellido Hidalgo encajaba mejor con su carácter, así que recurrí al primo hermano con quien comparte el nombre del abuelo. Todo queda en familia. Gracias, Edita, por tus generosas palabras.
Nadie que se llame Ireneo puede dejar de ser interesante, si no, que se lo pregunten a un homónimo de apellido Ripalda. Tu protagonista, puede que sin ser consciente de ello, tiene bien presente lo mejor del hidalgo manchego: dedicación a las personas y altruismo, conciencia para hacer lo debido, que después no tenga correlación práctica no cambia nada de su postura, él hace lo que debe hacer, y eso le honra, al contrario de los que se recrean en la protesta, pero a la hora de la verdad se quedan en el inmovilismo. Él está en el lado correcto, los demás se retratan solos.
Un abrazo y suerte, Rafa
Así es, un hombre identificado con el carácter de su primer apellido -el segundo, obviamente, es Ripalda- al que honra con su comportamiento.
Gracias, Ángel, y un abrazo.
Ay, me encanta Ireneo y la gente que es como él, siempre intentando mejorar el cachito del mundo en el que viven, aunque la realidad lo ponga difícil. No como yo, que no voy a las reuniones de vecinos por no pelearme con todo el mundo!!
Si es que no tengo ni pizquita de quijota…
Un abrazo y suerte.
Gente altruista y generosa. Ojalá abundaran más.
Gracias, Rosalía, un beso.
Pues yo, que me trago todas las juntas de vecinos de mi casa, agradecería tener a alguien tan juicioso y con esa batería de sensatas propuestas a mi lado. Dime dónde vive, Rafa, que me mudo a su comunidad.
Un besazo, compi.
Quizá con el apoyo de tu voto se venga arriba y multiplique el número de propuestas baldías.
Un beso, Ana María.
La libertad por encima de todo. Así nos va. En los bloques, en los pueblos, en las ciudades. En fin, la Comunidad es en lo último que se piensa. Nuestro ombligo siempre es más importante.
No hay como las comunidades de vecinos para ver el «cada uno a la suya» y, desde luego, un terreno abonado para hacer el Quijote.
Gracias, Rosa.
Abrazo.
Un Quijote como Dios manda, ese Ireneo. Muy buen relato costumbrista, pardiez, amigo Rafa. Un abrazo.
Un Quijote contemporáneo, que haberlos haylos, amigo Sancho, digo Antonio.
Abrazo.
Me encanta tu personaje, Rafa, ese Ireneo que nos trae ese eterno retorno, con el que asistimos a las andanzas de la reencarnación del Quijote. Seguro que seguirá insistiendo con sus «alocadas» ideas y propuestas. Al final, se saldrá con la suya. Un abrazo
Gracias, Jesús. Los auténticos quijotes son inasequibles a la desesperanza y nunca cejan por conseguir un mundo mejor.
Abrazo.