15. HOMENAJE
Me fascinó su particular modo de vestir , su corte de pelo, un aire parisino que fue el primer contacto con lo extranjero de una niña pequeña de un pueblo “muy pueblo”. Cuando nuestras familias se hicieron inseparables, descubrí embelesada que escuchaba canciones francesas y ópera, que entre sus parientes había pintores y músicos, que al cumplir los dieciocho se fue a París a trabajar en la clínica de un dentista, que también cosió botones en una empresa suiza, en un viaje por Europa que duró poco más de un año.
En la pared un retrato suyo en Montmartre y una foto infantil vestida de fallera. El primero trasminaba estilo, vida y libertad, el segundo era la viva imagen de una familia católica tradicional; en esa dualidad se debatió siempre. Cuando me hice adulta no entendí muchas veces que aquella persona que había idealizado de niña fuera la misma que en su madurez acabó abrazando un ideario bastante retrógrado y tuvimos múltiples ocasiones de confrontar nuestras diferencias.
Aquel día no supo argumentar en una de nuestras muchas conversaciones y sospeché…luego vino el diagnóstico.
Hace muy poco se fue una muy buena persona que ya sólo sonreía cuando oía música francesa…..
Un relato que bien podría tener algo de autobiográfico, con un título que resume el sentido del mismo. Una historia en la que lo más destacado es el contraste entre culturas a un distinto nivel que, sin embargo, no supone obstáculo para que sus protagonistas congenien, de forma duradera, además, hasta la triste enfermedad de una de ellas.
Unas historia con probables tintes personales que pedía tomar forma escrita.
Un abrazo y suerte, Ana
Efectivamente hay personas que dejan una huella importante en la vida de muchos y esta es una forma más de agradecimiento.
Siempre captas la entraña de los textos.
Gracias por detenerte aquí.
Abrazos