Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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JORNADA 15. ENTRADA 7. MADRID B / CANTABRIA A

MADRID B

Paloma Hidalgo, Patricia Collazo, Manuel Montesinos, Asunción Buendía, Susana García

CANTABRIA A

Paloma Casado Marco, Ginette Gilart, Susana Revuelta, Alberto Muñoz

Cada uno de los equipos aquí señalados tendrá que publicar en el espacio reservado a los comentarios de esta entrada del blog, un relato INÉDITO de un máximo de 180 palabras (sin contar el título) antes de las 20 horas (hora local española) del DOMINGO 27 DE DICIEMBRE cumpliendo las siguientes condiciones:

 

CONDICION 1: VIVIMOS EN UN LUGAR ÚNICO

El relato tendrá que incluir un elemento que pueda considerarse muy simbólico de vuestra Comunidad Autónoma (una botella de rioja o una de sidra, un barco de pesca o un carro de caballos, una procesión de Semana Santa o las campanadas desde la Puerta del Sol, una vendedora de castañas o un chiringuito…) o que la acción permita ver un rincón o un espacio representativo de vuestros territorios (El Parque Guel o la Gran Vía, la Playa de los Cristianos o el pueblecito de La Alberca, la calle Sierpes o las de Castro Urdiales…) Nos servirá con que cumpláis una de esas dos posibilidades.

 

CONDICIÓN 2: SIN SENTIDO

La historia debera incluir al menos a un personaje que muestre problemas en alguno de sus sentidos: vista, oido, olfato, gusto y tacto. Puede faltarle por completo o que la historia recoja su insuficiente o mal funcionamiento.

 

PUNTO EXTRA: LA ÚLTIMA OPORTUNIDAD

Como sabéis esta condición es voluntaria.

Para tener opción al PUNTO EXTRA vamos a dar una segunda oportunidad (LA ÚLTIMA) a esos relatos que no consiguieron imponerse en anteriores jornadas. Deberéis elegir un relato entre los que habéis presentado a esta sección de “punto extra” (solo los escritos exclusivamente para el «punto extra») y que no hayan sido resultado ganadores, indistintamente de su tema o condiciones.

Podréis presentar el que os parezca, pero deberá aparecer sin rectificación alguna, tal y como apareció en su día; y claro, por ser un “punto extra” … solo debería tener un máximo de 100 palabras.

Tendréis que publicarlo como un comentario diferente al relato oficial, usando cualquiera de los usuarios del equipo y especificando la palabra EXTRA con el nombre de vuestro equipo entre parentesis antes del título. Cuando ambos equipos lo hayáis publicado, abriremos una votacion popular mediante un formulario en el que podrán votar todos los usuarios de ENTC (participantes en la LEMCA o no) salvo los jugadores implicados en este encuentro. La votación permanecerá abierta hasta el 28 de diciembre.

El PUNTO EXTRA será para la presentación que obtenga un mayor número de votos.

 

Consultadnos cualquier duda. Hay tiempo.

Revisad bien el texto antes de publicarlo porque, una vez hecho, no habrá posibilidad de corregir ni reeditar.

El resultado de este encuentro se hará público en una entrada general de la sección ENoTiCias.

 

VOTACIÓN PARA EL PUNTO EXTRA

4 Responses

  1. (MADRID B)
    Salvar la Navidad

    El olfato y el gusto los perdió durante aquella pandemia. Para el abuelo no fue un síntoma transitorio. Él lleva treinta años bebiendo agua caliente porque no necesita gastar en café.
    Pero quedarse ciego ha terminado por hundirlo. Nada lo anima ya. Salvo ir a ver las luces del centro en Navidades. Aunque no las vea. Le gusta escuchar la vorágine de gente, el soniquete de los villancicos, percibir los codazos de la multitud pugnando entre los puestos de la Plaza Mayor.
    Por eso este año decidimos llevarlo igual. Lo paseamos en coche por el barrio, deteniéndonos ante semáforos imaginarios y bufando por el tráfico inexistente. Luego, lo bajamos en el callejón donde nos esperaban los pocos parientes que nos quedan, con sus grabaciones de sonidos navideños, sus codos y empujones prestos. El abuelo disfrutó como loco.
    Nosotros, aliviados por no tener que decirle que la Navidad se ha abolido para siempre, no percibimos su nariz fruncida por el hedor a basura del callejón, ni su cara asqueada cuando le hicimos comer aquellas bandas elásticas diciéndole que eran calamares.

  2. MADRID B (Punto extra)
    En secreto
    La primera vez la pateaste al entrar a casa. La recogiste dubitativo. Alguien la había pasado por debajo de la puerta. Pero no sabías quién, y menos aún, qué abriría aquella llave envuelta en papel de seda.
    Después te apareció en el bolsillo del abrigo, en el cajón de los cubiertos, enterrada en el café soluble y hasta debajo de la almohada. En cada una de estas ocasiones, te encogiste de hombros y la echaste a la basura.
    Yo, desde el balcón de enfrente, sigo observándote pesarosa. Con mi corazón en la mano, sangrando por el ojo de su cerradura.

  3. susana revuelta

    Cantabria A

    ALTAMIRA

    Una cosa era dibujar un caballo o la cabeza de un ciervo, aprovechando el relieve de una roca, y otra muy distinta llenar de bisontes la bóveda de aquella cavidad. Deslomado estaba, y medio aturdido del pestazo a humedad y moho. Todos alababan lo bien que le había quedado y no paraban de llegarle pedidos.

    —Mañana pásate por mi cueva y me haces presupuesto —le decían.

    Aunque lo que realmente le habría gustado no era pintarlos, sino cocinarlos. Con el descubrimiento del fuego, pasó de comer carne y pescado crudos a embriagarse del aroma de un guiso bien especiado o unas chuletas a la brasa. Adivinaba por el olor, a muchos metros de distancia, todos los ingredientes de cualquier receta.

    Con el tiempo, pensó, desarrollaría técnicas propias, como deconstruir una tortilla de patata y servirla en copa de cristal o incluso, por qué no, utilizar nitrógeno líquido en sus platos. Mientras elaboraba mentalmente esta última ocurrencia, un grito le sacó de su ensimismamiento.

    —¡Ven un día a mi gruta de la playa, verás qué paredes calizas tiene más majas!

  4. susana revuelta

    Punto extra. CANTABRIA A

    CARRETERA AL INFIERNO

    Aunque tenía combustible suficiente para huir con el botín, decidí desviarme para repostar. El coche que me seguía se detuvo a mi lado. La mujer al volante rebuscaba en su bolso. Sacó un espejito. Mientras se ponía colorete me observaba de reojo. Del otro lado se bajó un hombre ceñudo. Intentó abrir mi puerta sin conseguirlo. Entonces ella le propuso regar mi auto con gasolina. Cuando cogía la manguera salí con la bolsa y, arrastrándome por detrás, me monté en su coche. La mujer le lanzó la colilla que humeaba en sus labios, arrancó y gritó:

    ―¡Que disfrutes del infierno!

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