JORNADA 3: CASTILLA LA MANCHA / CANTABRIA A
Encuentro 4: CASTILLA LA MANCHA / CANTABRIA A
CASTILLA LA MANCHA
Pablo Cavero, Margarita del Brezo, Isidro Moreno, Miguel Angel Molina, Sara Nieto
CANTABRIA A
Paloma Casado, Ginette Gilart, Susana Revuelta, Alberto Muñoz
Cada uno de los equipos aquí señalados tendrá que publicar en el espacio reservado a los comentarios de esta entrada del blog, un relato INÉDITO de un máximo de 180 palabras (sin contar el título) antes de las 20 horas (hora local española) del DOMINGO 12 de Julio cumpliendo las siguientes condiciones:
CONDICION 1: ROAD STORY
El relato, al estilo propio de las “road movies” cinematográficas, debe estar localizado en el ámbito de un viaje por carretera… No es necesario que se ambiente en el propio vehículo (automóvil, moto, camión…), sino que servirá cualquier lugar ligado a estos viajes como bares, moteles, zonas de descanso, gasolineras…
CONDICIÓN 2: UN VIAJE CON PRINCIPIO Y FIN
Aunque el argumento no tiene que ser circular vamos a forzar un inicio y un final idéntico: la primera y la última palabra del relato deben ser la misma. Un ejemplo: si el relato comienza “TRES caballeros cabalgan … tendría que acabar en algo así como “ … ninguno de los TRES” La palabra será la misma aunque aceptaremos significados diferentes en uno y otro caso; o sea se puede usar, por ejemplo, “bajo” como preposición en el comienzo, y que en el uso del final “bajo” tenga cualquiera de sus acepciones como sutantivo, adverbio o adjetivo.
PUNTO EXTRA:
CARRETERA AL INFIERNO
Esta posibilidad extra y voluntaria será para obtener un punto más que será valorado por una VOTACIÓN POPULAR en el caso de que ambos se presenten.
El tema y el titulo del texto que os podrá dar ese punto extra tendrá que desarrollar el concepto de “carretera al infierno” Admitiremos cualquier tipo de texto: narrativo, poético, descriptivo… solo queremos que tengáis en cuenta que tendréis que convencer de su interés a un JURADO POPULAR.
Solo podréis usar un máximo de 100 palabras.
Tendréis que publicarlo como un comentario diferente al relato oficial del encuentro especificando el nombre de vuestro equipo entre parentesis y el título CARRETERA AL INFIERNO. Cuando ambos equipos lo hayáis publicado, abriremos una votacion popular mediante un formulario en el que podrán votar todos los usuarios de ENTC (participantes en la LEMCA o no) salvo los jugadores implicados en este encuentro. La votación permanecerá abierta hasta el 13 DE JULIO.
El PUNTO EXTRA será para la presentación que obtenga un mayor número de votos.
Para publicar el relato o el texto del punto extra podéis usar el usuario de cualquiera de los componentes del equipo, pero lo distinguiréis poniendo el nombre de vuestro equipo entre parentesis antes del título.
Consultadnos cualquier duda. Hay tiempo.
Revisad bien el texto antes de publicarlo porque, una vez hecho, no habrá posibilidad de corregir ni reeditar.
El resultado de este encuentro se hará público en una entrada general de la sección ENoTiCias.
(Cantabria A) CARRETERA AL INFIERNO
Aunque tenía combustible suficiente para huir con el botín, decidí desviarme para repostar. El coche que me seguía se detuvo a mi lado. La mujer al volante rebuscaba en su bolso. Sacó un espejito. Mientras se ponía colorete me observaba de reojo. Del otro lado se bajó un hombre ceñudo. Intentó abrir mi puerta sin conseguirlo. Entonces ella le propuso regar mi auto con gasolina. Cuando cogía la manguera salí con la bolsa y, arrastrándome por detrás, me monté en su coche. La mujer le lanzó la colilla que humeaba en sus labios, arrancó y gritó:
―¡Que disfrutes del infierno!
(CANTABRIA A) 7 DE JULIO DE 1982
Lola conducía; yo iba de copiloto; Silvia en el asiento de atrás. Bajamos las ventanillas. «Pon música —pidió Lola». Metí la cinta de los Rolling Stones «Tattoo you» en el radiocassette. Había que vernos a las tres, las melenas al viento, cantando: «¡¡Start me up!!».
A buena hora recogimos al chico que hacía dedo.
Él también iba al concierto. Era uno de esos fans que conocen al dedillo la vida y milagros del grupo. No paró de hablar hasta que sacó papel de fumar para liarse un canuto. «¿Queréis?» —preguntó. Lola, acérrima enemiga de cualquier droga, saltó: «Ni se te ocurra. En este coche no se fuma.». Él siguió a lo suyo. Silvia reía. Cabreada, Lola se giró para darle un manotazo y no vio el perro que cruzaba en ese preciso momento. «¡Lola! —chillé». Dio un volantazo y fuimos a chocar contra el camión que venía de frente.
Nunca llegamos al concierto. De los cuatro, la única que llevaba cinturón era yo.
Desde entonces por las noches tengo pesadillas. Me suelo despertar gritando:
«¡Lola!, ¡Lola!».
(Castilla La Mancha) CARRETERA AL INFIERNO
La carretera se alarga hasta el infinito. Jesús vaga apesadumbrado ante la desolación que dejó la pandemia.
Una avioneta intenta aterrizar bajo el sol inmisericorde. Con el miedo en los talones Jesús se lanza a la cuneta. Luego, el mismísimo Satanás desciende tarareando «Highway to Hell».
—No has dejado ni rastro de la humanidad, Satán.
—Han sido ellos. Te dije que yo sólo observaría.
De pronto cae la niebla y ambos se dirigen hacia la avioneta.
—Sube, te llevaré donde quieras. Presiento que este es el final de una horrible enemistad.
Y ambos comienzan a silbar «As time goes by».
REENCUENTRO (Castilla La Mancha)
Plácida mañana para viajar, pienso mientras acciono el mando para subir el cabecero. Cojo el mapa que encargué a la enfermera y lo despliego sobre mis piernas. Fijo la vista, acerco la mano temblorosa, y arrastro el dedo por el papel satinado buscando mi ubicación. Cuando la encuentro, emocionado y nervioso comienzo a recorrer esas carreteras tantas veces transitadas.
Son pocos kilómetros, lo sé, pero el párkinson me impide ir más rápido. Incluso en alguna de las curvas mi dedo abandona el camino marcado y debo retroceder.
Antes de llegar al destino final me detengo unos instantes sobre el pueblo en el que fuimos felices. Las lágrimas diluyen su nombre. Me sitúo unos milímetros más allá, donde calculo que estarán las montañas en las que esparcieron sus cenizas. Me desprendo entonces del oxígeno e inspiro hondo. Puedo sentirla en cada bocanada de aire nuevo y por primera vez desde hace mucho tiempo me siento feliz.
Arranco los cables y las vías que me mantienen atado y, mientras suenan los pitidos en los monitores, dibujo en mi rostro una sonrisa plácida.