36. La aventura de los libros / Mujer QXT
– La sentencia contra mi persona está consumada. Y de su puño y letra firmada. Esta crueldad de mi Padre me obligará a renunciar a mi vida, a mis sentimientos, a mi libertad y, sobre todo, a mis libros. Ya no poseeré nada mío. Yo seré la posesión de alguien, un hombre al que detesto, aunque apenas si conozco. Pero mi libertad quedará presa en sus razones. Y mis novelas y las aventuras que en ellas viven morirán para siempre, pues nadie querrá tener noticia de lo que una loca de los libros atesoraba.
El aya va recogiendo los trozos de las cuartillas que su Señora, ahora llorosa en su lecho, ha destrozado en su arrebato de ira contra la decisión de su padre y del desgraciado caballero con el que su unión en matrimonio se ha firmado.
– El Amo tenía razón. Que las letras son menester de mentes más preclaras. Que se le estaban haciendo agua las entendederas con tanto leer, mi Señora Marcela. Ni molinos ni molinas. Espero que vuestro futuro marido tenga la caridad y la paciencia que una joven casada requiere. Ingrata sois dando la espalda a vuestra buena fortuna. Ni gigantes ni gigantas.
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Por qué no, se comenta que Shakespeare no escribió los libros que se le atribuyen. ¿Estábamos al lado de Cervantes mientras escribía el Quijote? Fuera de bromas, me gusta la inútil rebeldía de tu protagonista. Así es cómo la mujer ha ido rompiendo barreras. Preferiría que hubiera tenido éxito pero eso es fantasía.
Un relato realista, y que invita a soñar.
Hace tiempo leí una teoría acerca de Shakespeare y una posible hermana literata. Todo podría ser.
Gracias por tu comentario, me ha encantado la descripción de mi prota 🙂
Soñar es gratis, y escribir también.
Saludos Rosa
La historia y la vida no han sido justas con la mitad de la población humana, en el sentido de tener cerradas, de entrada, muchas posibilidades, incluidas, por supuesto, las letras. Cuántas buenas escritoras que podrían haber sido no hemos conocido, y pintoras…
Un abrazo y suerte, Esperanza
Como decía Virginia Woolf: “En la mayor parte de la historia, Anónimo era una mujer.»
Siguiendo esta teoría podríamos encontrar infinitas autoras de (libros, cuadros, edificios, o X) ¿Quién sabe?
Aunque ya solo por acercarte a los libros, que no eran cosa de mujeres, ya se las tildaba de diferentes, extravagantes y vete a saber qué más…
Gracias
Un abrazo Ángel y suerte para tí ♣
Qué poco le ha durado la ilusión a una posible creadora cervantina o, cuando menos, quijotesca. Una lástima.
De ilusiones también se vive, pero tienen que tener una pequeña base de posibilidad.
Hay muchas posibles ‘Cervantinas’ por el mundo. Todo puede ser.
Gracias Edita
Saludos
Esperanza, después de saber la cantidad de obras, inventos, y descubrimientos que han llevado a cabo las mujeres y que les han sido arrebatados por los hombres de su entorno, tu historia no me parece descabellada del todo. Y además, bien escrita.
Un abrazo y suerte.
Últimamente vamos conociendo a muchas ELLAS que se quedaron en las sombras en su momento.
Gracias Rosalía ♣
La historia escrita por hombres ha dejado a las mujeres en la sombra. Han sido invisibles. Y justamente la rebeldía, la disidencia y la transgresión nos han hecho avanzar. Buen relato.
Un abrazo y suerte!
Las invisibles se podría titular alguna recopilación de autoras, si es que no la hay ya.
Gracias Mª Paz
Un abrazo y suerte para tí 🙂
Buen microrrelato, Esperanza, con alegato a la injusticia con la que se ha tratado a las mujeres que escribían a lo largo de la historia. Bien traído el tema, bien las voces de los personajes, y un final que te deja pensando en el destino, cruel a veces, de tanta genia olvidada de las letras. Un abrazo muy grande
Entre las páginas de los libros, entre pinceles o en tantas otras artes y oficios… Quién sabe la de ‘genias’ y genios ocultos que hemos perdido a lo largo de la historia.
Un abrazo
Gracias Jesús.