Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

Single Blog Title

This is a single blog caption

68. LA BELLEZA ESTÁ EN EL INTERIOR

Sofía era feísima. Cuando empezamos a salir mis amigos se burlaban de ella, comparándola con sus novias. Yo mismo me avergonzaba de que alguien conocido nos viera pasear cogidos de la mano.

Hasta que una tarde, sentados en el espigón del muelle, me zambullí en la puesta de sol que se proyectaba en su iris. Admiré la perfección de los tonos rojizos en la retina. Acaricié la marmórea superficie de su estructura ósea y me balanceé en la blandura porosa de las vellosidades intestinales. Como una cosa llevó a la otra, acabé bailando al ritmo de las sístoles del miocardio palpitante. Vibré con los acordes eléctricos de sus conexiones neuronales. Callejeé por el entramado sublime de los bronquios, deseando perderme en ellos. Descifré la prosa exquisita de su útero y recité los versos más hermosos en la intimidad de sus rugosidades.

Regresé deslumbrado de aquel viaje a su interior, transformado en un firme defensor de la frase tantas veces escuchada. Convencido de que se le ocurrió a un tipo bendecido por la suerte de contemplar el atardecer, en ese mismo lugar, junto a una mujer tan fea como mi chica.

 

 

13 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    Los cánones de la belleza externa que, según dicen, se establecieron allá por el tiempo de los griegos, están muy claros y delimitados, lo que no quita que todos compartamos un interior muy semejante, ahí somos todos más o menos iguales, con un complejo sistema orgánico fruto de la evolución, derivado de la funcionalidad.
    Cuando decimos que la belleza está en el interior nos referimos a lo que no se ve, en el sentido de carácter, actitudes o personalidad, pero tu protagonista va más allá, él, de forma literal, sabe apreciar los entresijos internos de su pareja, sus entrañas, haciendo bueno aquello de «todo el mundo tiene su encanto», aunque a veces -se podría añadir- esté bastante escondido.
    El amor no se basa en el raciocinio, se tienen unos sentimientos y no otros, sin que exista una causa objetiva; las justificaciones, si acaso, vienen después. Tu personaje reconoce la fealdad externa de su pareja, pero sabe buscar en ella la belleza a su manera.
    Ese punto de vista tan personal del personaje convierte a este relato en singular, superando el estereotipo reflejado en el título, con un derroche de descripciones de anatomía y biología de lo más interesante.
    Un abrazo grande y suerte, Asun

    1. Asun Paredes

      Muchas gracias por tu siempre exhaustivo y cariñoso comentario, EdH2020.
      La belleza del interior del cuerpo humano es infinita y su funcionamiento asombroso, pero qué poco lo cuidamos a veces.
      Un beso, Ángel.

  2. Genial, amiga Asun. Ahora solo hace falta buscar la llave que nos lleva; encontrar la auténtica que abre y sobre todo, QUERER buscarla y encontrarla.
    A veces esa llave sí está en el fondo del mar, pero la mayoría de las veces, nos la tragamos nosotros mismos y está vagando por nuestras entrañas.
    Y nosotros sin saberlo!
    «¡Mancantao!»

    1. Asun Paredes

      El cuerpo humano funciona como una obra de ingeniería perfecta, sin que seamos del todo conscientes de su fortaleza, incluso en situaciones en las que la enfermedad lo debilita. A mí no deja de asombrarme cada día.
      Un fuerte abrazo, amigo Isidro, y gracias por comentar.

  3. Pues yo también estoy convencida de que ese dicho con el que titulas tu relato surgió así, empezando primeramente a mirar dentro de unos ojos…
    Un relato diferente, muy bueno, Asun.
    Un abrazo paisana y ¡mucha suerte!

  4. Nuria Rozas

    Me ha gustado mucho, Asun. Se nota que sabes de lo que hablas y, además, lo sabes plasmar.
    Nunca veré mis vellosidades intestinales igual.?
    ¡Suerte!
    Besosss

    1. Asun Paredes

      Me alegro mucho de que te haya gustado, Nuria. Las vellosidades intestinales son una maravilla, como todo lo demás.
      Besos.

  5. Enrique Mochón Romera

    Nunca se me habría ocurrido abordar a una mujer diciéndole que debe de tener un hígado precioso, jajaja. Estupendo relato, ahijada, perfecta y acertada metáfora de una realidad, por lo general, difícil de cambiar. Seguramente el primer paso para que nuestra conducta cambie al respecto consista en nuestra propia aceptación. A partir de ahí cualquier belleza interior tendrá el camino más abierto para manifestarse ante los demás.

    Enhorabuena por esta nueva muestra de tu gran hacer. Mucha suerte con él y un abrazo.

Leave a Reply