31. La carta que se enganchó en una nube
Cuando la tía Elisa nos dijo que por fin había llegado la carta de Eusebio no la creímos. Más que nada porque llegaba con dieciocho años de retraso y porque nuestra tía, de naturaleza romántica y distraída, siempre estaba en las nubes y a veces hasta en la luna, como se suele decir.
Echó la culpa del retraso a las tremendas tormentas y a los fuertes vientos que, según ella, la habían desviado de su destino. Pero lo peor, nos dijo, había sido que después de todo ese tiempo por ahí danzando las letras de la carta se habían descolocado todas. Por eso se pasaba las tardes ordenándolas, completaba palabras y con ellas construía frases. Se quejaba de que había pocas erres, que no encontraba ninguna eme y que también se habían perdido muchas aes.
Nunca supimos si aquella carta era de amor o de ruptura, la verdad, pero a nuestra querida tía Elisa recibirla después de tantos años le dio la vida.
Qué original! Me gustan estos relatos tan lejos de la tierra, tan por las nubes.
Suerte!
Realismo mágico. La mujer encontraba justificaciones para sufrir menos. Es posible que el contenido no le gustara tanto, y por eso lo de las letras perdidas.
Un bello alegato a la espera que sufrían , sobre todo las mujeres, cuando sus hombres se iban por el mundo, en busca de algún objetivo.
Muy lindo y bien contado.
Suerte.
Así es Rosa, la mente se busca recursos para no sufrir y no ver la realidad. Nuestra Elisa reescribió la carta con esa extraña excusa je,je…
Saludos
Siii… Yolanda a veces es mejor alejarse de lo terrenal. En las nubes se está genial.
Gracias por pasarte por aquí.
Saludos
Que bello relato, Pilar. Me ha encantado.
Suerte.
Hola Fernando, gracias por tu tiempo. Me alegro te gustase el relato.
Saludos
Mágico y tierno a la vez. Un relato que te hace soñar. Enhorabuena, Pilar.
María, la magia existe, está ahí para quien lo quiera o pueda ver, y si no la inventamos.
Gracias por comentar
Saludos
Nunca conoceremos a ciencia cierta el contenido de esa carta, solo la tía Elisa; puede que ni ella tampoco, que parece haberse fabricado una realidad a su medida que, a la postre, es la que le sirve y cuenta.
Benditas sean las nubes si ayudan a alejarse de la dura tierra y a vivir con ilusión.
Un abrazo y suerte, Pilar
Ángel tus comentarios son siempre muy acertados. Tienes una capacidad de comprensión increíble. Muchas gracias profesor.
Abrazos
Me encanta, qué bonita y original historia.
Mucha suerte.
Qué bonito y original. Me encanta.
En cierta manera, qué pena que se descolocaran las letras! Supongo que no decían lo que ella quería leer. Pero parece que la carta le hizo bien (aunque tanto tiempo reordenando letras…)
Un saludo!
Carme.
Buena apuesta Pilar, tierna y emotiva esta abuela que a su manera sabe vivir de la mejor manera y cambia si quiere las palabras para que digan lo que ella prefiere ver. Divertido juego. Saludos y suerte