Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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05. LAS RAMIFICACIONES DE UN OJO DEMASIADO VIGILANTE* (Mariángeles Abelli Bonardi)

No daba crédito a lo que veía… Lo agarró con manos temblorosas y me preguntó qué hacía ahí. El ojo se le puso verde y su mirada – una hiedra venenosa – medró por la tapa y todo lo absorbió: el título, el dibujo, los colores y mi nombre, sobre todo el nombre…

Le contesté tranquila, sintiéndome reivindicada, casi pudiendo leerle el pensamiento… ¿Qué hacía ahí yo (que escribía «con palabras raras») en el stand de Escritores Independientes de la Feria del Libro?

 

*Agradezco a mi amigo, Ángel Saiz Mora, las palabras que me inspiraron

10 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    Un relato sorprendente, la prueba de que la imaginación, unida a una buena pluma, puede dar lugar a tramas que, sin necesidad de muchas palabras, nos transportan a situaciones insólitas.
    En un entorno surrealista lo inaudito se ha convertido en posible, con el protagonismo de un ojo que todo lo absorbe y que trastoca personalidades.
    Soy yo quien está encantado de que unas palabras mías te hayan servido de título e inspiración, sin olvidar que el dibujo de Paloma es de lo más sugerente.
    Un abrazo y suerte, Mariángeles

    1. Querido Ángel: es cierto; la ilustración de Paloma es de lo más sugerente, pero esas palabras tuyas, metafóricas y gráficas a la vez, fueron la punta del ovillo y terminaron redondeando en mi cabeza eso que quería contar…
      Así pasa con el que siente envidia: su cuerpo tiene reacciones que muy a su pesar no controla y lo terminan delatando…
      Qué grato que el micro te haya sorprendido… 🥰🥰
      Otro abrazo y suerte para vos,

      Mariángeles😇😇

  2. Aurora

    Mariángeles,
    Se puso como el monstruo de ojos verdes de Shakespeare, ja ja ja
    Son muy malos esos celos!
    Un texto muy chulo
    Abrazos

    1. Así es, Aurora… al lado de él/ella (no especifico el género, lo dejo a la imaginación del lector) Otelo quedó hecho un poroto, jaja… Tremenda esa mezcla de celos y de envidias para el/la que la padece, más cuando es tan evidente…

      Me encanta que te parezca chulo el texto 🙂

      Cariños,
      Mariángeles

  3. Barceló Martínez

    Hola, Mariángeles.
    Coincido con los compañeros en la originalidad de tu relato y en el surrealismo que de él subyace.
    La envidia es como la ponzoña, envenena a todo el mundo: a quien la siente y quien la padece.
    Un calurosísimo abrazo desde el asfixiante verano ibérico.

    1. Hola, querido Barceló. Si pudiera cambiar mi frío invierno patagónico por tu caluroso verano ibérico, te juro que lo haría…
      Me complace sobremanera que el micro te parezca original, y si bien es surrealista no le falta realidad (como solía decir Eduardo Galeano, «la realidad te regala tantas historias que no hay libretita que te alcance»). La envidia es así como decís: una ponzoña que no deja a nadie indemne…

      Como siempre, un placer leerte.

      Cariños,
      Mariángeles

  4. Hola, Mariángeles, pues no voy a ser nada original comentándote que tu micro es surrealista y muuuuy imaginativo dando vida a ese ojo verde de envidia, y al que no le gustan las palabras raras; hasta da un poco de mieditis. Buena propuesta. Suerte y besos desde esta Pamplona achicharrante.

  5. Hola,Juana. Es cierto que hasta miedo da ese ojo verde de envidia. Y yo tampoco seré nada original al decirte que me alegra que te parezca original el micro, jaja (vos sí que estuviste original en tu micro con eso del «colirio contra la envidia»).

    Besos desde el invierno argentino,
    Mariángeles

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