Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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08. MÁGICO (A su diosa, Towanda; con permiso de Mª José Viz y de Nuria Rubio) E.M.Z.

Consigue que todas sean sus mamuchis, y cualquiera papá adoptivo, en cuanto se den cuenta de que la silla de ruedas es una nave espacial que abandona para acariciar a la luna, insinuándosele por la ventana. En cuanto vean que la tiene hipnotizada, arrodillada a sus pies, que ella le sonríe y escuchen besos lunáticos. O cuando, hop, se convierta en tiranosaurio, aterrorizando a la concurrencia, muerto de risa.

Se levanta cuando quiere y pliega velas cuando le apetece. Multiplica lágrimas, como especie de fuente de fantasía, cuando asegura tener, cosido entre las manos, al mismísimo sol. Su roma nariz mía la arruga, hasta hacerla desaparecer por completo, no vaya a colarse en su fantástica y amorecida «Eduardópolis» la pestilencia de la injusticia, que intuye y deplora vuelto un coloso ceñudo.

Hubo un tiempo en que no cabía su magia dentro de mi cabeza. Cambié de idea en cuanto contemplé el gesto que compuso, entre suspicaz y divertido, verdaderamente mágico, cuando aterrizó una mosca en uno de sus pezoncillos. Me hechizó para que me tiñera el pelo: así nunca le parecería viejo. Si os llama papás, no le contrariéis. No vais a arrepentiros de ser sus lunas y sus soles.

61 Responses

  1. María José Viz Blanco

    Me has emocionado, Eduardo, con esta maravilla de texto, tierno y mágico. Sí, tus palabras son mágicas, amigo, y lo que nos cuentas es una historia de superación diaria, de sacrificio y alegría, entremezclados. Entiendo perfectamente que se lo dediques a Towanda, pues ella sabe bien de lo que hablas, mejor que nadie. Los padres y madres tenéis siempre mi admiración. Vuestro papel es tan importante que nunca se valora lo suficiente, aunque parezca paradójico. Ah!, no me importaría ser una de las lunas de tu Edu…
    Besazos.
    María José

  2. Martín Zurita

    Hola, Mª José.
    Das en el clavo con lo de Towanda, Mª Sergia, ella por su oficio al margen de la escritura…. Nuria es un pedazo de ser humano. Pero no dudes de que eres una de las lunas favoritas de nuestro EDU: le ha encantado tu texto y se ha solidarizado con el niño incomprendido. Y te agradece, como yo, los parabienes al texto.
    Besazos mágicos para ti, guapísima.

  3. Nuria Rubio

    Mi querido Eduardo, te conozco desde hace dos relatos (literariamente hablando), lo que equivale a cuatro meses más o menos. Sin embargo, siento que estás en mi vida desde siempre.
    ¡Qué hermoso relato! Nacido del corazón, tan auténtico, tan de verdad. Cuánto amor hay en tu texto; todo un caudal de dulzura y sensibilidad embelleciendo hasta los pasajes/momentos vitales más difíciles.
    A partir de hoy, mi cielo es vuestro cielo: un cielo especial, pleno de magia para un ser mágico; un cielo con muchos soles y muchas lunas. Porque, como MªJosé, soy -no me importaría ser- luna para Edu. Es más, lo consideraría un privilegio.

    Eduardo, mil gracias por tu afecto.
    Edu, cada noche estaré en tu cielo.

    Un abrazo y un beso inmensos

  4. Martín Zurita

    Hola, Nuria.
    Privilegio, qué palabra tan bonita: ley privada. El privilegio es nuestro, de Edu y de mi propia persona teniendo el afecto de una como tú. El tiempo es un mero accidente, no cuantifica nada que no se sustente por algún matiz, por algún por qué transido de buenos, de bellos sentimientos.
    El relato está cuajado a base de latidos del alma embutida en el corazón, lejos de la técnica artificiosa y del perfeccionismo, aunque guste al autor tender a la labor bien hecha. Está lleno de volver del revés la realidad, de mirar el revés del espejo, de edulcorar los pasajes más complicados y/o dramáticos. De aligerar el peso, la toxicidad. Todo es al fin como queramos que sea, para eso tenemos el corazón y la mente. Y tenemos el deber de ser felices, el deber que está antes, para mí, que el derecho.
    Ahora, Edu empieza a ser una modesta constelación, de verdad que se lo merece, como tú, como tanta buena gente mágica, que abunda entre los entecianos; y aun fuera de ellos. Pero tú eres muy especial, especialísima, una rara avis seguro que presente al igual en mi vida desde siempre, una maravillosa corriente subterránea de un afecto que finalmente ha aflorado y se proclama y reivindica.
    Darte las gracias se quedaría muy escaso, muy chato. Ya estás en la memoria de mi hijo, que es como una computadora. Ya estás en su cielo. Y tienes sus tiernas bendiciones y sus mejores pensamientos para contigo. Te aseguro que no es poco.
    Otro abrazo y un beso inmenso, qué adjetivo tan precioso.

  5. Ángel Saiz Mora

    Hay personas dotadas de una magia única, de la que ni siquiera son conscientes, la derraman y contagian, hacen que los que les rodean extraigan lo mejor de sí mismos. Todos los niños están dotados de ese tipo de naturaleza, un encanto contagioso que, por desgracia, pierden a medida que crecen. Algunos, además, condicionados para luchar aún más que el resto, provocan una ternura inmensa y son un ejemplo constante del que todos deberíamos aprender. Sus padres, inoculados de su poder, se convierten en seres no menos prodigiosos, conscientes y agradecidos de lo que tienen en casa.
    Una vez más has demostrado ser un maestro de la elipsis, del arte de contar sin decir, en un texto lleno de la energía creativa que te caracteriza.
    Un abrazo grande y suerte, Eduardo

    1. Martín Zurita

      Hola, Ángel
      Gracias por tu comentario, ecuánime y ceñido, como siempre. Captas hasta lo de la energía: eres la bomba, y de los que ganan, que ya es decir, en persona. Todo suele funcionar como por magia, como sucedía en uno de tus textos más memorables. Maestro de la elipsis dices, es que si no utilizo la elipsis…
      Un abrazo muy fuerte y nutrido de admiración.

  6. Jesús Garabato Rodríguez

    Qué decir de tu texto, Eduardo. En él queda claro lo que vales, y nos demuestras (una vez más) esa generosidad, al parecer, innata en ti. Además, me da en la nariz que dulcificas un pelín tu habitual bravura ( si es que se puede decir así) escrituril; el asunto, su protagonista y su terna de dedicatarias (principal y coprincipalas) lo merecen. Por lo que sé, en esta familia entciana hay algun mágico súperheroe más como Edu, sobrevolando, que no sobrellevando, con sus sonrisas los condicionantes de las que habla Ángel por ahí arriba. También sus padres se merecen un recuerdo. Suerte, Eduardo. Un abrazo.

  7. Martín Zurita

    Hola, Jesús.
    Lo de la generosidad, y sí la aprecias tú en mí no voy yo a negarla, no es mérito mío, sino herencia directísima de mi padre: ese sí que era… Tú no le vas a la zaga. He podido ponerme dulce, claro que sí («…pagado y dulce mi yo, rezuma toda la miel»). Los condicionantes, las orteguianas circunstancias son las que nos definen, y hay que pechar con ellas como hombres, como Edu, mi niño-hombre. Amigo vuestro ya para siempre. Y conocedor de muchos de los textos de ENTC, que tengo el gusto de leerle.
    Si valgo de alguna manera, es por lo que atesoro a nivel sentimental. Aunque sea impulsivo y dado a la ira, a veces hasta sin un por qué evidente. Si valgo de alguna manera es por vosotros, mis amigos. Que me queréis comprender. Que me dais a valer. Por no dar de lado tamaña alianza, a yerro impresa y resguardada por mis costillas vueltas un valladar inexpugnable. Un inquebrantable baluarte de apego y de sinceridad.
    La suerte ya la tengo, querido Jesús, Suso, como por allí decís a los «jesuses», cariñosamente. También me parece que Xès, no recuerdo si con o sin acento.
    Un abrazo inmenso, como dice Nuria Rubio, para ti.
    P.S.- Lo de las «coprincipalas» me está haciendo reír todavía.

  8. Marta Trutxuelo

    Hola, Edu.. ardo!!!
    Gracias por este bello relato, emocionante y emocional, tierno y delicioso…
    Hace unos días cuando le operaron a mi madre estuvimos paseándonos por unas salas contiguas, en el mismo hospital materno-infantil, que es el ala donde sólo pueden entrar seres mágicos a un mundo muy especial, decorado con dibujos, frases y colores que realmente te transportan a otro universo. Me pareció fantástico!!! Como tu cuento…
    Gracias por este regalo, Edu… para darte las gracias te mando, envueltas en un abrazo, muchas de las felicitaciones que estoy recibiendo hoy, que es mi cumple (shhh… no se lo digas a nadie, je, je…), para tí, Edu y para él EDU.

    Muxu pottolo bat!!! (un besote)
    Marta

  9. Martín Zurita

    Hola, Marta.
    Muchísimas gracias, por parte de los dos Edus, por dedicarnos parte de un día tan especial para ti, un detallazo, que muestra, bien a las claras, tu calibre como persona. Te deseamos toda la felicidad en lo que dure ese día y en adelante. Y que tu amá se mejore.
    El universo de lo especial, es eso, valga la redundancia: una sucesión de sucesos insólitos y fantásticos. Merece la pena no perderse ni uno solo y es lo que hago: un ojo en Edu, otro en la escritura y otro en mi negocio.
    Con Edu, mi hijo, he pretendido rendir un homenaje a todos los otros niños, los especiales, y a sus padres. Llenos de magia todos ellos. De una magia especialísima, sutil y denodada conque desenvuelven el día a día. Edu está feliz, por lo que le leo, por lo que le cuento, de hacer nuevos amigos y amigas. Tú lo eres, princesa de los Abogados, y un encanto de mujer, de persona.
    Besos con sabor vascongado para ti. Reiteramos: Y que cumplas muchos más.

  10. Salvador Esteve

    Cuando la magia aflora no podía faltar personas especiales que dan sentido a la palabra. Tocas su mundo y te regalan el universo envuelto en una sonrisa. Tu relato, Eduardo, palpita amor y agradecimiento, y nos emociona erizando nuestro corazón. Edu ya tiene otro amigo con el vínculo de su admiración hacia su magia y su poder de esparcir felicidad. Abrazos mágicos y suerte.
    P.D.-La dedicatoria, merecidísima.

  11. Martín Zurita

    Hola, Salvador, amigo.
    Pues no creas que no se partía de risa con lo del ajo conquense, el condenado. Pero a la par le entraba canguelo cuando le leía el texto. Le encanta que le lea, textos entecianos, entre los que no faltan los tuyos, como los tuyos de Abogados y de otros compañeros y compañeras. Yo estudié Derecho y, a veces, cuando no se me ocurre de qué hablarle, le vengo con brocardos y otras lindezas jurídicas: definición de instituciones, qué sé yo… Pues contento de ganar amigos: sus oídos dan para escuchar a una legión. Y su padre más ancho que largo, como no podía ser de otra manera. Su magia es grande, como la tuya como escritor y como persona, pues aunque no te pueda poner cara me resultas translúcido. En fin, hay que ser felices para poder hacer felices a los demás. Esa es la meta de mi Edu. Towanda es la repera y las «coprincipalas», como dice Jesús, Garabato, tampoco tienen desperdicio. Como tú. Un abrazo así de inmenso y otro de Edu, tu nuevo y archiagradecido amigo.

  12. Martín Zurita

    Hola, Juan.
    Bueno, en principio el homenajeado es mi hijo, un ser mágico por los cuatro costados. Por ser como es, una frase de cajón; pero no hay otra que la mejore. Sabe, de memoria (no olvidemos que es una de las tres potencias del alma) todo cuanto le haya leído, que no es poco: entre ello textos de todos vosotros los entecianos; todo lo que le hubiera dicho o cantado, me chifla cantar. Y es un omnívoro de la compañía: le encantan todos y todas, bueno, como es natural, unos y unas más que otros y otras. Como dice Ángel Saiz, el fabuloso discernidor, el texto lo preside la elipsis. Si hablo de Ana, mi mujer, necesitaría tropecientos mil tecleados en el ordenador.
    Ella es la que realmente batalla con Edu, un ser especial, un niño-hombre, para mí que un diosecillo, pero él me tiene siempre al lado, y sabe de las cuitas de mis clientes (ejerzo, todavía, de asesor fiscal, con sede en mi propia casa), de lo que escribo, de lo que pienso y de lo que siento. Nunca había hablado en ENTC de él, y he aprovechado la ocasión: lástima que solo pueda enviarse un relato, ya sabes. Mi hijo es paralítico cerebral y no camina ni tiene habilidades prensiles. De la silla de ruedas a la cama y viceversa. Transportado. Pero tiene una cabeza y un oído bendecidos. Benditos.
    Lo de la dedicatoria tiene fácil explicación: Towanda (a mí me gusta más María Sergia, qué quieres que te diga) sí se ha interesado o mandado saludos desde ENTC para Edu, porque es sabedora de la cuestión, quizá no en toda su crudeza, y trabaja en un área concomitante con esta temática. A ver si un siglo de estos entran en función las células madre correctamente utilizadas y nos dejamos de armamentos, experimentaciones militares, industria farmacéutica etc… Lo de María José Viz y Nuria Rubio también me resulta fácil de explicar: las quiero, las quiero mucho, están en mi corazón; Nuria desde hace poco, pero de una manera radical, con algo a lo que no sé poner nombre definido. Ni quiero hacerlo tampoco. Pero, en definitiva, la quiero y quiero. Sana y castamente, como se debe. Pero la quiero muchísimo. Y eso que no la he puesto cara, aunque me importan tres pitos sus facciones. La talla de su alma es inmensa, inconmensurable. Y escribe como para ensoñarse con sus renglones.
    En fin, creo haberte dado las pistas necesarias como para que montes el puzle a tu manera, que siempre habrá de ser, por la naturaleza de las cosas, muchísimo mejor que la mía. Y que la del extinto Frank Sinatra, pongo por caso.
    Tienes razón, lo importante es escribir (me parece haberlo dicho en algún comentario), y en ENTC SE ESCRIBE, vaya que si se escribe, y con libertad plena.
    Soy un «desparramao», un hiperactivo, creo, no tengo fin, de momento. Pero así soy, qué le vamos a hacer. Tú sí que eres plenipotenciario: llevaba siglos sin que un ser humano hubiese causado un impacto medioambiental en mi cerebro, y de paso en mi corazón, tan significativo como lo ha hecho un tal Juan Pérez, el mismo que ganará ese concurso: ¿no habrás tenido que escribir en lunfardo?. Tienes clase: cultura, sabiduría, humor, sagacidad, ironía… Me pareces hasta guapo en foto, mira tú. Y tienes que ser un cachondo sentimental de mucho cuidado. Eres mi amigo, con eso me basta.

    1. Nuria Rubio

      C o m e n t a r i o i n t e r c a l a do

      Eduardo, mi querido Eduardo
      La pasada convocatoria, juntos manifestamos públicamente echar de menos a Juan, ya por fortuna para todos «duendeando» en ENTC. La debilidad que ambos sentimos por él (debilidad compartida por much@s) aproximó nuestros corazones, en los que ya había mutuo afecto.
      Actualmente, pese a tratarnos desde hace poco tiempo y no conocernos en persona, el sentimiento que nos entrelaza es sólido, puro, hermoso. Ni tú ni yo le ponemos nombre, sencillamente porque es más, mucho más que un simple nombre.
      Yo también te quiero y quiero; con un querer que envuelve a tu persona y a todo cuanto te rodea, con un querer que es tan-querer que es maravillosamente inclasificable.
      Un abrazo y un beso inmensos para Edu, para su Sol y para su Luna

      1. Martín Zurita

        RESPUESTA INTERCALADA
        El que no quiera a Juan está ido. El que no le admire, más todavía. No me gusta hacer de menos a nadie, dios me libre, porque en ENTC hay mucho muy bueno; pero no tengo inconveniente en repetirlo: Juan es lo mejor, con diferencia, de este blog, de esta web, de esta bitácora, como tú quieras. Juan es de esos hombres únicos porque lo tienen todo y lo dan. Algo así como tú, pero en versión masculina. Y algo así como Towanda, María Sergia, la diosa, a quien también estoy echando de menos. Pues no va, allá por diciembre pasado, y me pide, a mí (que soy naides, como El Corralero en 2Hombre de la esquina rosada», el celebérrimo cuento de Borges)que le ponga unas letras en el libro colectivo. Eso solo lo hace una persona muy muy grande, y ella lo es. Una archicampeona humilde, cómo se come eso. Cómo se digiere. Yo echaba estrellas por la boca y casi me temblaba el pulso.

        Hay cosas fuera de catálogo, hay sentimientos efectivamente incalificables (inclasificables) porque desbordan cualquier parámetro con que se quisieran medir, o pesar, cuantificar; cualquier concepto preestablecido les resbalaría en punto a definirlos, o les pasaría por debajo. Así te quiero yo: como a la maravilla que eres. Con luz y taquígrafos. De modo que ya lo sabes una vez más, sol en invierno. Sería un bonito nombre también si fueras una piel roja de las que cuentan el tiempo por lunas. A mí me gusta contarlo por canciones, cantarlo, claro. Mi música es tu voz, aunque lo dijera un «triunfito». Ya me vale. Eres una formidable escritora.
        Inmensos besos para nuestra Luna favorita, con permiso de Ana. Y uno de ella, seguro también.

  13. Martín Zurita

    Hola, Juan.
    No, amigo, el fallo no es de Dios, y sí lo es del mendo: de los hombres, por desgracia la mayoría cortos de alcances, la mayoría de los que real y efectivamente pueden hacer cosas: investigar sobre enfermedades poco comunes y en patologías en general. La salud es el mínimo a que debe aspirarse y poseerse. El mundo tiene que dar un giro copernicano o nos iremos todos al carajo. ¿Calor , casi, en noviembre? Dónde se ha visto.
    Entre tanto el mundo cambia, que lo dudo, hay que apechugar con la oteguiana circunstancia y con el vigente dilema del ser o no ser. Hay que ser felices (o intentarlo) a toda costa. Por fortuna mi hijo habla y ahí está el nexo que nos une como en uno solo. Le encanta todo lo relativo a la cultura y en especial con la palabra. Hetacónquiro, como a mí, no se le olvida; y no te digo nosocomial. Son los pobladores los que hacen los mundos y, en ese sentido, tratamos de que el nuestro sea de lo más caluroso, lo más confortable, lo más llevadero. Ser hombre significa pechar con lo que le caiga a uno en suerte y, si es listo, volverlo del revés: todo mal tiene su parte positiva o muy positiva. Si mi hijo pudiera desenvolver su vida por sí mismo, siendo Ana y yo mismo como somos, no viviríamos hasta que volviera de nuevo a casa, etc. Todo esto es curioso: si tienes un hijo que no vuela parece que no tienes un hijo, y si lo tienes que vuela, por eso mismo, tampoco lo tienes. Es lo que hay y punto. Es muy vulgar la frase pero verdadera. Y el futuro es polvo para todos, y hay ya sí que somos iguales. Salvo que se inaugura un nuevo género de terror, una vez muertos, para cada uno de nosotros. Yo me conformaría con estar como cuando me echo la sista sin estar alerta, ya sabes. En fin…
    Otro abrazo para ti de otro hetacónquiro y el de un hetconquirito. Y un beso de Ana.

  14. J. Ignacio

    Hola. He leído tu relato y todos los comentarios y detalles posteriores. Y me he pasado toda la tarde intentando decirte algo, como dando tumbos, porque apenas sabía por dónde empezar o equivocaba el camino, y tampoco sabría aportarte nada que no te hayan dicho ya.

    Eduardo, te seré sincero: yo no soy escritor, ni relatista, ni nada que se le parezca, y si me pidieran tres motivos para haber vuelto a esta página que podríamos llamar literaria, ten por seguro que ninguno de ellos sería de carácter literario.

    De esos motivos, uno eres tú, otro es Jesús Garabato y el tercero es Juan Pérez, que, por cierto, ya me empezaba a tener preocupado. Llámalo empatía, o pon tú la palabra que prefieras, seguro que la eliges mejor que yo.

    Y no es sólo que tengas mi apoyo y mi amistad, que eso siempre lo has tenido, sino que desde el día de la fecha tengo un cuarto motivo llamado, sencillamente, Edu.

    Lo que me recuerda, qué curioso, que también los tres mosqueteros en realidad eran cuatro, y que el ¿becario? D’Artagnan, pese a su juventud e inexperiencia, era de todos el más noble, el más valiente, el más ingenuo y el que poseía las cualidades más excepcionales.

    Claro que no podía ser de otra manera, porque de tal palo, tal astilla 😉

    1. Martín Zurita

      Hola, J. Ignacio.
      Pues me ocurre lo mismo que a ti, qué cosas. Me engancháis infinitamente como personas, aunque aquí, en ENTC, hay muy buena literatura, la que tú fabricas, sin ir más lejos. Coincido en los nombres que eliges (para mí hay más, femeninos y masculinos, por eso no quiero alargar la lista). De Juan he hablado mucho y nunca de más. Jesús Garabato tiene una talla humana que, en su comedimiento, le desborda. Es sabio, irónico y musical. Y goza de un espléndido sentido del humor. Ah, y no te pierdas que declama, que lee de fábula, como componente de su parte musical, pues además toca el laúd, no solo lo soba. Por tener, el jodío, tiene una mujer y un hermano que valen un imperio. Y escribe la mar de bien, casi siempre ceñido al terruño, lo que acaso le perjudique, pero yo pienso que lo local universaliza aun más a lo per se universal. Y es generoso: como Ángel Saiz, comenta casi todos los relatos. Es otro de mis grandes amigos, de mis mayores debilidades. Todos tenéis un corazón fugitivo de vuestro pecho. Por eso os siento y os quiero.
      Lo de D’Artagnan se lo voy a contar a Edu de tu parte, le subirá todavía más la moral, ya por los cielos.
      Otro abrazo del tipo del que te brindo en el comentario a tu propuesta.

      1. J. Ignacio

        Reholas. Permíteme una aclaración, a modo de inciso: he dicho que si me preguntaran tres motivos, daría tres nombres; pero ten por seguro que hay algunos más. Y aparte eso, conozco a todas las personas que citas o al menos he tenido el placer de cruzar letras con casi todas en algún que otro momento. Incluso te puedo citar que una de ellas fue la primera que respondió a mi debut aquí, hace ya unos añitos de eso pero todavía me acuerdo.

        Dicho queda!!! 😉

        1. Martín Zurita

          Hola, J.
          Hombre, no creas que me tomé la elección de motivos al pie de la letra (o sí, qué coño, por la parte que me tocaba). En serio, sé que tienes un corazón amplio como las estancias de un buen hostal. Un corazón acogedor. Y es claro que ahí caben bastantes personas. Lo mejor de ENTC, con mucho son las personas. Aunque tengo para mí que hay facciones. Tú, y bastantes nombres más forman parte de la facción que a mí me gusta e interesa: la que interactúa. Hay otra facción, muy numerosa, por desgracia, que hace todo lo contrario: se atrinchera en su presunta categoría, muchas veces harto discutible. La veteranía da y quita, no es un valor seguro en el que invertir. Me ocurre como a Jesús Garabato: estoy algo desencantado. Pero personas como tú propician que no salte al vacío para arrepentirme luego como le ocurre al desencantado en el célebre microrrelato de García Márquez. Aquí poco hay a mi favor salvo los de la facción interesante: vivo en Madrid, con mis circunstancias, carezco de tirón mediático en general, adquiero un solo ejemplar del libro, mejor recopilatorio anual. En fin, qué quieres que te cuente esta tarde-noche que tu mismo no puedas deducir. Ahora bien, un abrazo inmenso, eso que no te falte. Ahí va.

        2. Martín Zurita

          Hola, J.
          Mi anterior mensaje, el original, lo ha rechazado el sistema. Cosas de la informática. A ver si ahora tengo más suerte con la dúplica. Te decía que me consta que tu corazón es amplio como las estancias de un buen hostal: es lógico que quepan bastantes personas. Ahora bien, de los motivos que escoges en principio no voy a renegar. Lo que noto es que aquí hay facciones: la de los que interactúan, entre los que te cuentas y a mí me interesan, y otra facción, la de los veteranos, que viven para sí, y la veteranía ni quita ni pone, pero no es un valor siempre seguro para invertir. Aquí lo que tengo es a vosotros, los de la buena facción, y por vosotros no doy el salto al vacío como el desencantado del célebre micro de Gª Márquez, no sea que luego vaya a arrepentirme. Pero me ocurre como a Jesús Garabato: estoy algo desencantado. Poco tengo aquí a mi favor salvo a los de la facción que interactúa: vivo en Madrid, con mis circunstancias…, carezco de tirón mediático, adquiero un solo ejemplar del libro, mejor recopilatorio anual, qué quieres que te cuente esta tarde noche que tú mismo no puedas deducir. Un abrazo que no te falte, inmenso. Ahí va.

  15. Sin referencias concretas de la historia, me había llegado un caudal inmenso, como de manantial humano inagotable, que afloraba del relato. El personaje en cuestión es puramente mágico, salta a los ojos y, el autor, se deshace en ternura y vuelca magia en cada una de las frases, expresiones y palabras que sobrevuelan la órbita de un ser especial y maravilloso, que tiene el don de ser feliz y ofrecer su dicha a quienes le rodean. Sin saberlo y sin conocerlo, sabía que este ser mágico debía tener nombre y existencia real, pues todo el relato es un consistente andamiaje de amor que le presta alas literarias a tamaña fuente de fantasía y riqueza personal.
    Leídas tus respuestas a Juan Pérez, todo encaja, aunque, si te digo, nada estaba desencajado, pues la magia del texto, sustenta por sí misma, su poético mundo ingrávido.
    Esta vez te envío un enorme abrazo, pero que has de compartir a trío, porque entiendo que el hechizo de tu relato bebe su gracia en tres fuentes: en la fuente mágica de tus palabras, en la fuente luna de tu mujer y en la fuente sol del ser mágico de vuestro hijo.

  16. Martín Zurita

    Hola, Manuel, poeta guapo.
    Otro comentario de los tuyos: sin desperdicio. Lo cierto y verdad es que no tuve duda a la hora de ponerme a escribir para este bimestre con un ser mágico (tan mágico) en casa. Tan inspirador. Y con una madre tan abnegada, por mucho que parezca elidida, pero no, está ahí, en cada renglón. Es el amor, sí, un amor mágico el que nos rodea y edulcora nuestra alegre tragedia. Nuestra cruz con puntas de oro: nuestra buena estrella.
    Ocurre que Edu es aun más acaparador que yo mismo: le salen amigos en cuanto abre la boca y hasta mamuchis adoptivas, como María José Viz y Nuria Rubio.
    Edu ya tiene un amigo más, y de relumbrón: le leo tus textos entecianos y algún que otro poema de tu blog. Y él encantado de la vida. Le encanta la musicalidad y la verdad que exuda la poesía. O tal vez le haya yo condicionado en ese sentido, pero creo que no. Lo noto de conformidad con el gesto que compone. La poesía le gusta por arriba de los relatos.
    Esperamos tu propuesta para leerla en terna reunida (en este nuestro «poético mundo ingrávido» y, entre tanto, un abrazo sustentado en el andamiaje de una amistad que prospera. Un abrazo inmenso.

  17. Calamanda

    Martín, ya veo que tienes a Edu para ponerte las pilas; eso es un verdadero lujo de mucho valor. En épocas en los que como tu dices los hijos no se quedan con nosotros, vosotros si os difrutais. Tu relato es de una ternura increible; conociendo el artifice de tu motivación se comprende. Toda mi admiración y cariño para tu familia y para tí. Suerte.

  18. Martín Zurita

    Hola, Calamanda, mi fiel y dilecta Calamanda, también tú otra de nuestras deidades. Le leí, en su día, tu texto del REC a mi hijo, el que no vuela, y le gustó a rabiar, como a mí mismo. La silla era una silla voladora entonces. Y textos tuyos de aquí. Le gusta tu estilo, la fisonomía de tu alma.
    Ese admiración y ese cariño sacaron boleto de ida y vuelta, como el tren las pequeñas cosas de Serrat. Y quieren aterrizar en tu vía.
    Un beso muy fuerte de esta familia que te quiere. A la que gustas mucho.

  19. Barceló Martínez

    Amigo Eduardo. Existen seres mágicos que no tienen alas, ni baritas, ni son verdes o diminutos… Su magia es de otra clase, su magia reside en su mirada, en su naturaleza, en su alma. Esos seres nos encantan, nos hechizan, nos embrujan, nos transmiten su energía con solo un pestañeo. Bendita la magia que irradian, porque no es solo necesaria, sino imprescindible.
    Me ha encantado tu relato. Gracias su magia.

  20. Martín Zurita

    Hola, Ángel (Barceló), amigo.
    Precisas muy atinadamente ese otro tipo de entidades mágicas y la tipología de su magia. La ponderas en su justo valor, tan alto en el fiel de la balanza, que llegas a afirmar de ella «que no es solo necesaria, sino imprescindible». Y es una verdad más grande que tu alma. Tú también tienes alma (y otros seres que conozco cuya magia reside en su alma precisamente). También le he leído tus textos a Edu y, a juzgar por el gesto que compone, le molan. le molan mucho. Como a mí. Los escribes en progresión creciente de calidad y eso se nota mucho. Esperamos tu propuesta para darnos el oportuno atracón. No solo le leo, le aclaro significado de palabras, de frases que no llegue a entender del todo. Parezco un profesor de literatura. Es una gozada.
    Abrazo, de alguna manera, tu alma mágica.

  21. Martín Zurita

    Hola, Edita.
    En tu contención lo dices todo. Si sabes lo que siento eso va a acompañarme y darme fuerzas.
    Ha sido, cambiando de tono, un gusto verte por aquí. Un beso muy grande, aglutinador de esa tristeza emocionada.

  22. Blanca Oteiza

    Eduardo, después de leer dos veces tu texto y los comentarios que preceden al mío, sólo puedo decir que me parece un texto precioso, lleno de ternura y magia. Magia con mayúsculas, como son tus palabras.
    Emocionada te mando un fuerte abrazo para tu familia y otro para ti.

  23. Martín Zurita

    Hola, Blanca.
    Muchas gracias por el comentario. Tu emoción nos emociona a los tres.
    A Edu le ha encantado tu texto, sobre todo la sonoridad, la musicalidad, lo que él (bueno y yo mismo casi) más aprecia en cualquier narración, no digamos en la poesía, que, bien hecha, es música pura.
    Un beso fuerte para ti, muy grande.

    1. Blanca Oteiza

      Me alegra muchísimo que os haya gustado mi texto y que Edu haya disfrutado con él. Me gusta buscar esa sonoridad en las frases, que casi parezcan poesía, quizás porque también escribo poesía.
      Un beso

  24. Martín Zurita

    Blanca, no abdiques, nunca, de esa legítima aspiración, la de la buscar, hallar y trasladar eufonía a los textos. Los tuyos en prosa (aparte de todo lo otro)la tienen. Siempre digo, porque lo leí, que al principio fue la poesía, y tengo para mí que es el culmen. A ver si localizo algo tuyo poético puro y se lo declamo a Edu. Será un poco más feliz.
    Otro beso inmenso para ti.

  25. María José Sánchez

    Hola, querido Eduardo. Ayer estuve intentando dejarte un comentario, pero la página no me permitía hacerlo. El caso es que con otr@s compañer@s sí.
    Aparte de excelentemente escrito, tu texto es puro sentimiento y color entremezclados. Conforme vas leyéndolo, te introduces de lleno en tan maravilloso mundo que has creado y te dejas llevar y absorber por su magia. Es muy bonito. Y dedicarlo a una enteciana como Towanda es un gesto precioso. Sigo empeñada en que eres un ser especial. Y Edu, por supuesto.
    Besitos.

  26. Martín Zurita

    Hola, María José.
    Bueno, veo que al fin lo has conseguido. Y tu perseverancia me llena de gozo. Como tu comentario. Seguro que tú si eres un ser especial: lo demuestra tu generosidad, que derrochas por aquí y por allá. Como con Towanda: una diosa humanizada, aunque a ella no sé si termina de gustarle que la defina como un deidad. Y tú demuestras tu sensibilidad, por ejemplo además, al ponerte rápida al lado de Nuria Rubio. Y al valorar positivamente a mi Edu, que he vuelto un poco vuestro. Necesitaría tomos y tomos para dar fiel cuenta de sus cualidades. De su magia. Deseo que te sobrepongas al lastre negativo que arrastras más pronto que tarde, aunque medien las fiestas, que te confieso que a mí no me conmueven para nada aunque respete a todo aquel a quien le motiven: eso de tener que gastar por gastar casi, que comer a la fuerza…; mereces la plena felicidad.
    Un beso muy agradecido.

  27. Laura Reinón López

    Hola, Eduardo. He llegado a tu relato por casualidad y creo que ahora no puedo ni quiero irme. Por la emoción, por la ternura, por la sensibilidad y el amor que se desprende de todo lo que dices y también por cómo lo dices, a modo de caricias para el alma y, por supuesto, para Edu. Me emocionan también las palabras que tienes para algunos entecianos (palabra totalmente novedosa para mí, solo te diré que al principio pensé que todos erais del mismo pueblo, jejeje, llámame ingenua o tonta directamente) y las que ellos tienen para ti, se nota que sois una familia con magia en el corazón (y en las letras).
    Y hacerte una pequeña confesión, en mi planeta también vive un ser maravilloso que transforma las tormentas en arcoiris y que tiene la habilidad de hacerme volar a mundos a los que muy poquitas personas tienen el privilegio de viajar.
    Pues nada, va a ser que sí que voy a tener que despedirme, no sin antes decirte que si hay que ser luna, sol o un sencillo satélite para Edu, ahí estoy para lo que gustes.
    Abrazos.

  28. Martín Zurita

    Hola, Laura, qué bonito nombre.
    ENTC gana también con tu incorporación: creo que me he perdido algún texto tuyo. Lo buscaré. Debe ser tan bueno como el de la jirafa, como dice Edu cuando se lo he declamado. Se te nota, se siente que eres una enteciana de pro. Una mujer valiosa. Cuida a ese ser que habita tu mundo, tienes en él un tesoro. Edu te da las gracias por tu generosidad, por tu espontáneo ofrecimiento, con esos besos tan de su estilo.
    El mío es muy grande y muy agradecido.

  29. Martin, después de tantos comentarios (el récord lo tengo yo con 216) poco puedo decirte. Es un relato lleno de sentimientos y humanidad. Mi felicitación, es una lástima que no soy uno de los jueces, porque sin duda lo elegiría. Un fuerte abrazo, amigo, Sotirios.

  30. Martín Zurita

    Hola, Sotirios.
    Está claro que eres un hombre-récord. Y me parece que en humanidad más todavía que en las otras cosas. Si me alegran los comentarios es por mi hijo: él sí que merece la pena. Como tú, una persona con tan nobles, tan buenos sentimientos. Y tan sincera. Te deseo todo lo mejor. Un abrazote, amigo.

  31. Hola, Eduardo. Vengo a devolverte la visita y descubro que el Edu al que le había gustado el Pegaso es el mágico protagonista de tu hermoso relato, un ser alado rodeado de soles y lunas, una fuente de luz y un manantial de amor que me ha hechizado por completo.
    La ternura que rezuman tus letras, mérito tuyo, viene también de la mano de Edu y de la madre. Qué bello es saber que en esta lucha por la vida -más difícil para algunos- hay quien dedica su tiempo a cantar, recitar o leer en voz alta. La literatura nos hace más libres y más felices.
    Para Edu: El próximo Pegaso que encuentre se lo envío por el cielo azul de la tarde.
    Mi admiración por tus letras y tu familia. Besos.

  32. Martín Zurita

    Hola, Carmen.
    Te agradezco el comentario, tus hermosísimas palabras y la filosofía grande que brilla en ellas con singular resplandor. Claro que la literatura nos hace más libres y más felices. Edu se sabe de memoria relatos cortos, cuentos de tres folios… Le encantan la música (la clásica inclusive) y la poesía, Estoy casi prejubilado, soy autónomo, y es cierto: muchas de mis horas las dedico a declamarle textos propios y , sobre todo, ajenos. Y a cantarle, me encanta cantar y a él le encanta que le cante. Edu te devuelve un beso de esos sonoros como solo él los sabe fabricar, Ana un beso emocionado y yo otro absolutamente rendido. El mundo necesita seres exactos a ti.

  33. Este cuento llama la atención ya desde el título y emociona. Exige una lectura lenta que descose poco a poco las costuras del corazón mejor armado. Enseguida se intuye una experiencia personal que, aunque no se desvela hasta los comentarios posteriores, da muestra de la valía de los protagonistas. Nos acerca a su magia y nos da una lección de vida. Enhorabuena Eduardo!!

    1. Martín Zurita

      Hola, Juancho.
      Gracias por tu comentario. Cuánto emociona que algo que uno haya escrito emocione. Hay que valerse de la magia, sí, para enfrentar según qué situaciones. Pero Edu facilita muchísimo las cosas. Es un amor y es muy inteligente, por fortuna. Si uno se arruga el, enseguida saca pecho. El que tendría que ser animado es el que anima, bendita paradoja de la vida.
      Un abrazo grande.

  34. Martín Zurita

    Hola, Javier.
    En primer jugar gracias por tu breve comentario que encierra una enmienda a la totalidad. Bueno, cada uno es cada uno. No te preocupes que algún día escribiré para ti. O como tú, aunque solo sea para darte gusto y que me entiendas. Edu si te entiende y le gustan tus Wonderland. La palabra «zamacuco», que utilizas en uno de los microrrelatos y se usa en casa (ignoro si es una expresión toledana, le hizo un montonazo de gracia). Lo personal se infiere del texto, permeado por la elipsis, muy bien vista por Ángel Saiz. Y en los comentarios que preceden está expuesta del modo más explícito. El que lo sigas intentando, leerme, entenderme, lo celebro en grado sumo: es la más legítima aspiración de un escritor, la de ser releído. Un abrazo muy grande, Javier.

  35. María Rojas

    Estimado Martín. Con razón el ser como eres si tienes a tu lado ese chico tan grandioso que todo lo transforma. Ayer nada más volví a entrar el blog para comentar y leí por quinta vez Mágico. Sabes que soy de pocas palabras, pero en mi corazón quedan.
    Un fuerte y cálido abrazo de invierno.

  36. Martín Zurita

    Hola, María.
    Por allí lo tendréis más templadito, el invierno. Aquí en los madriles el frío apuñala casi. El que poco habla, poco yerra. Y tu fallas poco, claro que lo sé. ¿Y cómo soy, María? No lo sé. Trato de subir la autoestima de los otros, fundadamente, eso sí, no sin ton ni son, cuando, a veces, mi moral anda muy bajita, por el subsuelo. Y ahí entra ese chico tan grandioso, que adjetivo tan lindo le has buscado (se te dan muy bien los adjetivos, ¿no eras tú la de humoso?), para que me ponga a tono con su locuacidad y viveza. Ya le he contado lo de grandioso y ha sacado pecho. Vale más, infinitamente más, el corazón que las palabras. Y tú lo tienes grande, como el calor de tu tierra. Cinco veces es todo un honor que tampoco yo voy a olvidar. Aunque quien se lleva el honor es mi hijo, no cabe duda. Con él he tratado de poner en valor a tantos, en su circunstancia, que existen por ahí. Por eso el texto está escrito como lo está. Por eso aparezco tarde e implícito. Hubiera querido ni aparecer, pero Edu es mi hijo y yo soy su padre. Y Ana en «amorecida». Porque ella es todo amor. Como tú. Como Edu, que no se harta de seres humanos, de papás y mamás adoptivas, soles y lunas. Ya tiene una más, aunque lejitos, muy cerca.
    Un beso cálido también para ti, de los tres.

  37. vitolosa@gmail.com

    Hola Martín.
    He de ser sincera y tengo que decirte que al principio pensé que era algo muy íntimo, muy personal lo que manifestabas en tu relato.
    No lo entendía y he vuelto a leer y también a leer algunos de los comentarios y sí veo que es algo nacido del corazón, escrito con amor, con mucho amor y con mucha ilusión y alegría.
    Espero y deseo que toda esa ilusión se acreciente en estos días en los que entramos. Un beso muy fuerte para Edu y para ti un abrazo.
    Virtudes.

  38. Martín Zurita

    Hola, Virtudes.
    Jo Edu, qué suertudo. Yo también quiero un beso. Es broma, no te enfades conmigo, que me caes muy bien, valiente, quizá como yo, con el correo electrónico por delante. Bueno, yo lo dejé en un comentario interesándome por un gran escritor y amigo, Juan Pérez Díaz.
    Tu comentario, y gracias por él, muchas gracias: Sí es íntimo y personal lo que cuento, pero verás, el protagonista es mi hijo y no yo. Yo no quería ni aparecer, lo he dicho ya, por eso salgo tan tarde, porque pretendía, con mi hijo, rendir un homenaje a tantos niños especiales, mágicos como Edu. A mí me gusta escribir después de querer a mi hijo, que es lo primero. Amor, ilusión, alegría, pues sí, Virtudes. Hay que tirar para adelante hasta que dios quiera. Con muchísimo AMOR. Con un amor que es locura. Bendita locura que lo cura todo.
    Se dirá, se ha sugerido indirectamente por algunos, que el texto no tiene estructura. ¿Tú crees que un texto emocional, y quizá emocionante, la tiene que tener? Las reglas tienen que ser rebasadas por la emoción. El texto tiene que llegar o no, gustar o no y punto. Y, claro, tiene que contar algo. Creo

  39. Martín Zurita

    Hola, Virtudes.
    Jo Edu, qué suertudo. Yo también quiero un beso. Es broma, no te enfades conmigo, que me caes muy bien, valiente, quizá como yo, con el correo electrónico por delante. Bueno, yo lo dejé en un comentario interesándome por un gran escritor y amigo, Juan Pérez Díaz. Tú eres más valiente.
    Tu comentario, y gracias por él, muchas gracias: Sí es íntimo y personal lo que cuento, pero verás, el protagonista es mi hijo y no yo. Yo no quería ni aparecer, lo he dicho ya, por eso salgo tan tarde, porque pretendía, con mi hijo, rendir un homenaje a tantos niños especiales, mágicos como Edu. Y a sus padres. A mí me gusta escribir después de querer a mi hijo, que es lo primero. Amor, ilusión, alegría, pues sí, Virtudes. Hay que tirar para adelante hasta que dios quiera. Con muchísimo AMOR. Con un amor que es locura. Bendita locura que lo cura todo.
    Se dirá, se ha sugerido indirectamente por algunos, que el texto no tiene estructura. ¿Tú crees que un texto emocional, y quizá emocionante (creo que para ti lo ha sido), la tiene que tener? Las reglas tienen que ser rebasadas por la emoción. El texto tiene que llegar o no, gustar o no y punto. Y, claro, tiene que contar algo. Pienso que lo he contado. En fin… Un día escribiré un relato al dictado de las reglas. Pero a lo mejor no emocionará. Resultará mecánico. Qué sé yo. Algo no nacido del corazón sino de la pura técnica. La emoción es un fin en sí, no precisa de la técnica, que es un medio. Sí del respeto a la literatura: a tratar de escribir bien. Ojalá se acreciente esa ilusión aún más en estos días, con o sin religión de por medio, entrañables.
    Ha sido un placer que hayas acudido a mi humilde rectángulo. Y te deseo unas imperecederas salud y felicidad, acompañado de un beso muy fuerte, de Edu y de mí mismo.

    1. Martín Zurita

      Hola, Nani.
      Es lo mejor que se puede decir de un texto escrito a brotes, según los empujones tiernos del alma. E texto, entiendo, pedía eso. Nada de técnica preconcebida. Soltarse uno. La técnica no deja de atenazar e impedir, tantas veces, el libre fluir de los sentimientos. Gracias por tu comentario, muchas gracias y felicidad para ti siempre. Y un beso grande. O besicos muchos de vuelta.

  40. Hola Eduardo, ahora sí, ahora se cómo llamarte. Es curioso porque cuando entré esta noche por esta casa, me sorprendió haberte llamado así al responder a tu comentario ¡Hasta me he disculpado! Me quedé perpleja porque en realidad no te conozco, y como la casualidad no existe vi que Nani había comentado un relato con titulo llamativo, incluyendo personas que ya conozco de estos lares, seguí la pista y me capucé aquí. Te he leído, he leído todo, y ahora si me quedé sin palabras, no puedo o no sé escribir lo que siento, lo que me ha transmitido tu relato-historia-realidad, lo que he aprendido de ti, de Edu, de Ana. Sólo puedo deciros que no sólo sois grandes seres, bellos seres, si no que agradezco, aunque sea en las letras, haberos conocido. Un abrazo muy grande lleno de admiración.

  41. Martín Zurita

    Hola, Maribel.
    Gracias por tu cariñoso-admirativo comentario. Llámame como quieras. Eduardo, como mi padre, me rejuvenece. Martín le llamaban a él cuando era casi mayor. Yo voy para viejo (63 castañones) conque… Bueno, a lo mejor la vida da como para que podamos conocernos en persona. Con esos sentimientos que tienes hasta lo deseo.
    Nuestra vida da para aprender, sí. Es dura, muy dura, pero al mismo tiempo es tierna y mágica. No es fácil plasmarla en un texto, que fue lo que me sucedió a mí, por eso comprendo que te resulte difícil plasmar por escrito lo que te ha transmitido el relato. Yo opté por dejar mi cabeza y mi corazón sueltos, libres. Escribir como a brotes, le decía Nani.
    Este tipo de seres como mi hijo (a los que el relato, y a sus padres, pretende rendir un sentido homenaje) no se sacian del contacto humano, quieren más y más, más y más voces, gestos distintos. Y, en reciprocidad, dan todo lo que tienen dentro. Son formidables. Son, efectivamente, mágicos. Como lo has estado tú en tu comentario. Que la felicidad sea siempre contigo. Y un beso muy grande y muy agradecido, de los tres.

  42. Eduardo, mucha emoción me transmites con tu texto, uno, genuino y especial. Y especial mi deseo para ti y tu familia en estas fiestas… pero no te lo digo, para que se cumpla…
    ¡Abrazo!

  43. Martín Zurita

    Hola, Rosy, mi gran Rosy del Val.
    Para eso escribí el texto: para emocionar sin que me saliera ñoño. Celebro haberlo conseguido contigo, que res muy sincera en tus comentarios. Lo hice, sobre todo, como homenaje a tantos seres humanos, digamos especiales, y a sus padres.
    Como tú eres muy inteligente, mi deseo para ti, aislado, y luego para los tuyos me los callo. Seguro que en 2018 vas a romper con la pana, el popelín y demás géneros telares en loliterario. Pero, no te creas, no es solo ese el deseo. Un beso muy grande.

  44. Isabel

    Lo primero de todo Eduardo una disculpa de corazón por haberme saltado sin leer tu precioso relato. Como hay tantos y últimamente tengo una especie de trauma de lectura (que quiero superar) he ido eligiendo los que tenían menos comentarios. Una injusticia total el sesgo.
    Tu relato está por encima de la belleza, como lo son las letras que se escriben con Amor infinito.
    Hay una madre que admiro y es mi ídolo en el pueblo donde vivo, da lo mismo lo que pese la silla o su hija cuando la sujeta para que dé unos pequeños pasitos, siempre siempre lo hace con una sonrisa y con una paciencia infinita, puro AMOR. El día que me cruzo con ella me considero afortunada, es un ejemplo de lo que me gustaría alcanzar. Ahora tu también.

    Me ha emocionado conocerte.
    Muchas gracias.
    FELIZ NAVIDAD Y FELIZ AÑO para ti y para tu bella familia.

  45. Martín Zurita

    Hola otra vez, Isabel.
    Estás disculpada. Acaso tu actitud sea la más prudente. Y es en definitiva generosa: al – +. Yo siempre comento más que soy comentado; pero es que soy impulsivo, qué le quieres, como diría mi amigo Jesús Garabato, el rey del laúd. O verboso hasta para escribir. Es muy hermoso y edificante: es hermosísima la emoción que te provoca esa madre que vive en el pueblo donde vives tú (bendito sea ese pueblo). Da muestra de lo bello que tienes el corazón. Ojalá haga su particular glup-du, muchos y muchísimos años.
    A mí también me has emocionado. Y muchas gracias a ti por haberme correspondido de una manera tan valiosa. Lo repito: feliz todo para ti siempre.

  46. Martín Zurita

    Hola, Inés.
    Muchísimas gracias por el comentario y por los buenos deseos. Lo que me gustaría es «saber ser» en cada momento y circunstancia. Y muchas veces no lo consigo. En fin… como poco hay que intentarlo. Y no guardarse rencor a uno mismo si no da la talla.
    Un beso muy grande y feliz todo para ti siempre.

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