Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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49 . Mapamundi (Blanca Oteiza)

Como un fantasma su silueta se dibujaba bajo la sábana tan blanca como la luz del sanatorio. “Te he dicho que no puedes jugar entre la ropa” le repetían una y otra vez las voces. De niño con la mirada cabizbaja lloraba. Con los años esas lágrimas se habían convertido en carcajadas que resonaban ahogadas entre paredes acolchadas. Ese niño sólo quería ser niño: correr, jugar, reír, esconderse entre la colada. A ese pequeño le robaron los sueños el día que le dejaron en la puerta entre toallas. Siempre fue diferente, el rebelde que buscaba amigos donde los demás veían aire, el que hablaba con las ramas de los árboles del jardín, el que cantaba cuando llovía en mitad del patio. Alguna vez intentó escapar campo a través buscando tesoros bajo piedras de colores. Ahora el único color que ve son las pastillas que la simpática enfermera le suministra cada día. Les ha puesto nombre a cada una de ellas con países que sólo ha visitado en su imaginación. Es hora de tomar el avión y despegar.

9 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    Una persona sin fortuna, marcado desde el inicio, cuando sus padres le abandonaron a su suerte. Sin nadie que se ocupase de él, que le quisiera, sin posibilidad de tener amigos, de desarrollarse de una forma normal, con la mente enferma por todo ello, pasa su existencia en la blancura de sábanas y sanatorios psiquiátricos.
    Un relato que habla sobre la importancia de tener una buena infancia, una etapa que marca toda la existencia.
    Un abrazo y suerte, Blanca

  2. Lo primero de todo, muy bien contado. Qué relato tan duro, tan triste. El sino que marca una vida. El mal destino que ahoga un futuro. Un personaje, sin embargo, que parece no rendirse.
    Me gusta.
    Un abrazooo, Blanca.

  3. Jesús Garabato Rodríguez

    Hola, Blanca. Nos muestras en tu relato toda una vida sojuzgada por el abandono y la locura. Menos mal que esa imaginación y ansias de libertad que dan la impresión de haberle acompañado siempre a nuestro protagonista confluyen en esa última decisión, a la que yo veo como una redención más que como una rendición. Me gusta mucho tu historia y tu personaje.
    Aunque en algunas de las ocasiones en las que, para aprender y con afán constructivo, he indicado cosas que creo que podrían mejorarse en algunos textos he salido trasquilado, por un motivo u otro, creo que es bueno que nos “atrevamos” a hacerlo más a menudo y que no todo sean muestras de “amiguismo” o halagos exagerados. Como digo siempre, no es que conozca demasiado las normas y, además, ya puedo leer veinte veces un texto mío, que no veo los “errores” más evidentes. Pero en los de los demás, sí que creo verlos, aunque pueda estar equivocado, por supuesto. Después de este rollo, solo comentarte que creo que es “lo dejaron en la puerta”, en lugar de “le dejaron en la puerta” y en “Les ha puesto nombre” pienso que debería ser “Le ha puesto nombre” (a cada una, no a ellas). No sé lo que opinarás tú. Espero no haberte molestado, Blanca. Saludos y suerte.

    1. Blanca Oteiza

      Jesús,
      Agradezco estos comentarios donde se comentan los posibles «fallos» o diferentes puntos de vista en una lectura. A mi me pasa también que a veces, ya puedo leer y releer un texto mío, que no veo error donde puede haberlo.
      Muchas gracias y un saludo

  4. Virtudes Torres Losa

    Hola Blanca. Me encanta tu relato. Está lleno de sensibilidad, de ilusión/resignación, a partes iguales. Un niño obligado a ser adulto a destiempo. Un adulto (creo) que morirá siendo niño. A pesar de todo su imaginación le acompaña y es su tabla de salvación, su desconexión con el mundo real.
    Un diez y un abrazo.

  5. Blanca Oteiza

    Muchas gracias por leerme y comentar.
    Con esto del verano y las vacaciones no he pasado por aquí demasiado, pero gracias Ángel, Concha, Nani, Amparo, Jesús, Virtudes y Calamanda por dedicar un momento en mi relato.

    Un abrazo

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