Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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50. Metamensaje

Todavía aturdida, volvió a leer: “Ana, no te pido que me comprendas pero mi amor ya no es para ti. Con el tiempo, que todo lo cura, lograrás perdonarme. Solo quiero que vivas feliz sin mí”. Una nota sobre la mesita de café recién comprada en un anticuario; así terminaban cinco años en pareja.

Soltó la maleta y su cuerpo se desplomó en el sofá chaise longue. Tras ocho horas de vuelo y una quincena de trabajo estresante fuera de casa, esperaba otro recibimiento. Soñaba con otro recibimiento. Olió el papel. Enseguida reconoció el aroma fuerte y sensual de Gonzalo. Además de bergamota, pachuli y almizcle, distinguió un nuevo ingrediente en su perfume; una esencia compuesta por palabras: “Tengamos un hijo. Piénsalo. Contéstame cuando regreses”. Fue lo último que le dijo antes de besarla junto a la puerta.

Se puso en pie, trajo unas tijeras y, de manera minuciosa, fue insertando las puntas en el mensaje. Después, como si compusiera un puzle, ordenó las piezas sobre la madera de haya. “Ana, mi amor, te quiero Con locura. todo mí tiempo es Solo para ti”, leyó satisfecha. Y acto seguido escribió debajo: “Ya lo pensé. Y mi respuesta es sí”.

10 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    Será una frase hecha, pero no por ello menos cierta, la que señala que «las palabras se las lleva el viento», como emisiones de aire que son y que en él se diluyen. Por contra, también se dice que «lo escrito permanece’. Tu protagonista se aferra a esta segunda sentencia y trata de reescribir una realidad presente y sobrevenida para crear otra llena de futuro. Sobre las cenizas crea un collage al que necesita aferrarse, con un hijo como potente elemento deseado que cambiará su existencia.
    Un relato que aborda la capacidad de sobreponerse a las decepciones con ilusiones nuevas, un ejercicio de originalidad.
    Un abrazo, María. Suerte

  2. María Gil

    Gracias, Ángel, por tu comentario. Así es Ana. Ojos que no ven… Prefiere no ver la realidad para no sufrir y crea otra distinta a su antojo. Tan fácil como manipular el mensaje de Gonzalo.

    Un abrazo.

  3. Literalmente, esta mujer supo leer entre líneas, y tanto, que se atrevió a cortar, reordenar y pegar las palabras para que dijeran lo que ella quería, lo que ella esperaba, cambiando así su realidad…

    Me encantó el «metamensaje», María…🥰🥰
    Besos😘😘😇😇

  4. Si la vida te da limones…puedes hacerte una simple limonada, o bien un sabroso y refrescante helado, que es lo que ha hecho tu protagonista. Y la aplaudo. Un relato con un interesante mensaje.
    Me ha gustado mucho, mucha suerte y un abrazo enorme, María.

  5. En este relato, María, se pone de manifiesto que con las palabras podemos construir y destruir y en este caso la protagonista ha sabido poner las palabras a su favor para lograr un final que parece si no feliz, al menos positivo. Mucha suerte. Un abrazo.

    1. María Gil

      Parece que aquí lo de «ojos que no ven…» surte efecto. Mejor dejarlo aquí, mejor no seguir con la historia para que el corazón de la protagonista no se resienta.

      Un abrazo también para ti, Alberto.

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