Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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Microscopio nº 5: Pena doble

ElMicroscopio_ENTCEn este nueva entrega del microscopio tenemos un texto que juega con el más aquí y el más allá, con lo que vemos y lo que imaginamos, con la realidad y los espejos de la vida.

Como siempre pertenece a un escrit@r habitual del blog y sometido al análisis de nuestros tres opinadores.

 

 

PENA DOBLE

5_picasso-mujer-espejo-250x310La primera vez que se vio en el espejo con gafas nuevas, las maldijo: “¡Qué vieja, si parezco la tía Carmen!”. Desde entonces, evita mirase en cualquier superficie pulida que pueda reflejar su figura. Pero hoy, después de ducharse, con el cabello mojado y retirado de la frente, sin pensarlo, se coloca las gafas para contemplarse y queda estupefacta: en el cristal, ligeramente empañado, aparece el rostro de la hermana de su padre, con sus párpados caídos, peinada hacia atrás como toda la vida; aquella que siempre le recordaba lo mucho que se parecían. Sus gestos provocan en la imagen torpes muecas que pretenden imitarlos. Intenta, inútilmente, controlar un ostensible temblor repentino de su mano izquierda. Asustada, tira las lentes y empieza a vestirse a trompicones con los ojos cerrados. Antes de terminar, suena el teléfono: la tía Carmen, la que padecía párkinson, acaba de fallecer.

Letra_X

(-) En la primera lectura me ha resultado farragosa, difícil de leer, he tenido que volver hacia atrás.  Esa coma detrás de «nuevas» creo que produce una pausa inadecuada, «las maldijo» creí que iba a maldecir a alguien, y es a las gafas. No sé. La misma maldición está dirigida a ella misma. En segunda lectura no me resulta tan difícil.

La descripción del reflejo es así mismo un poco liosa, quizás por lo extensa y la puntuación y terminando en ese «aquella que siempre le recordaba lo mucho que se parecían» que quizás sobre. «Quedar estupefacta» creo que no es muy literario para un narrador omnisciente. No sé. Al decir «hermana de su padre» pensé en otra persona, preferiría «mi tía». «Vestirse a trompicones» está bien para un narrador en primera pero no me gusta para el omnisciente. No veo la necesidad de los «ojos cerrados», ¿es realmente importante? ¿Es necesario aclarar lo del parkinson?

(-) No me queda claro si lo que se quiere contar con este relato es que la sobrina va por el mismo camino de la tía, es decir, se hará vieja con párkinson, o si se trata de una transmutación, la tía posee a la sobrina.

(-) El título no lo entiendo, salvo que quiera decir el dolor que la sobrina siente por envejecer y el de perder a la tía.

(*) Creo que con frases más cortas inicialmente se hubiera conseguido más efecto de terror, de estupefacción.

 

Letra_Y

(+) Un texto imaginativo en cuanto a la fascinante y turbadora propuesta de conexión que establece entre la protagonista, un ser de carne y hueso, y el más allá. Por tanto el tema elegido y su desarrollo (estupenda la analogía escogida entre el temblor y las muecas, y el párkinson) me parecen originales y eso representa un alto porcentaje de éxito para un microrrelato.

(+) Otro mérito es precisamente que solo haya un personaje principal, con lo que el autor puede recrearse más a gusto con este, sin tener que tramar complejas relaciones con otros. Como la tía Carmen es un personaje ausente de la escena, solo un recuerdo, el relato se centra en lo que le va sucediendo a la protagonista, lo cual señalo como positivo al provocar que el interés del lector crezca sin desvíos de atención (aunque con una cierta curiosidad) a las reacciones o movimientos de otros posibles actores.

(-) En cuanto al tiempo verbal, me habría resultado más idóneo el pasado y no el presente. El pasado en castellano nos da un doble juego (con el uso del indefinido y el imperfecto) que enriquece la narración. Y creo sinceramente que este relato se habría beneficiado mucho de esa ventaja.

(-) Veo la siguiente escena mejorable: en la frase “reflejar su figura”, ¿no quedaría más fiel al contenido “reflejar su cara”? Esto lo digo porque en todo momento se nos habla de gafas, rostro, muecas, párpados… y no me parece que “la figura” tenga aquí ningún papel sustancial. Simplemente dispersa, ya que la fuerza de la narración está focalizada en la cara (aunque bien es verdad que al final le tiembla una mano, pero hasta que cobra protagonismo esa mano, toda la atención de esta señora se dirige a su cara).

(-) No me gustan nada estos adjetivos (y menos todavía antepuestos al sustantivo): torpes muecas, ostensible temblor. ¿Cómo es una mueca torpe? Francamente: ni idea. Hay que mostrarla, que tuerza la cara de esta o aquella manera… Ostensible temblor repentino: estas tres palabras juntas quizá sean lo peor del relato. A mí ostensible me sobra y no creo que aporte ninguna información necesaria.

(+) La redacción y puntuación las veo correctas.

(=+) La estructura en un solo párrafo, suficiente; no pide más espacio el texto, sino que apetece leerlo así, del tirón.

(-) El principal fallo que encuentro en este relato es el tono. ¿Qué tipo de emoción pretende este texto provocar en el lector? ¿Qué tono imprimirle para conseguirlo? En una historia que avanza desde lo real pasando por lo fantástico hasta derivar en lo delirante, todo depende del objetivo que el autor se hubiera marcado, que bien podría ser el humor, (¿por qué no?); o la angustia; o simplemente la perplejidad. Cualquiera de ellos se podría apuntalar (por poner un ejemplo) con diálogos interiores (breves y en un lenguaje coloquial, siguiendo esa pauta del primer párrafo de “¡Qué vieja, si parezco la tía Carmen!”) de la protagonista. Sin embargo no aprecio pinceladas dominantes de ninguno de los tres (o de cualquier otro tono que hubiera elegido el autor) y por eso digo que le falta esa vibración, esa característica diferenciadora. Me ha parecido un microrrelato que no emociona en ninguna dirección; un microrrelato neutro, casi de estilo periodístico. Es una pena que tan buen material narrativo quede desaprovechado sin ese toque, personal e imprescindible, del autor.

(-) Por último, el título «Pena doble» pues no sé. En un principio no parece que esta mujer sienta ningún afecto por la tía. O igual la pena es por parecerse físicamente a ella y por heredar su enfermedad. Pero pena, lo que se dice pena, no veo; sino más bien zancadillas del destino.

(*) Sugeriría que la tía se llamara Encarnación (o Encarna) (según el DRAE; encarnar: dicho de un espíritu, tomar este forma corporal) y sacarle punta al nombre hasta lograr un título, digamos, más escalofriante.

 

Letra_Z

(+) Texto de lectura rápida en el que la historia se cuenta sin rodeos, sin apartarse de la acción. Va directo al grano.

(+) Argumento original, sorprendente y “gracioso”. Muy bien llevado.

(+/-) El lenguaje empleado -sustantivos, adjetivos, verbos- es preciso, concreto y eficaz. Gracias a ello, el texto resulta muy visual.

Sin embargo, hay un exceso de palabras en algunas frases, palabras que (en mi opinión) no son realmente necesarias: ligeramente empañado, torpes, ostensible, repentino, asustada.

Hay algunas palabras que yo, personalmente, cambiaría o eliminaría:

… gafas nuevas: creo que no hace falta decir que son nuevas cuando ya se ha explicado que era la primera vez que se las ponía.

…  las maldijo: el verbo maldecir me parece excesivo.

… desde entonces, evita: por coherencia con los tiempos verbales de las frases anterior y posterior, quedaría mejor evitaba.

… que pueda (pudiera o pudiese, si se aplica la corrección del punto anterior) reflejar su figura: pienso que lo que no quiere ver reflejado en ninguna superficie ¿pulida? (brillante) es su rostro.

(-) Pero hoy, …, sin pensarlo, se coloca las gafas para contemplarse…

El sentido de esta frase, con la que se inicia el conflicto del relato, no me convence. ¿Por qué hoy, precisamente, no evita mirarse? Porque lo hace sin pensarlo. No sé, me parece poco creíble si antes se ha dicho que la protagonista está todo el día pendiente de no verse la cara con las gafas. En los Microrrelatos todas las palabras tienen su importancia y han de estar justificadas, no se puede decir nada por decir. Quizás sea algo subjetivo, pero para mí hace falta señalar un motivo que explique por qué hoy se ha mirado en el espejo. Que no haya sido sin pensarlo. Que exista una intención.

(-) Título: Pena doble

Me resulta confuso su significado. ¿Doble? Supongo que hace referencia a la pena por la muerte de su tía, a la que se añade la pena por “convertirse” en ella tras esa reencarnación y heredar/empezar a sufrir Párkinson. ¿Era esa la intención del título? ¿Estoy en lo cierto o no?

En todo caso, creo que la primera pena no me la creo. A mi entender, lo que deduzco del texto, es que la protagonista no sentía cariño por esa hermana de su padre, una vieja de párpados caídos y peinada hacia atrás toda su vida, que siempre le recordaba lo mucho que se parecían, la que padecía párkinson. Lo que me transmiten estas palabras, lo que me hacen pensar, es que ni la quería mucho ni tenía mucho trato con ella en ese momento. Entonces, no creo que pueda sentir auténtica pena por su fallecimiento. Opino que es un texto muy difícil de titular, pero mis sugerencias al respecto son, por ejemplo: “Reflejo”, “Resurgimiento”, “El parecido”.

Al hilo de esta observación, pienso que el relato ganaría en profundidad si la relación entre la protagonista y su tía fuese más intensa, más estrecha; si se viera que estaban muy unidas, que se querían muchísimo, tendría más lógica la trama.

 

 

6 Responses

  1. Mel

    TITULO
    (+) Me parece un buen título, referido a la pena que siente la protagonista por parecerse a su tía y por la pérdida de esta (aquí es un decir, porque afecto no parece tenerla) y sobre todo teniendo en cuenta con el juego del reflejo del espejo (esa doble imagen)
    (*) en este sentido creo que si la protagonista mostrase más cariño por la tía y más miedo por sus circunstancias el cuento tendría más fuerza.
    (-) O en la historia tal cual está, el título se hace un tanto extraño.
    INICIO
    (-) Se me hace un tanto extraño y poco creíble que maldijese a las gafas la verdad, creo que tendría más fuerza si maldijese a la tía (que le recordaba lo mucho que se parecía –maldita vieja- tenía razón), a la genética, al hacerse mayor etc que a las gafas.

    PERSONAJES
    (+) Un acierto centrar la historia tan personal en un solo personaje, el juego del parecido y los detalles físicos así lo piden.
    NARRADOR
    (+) Bien elegido el narrador protagonista que le permite intercalar pensamientos y emociones.
    (+) Me gusta el uso del presente por darle agilidad
    (-) pero como el principio va en pasado marcar mejor esa distancia temporal me hubiese convencido más.

    HISTORIA
    (+) Me gusta esa historia espejada de símiles de parecidos físicos y quizás de destino, tiene un toque misterioso, y efectivamente todos los que nos parecemos a algún pariente nos preguntamos si compartiremos también historia y circunstancias; el tema elegido me parece interesante.
    ESTRUCTURA
    (+) En un párrafo, me parece correcta ya que la historia es lineal.

    TRAMA
    (¿?) Me es difícil imaginar que nadie evite mirarse al espejo, ya sea para peinarse etc, pero bueno el micro es el que es. (*) Me gustaría más que evitase mirarse “cuando lleva gafas” y no en general.
    (¿?) No hay ninguna explicación de por qué cambia su rutina de “evitar mirarse en espejos” y justo el día del micro, ”sin pensarlo” se mira. Imagino que quizás para que el lector piense en algo sobrenatural e ilógico, más poderoso que ella y su decisión/costumbre de no hacerlo.
    (*) En este sentido me gustaría más si hubiese alguna circunstancia o pasase algo por lo que sí se mira, algo hace que se acuerde de su tía. Es decir, hubiese invertido la trama y hecho que le diese el temblequeo, se acordase de su tía e irracionalmente se mire al espejo, pero es solo una sugerencia.
    (-) Una cosa que tampoco me gusta es el transcurso del tiempo, ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que se vio por primera vez con gafas (y el parecido con la tía) y el presente del micro? No sería lo mismo si fuese una semana que diez años, en este sentido le falta algo al micro.
    (-) Se pone las gafas para “contemplarse”, no me es nada creíble, “sin pensarlo” y “contemplarse” no me cuadran (*) podría ponerse la gafas para ver en el móvil que tiene una llamada perdida por ejemplo y como esté en el baño se ve en el espejo.
    (-) Se hace mención a gafas y por tanto al rostro (luego se habla de las ojeras, moño etc) y sin embargo evita ver reflejada “su figura”, estas dos palabras me sobran.

    FINAL
    (+) Me gusta ese final de muerte que hace suponer que va a seguir la misma suerte que la tía.
    LENGUAJE
    (-) decir que las gafas eran nuevas y que era la primera vez que se veía con ellas es un tanto redundante en mi entender.
    (-) “… nuevas, las maldijo” esta coma sobra no?
    (-) no me gustan expresiones del tipo “torpes muecas” ni en especial “ostensible temblor repentino” (*) un repentino y ostensible temblor (**) de hecho me gustaría más que se nos mostrase un movimiento incontrolable, como que se le caiga algo varias veces etc, que el que nos lo cuente tal cual.
    RESUMEN : El micro me parece original por el paralelismo entre el parecido físico y quizás de destino que queda en el aire.

  2. Paloma Casado Marco

    Poco más tengo que añadir a todo lo que se ha dicho. Me parece una historia muy interesante (el paso de los años que nos convierten en la persona que no queremos)pero que tiene muchas contradicciones en su planteamiento.
    El título no se corresponde con los sentimientos de la protagonista ya que no parece sentir ningún apego por la tía que acaba de morir. No veo la «pena doble», quedaría mejor «el reflejo» o «la tía Carmen», etc.
    lo de maldecir las gafas, como se ha señalado, es una exageración, y volvérselas a poner y quedarse estupefacta otra, porque ya se había reconocido en su tía previamente. Sobra también la especificación final: la tía Carmen, la que padecía párkinson…ya sabemos de qué Carmen estamos hablando. Quedaría mejor: «La tía Carmen ha muerto a consecuencia del Párkinson que padecía…» o algo así.
    Yo aconsejaría al autor/a que le diera otra vuelta al cuento porque el tema y la forma de tratarlo (obviando esos fallos que se han comentado), merecen la pena.

  3. auro

    Veamos:

    (+) Sobre la idea del relato, lo que busca y consigue transmitir.

    (+) Titulo. Lo veo bien. No diría que es el título del siglo, pero le va bien. Unifica de forma correcta las dos penas: La de verse fatal con gafas y la de la muerte de la tita Carmen (ya he comentado alguna otra vez que TODOS/AS tenemos una tía Carmen -bien elegido, por tanto, el nombre).

    No se de dónde os sacáis que la tita no le hace ni fu ni fa, con la putada que le acaba de hacer. Una cosa es que sea más vieja que la prota (claro, por eso es la tía y no la sobrina) y esté decrépita y enferma y otra diferente es que no la estime ni sienta su fallecimiento, más cuándo lo ha presentido y se ha quedado la peor parte.

    (+) La referencia al parkinson. Esta justo y en justo lugar, sobre todo para justificar la transferencia del temblor de manos y las torpes muecas. Le da sentido al relato, que es un relato fantástico y que busca dar un poco de miedo.

    (-) Si veo algunas ¿redundancias?, como las gafas «nuevas», si es la primera vez que se las pone y la superficie «pulida». Algunas superficies no pulidas también reflejan.

    (-) La referencia «hermana de su padre» me confunde, porque parece que está hablando de otra tía y no de Carmen; tal vez si la estructura fuese de otra forma… Si se hiciese mención a que era la hermana de su padre desde el principio. Sin embargo, si se elimina esa referencia, el relato no varía. «Aparece el rostro de la tía» «aparece el rostro de Carmen» o simplemente «al verse en el espejo le parece ver a su tía». Más sencillo se entiende mejor.

    (-)»aquella que siempre le recordaba lo mucho que se parecían». También creo que si se quiere hacer énfasis en esta idea ha de ser al principio o al final. Ahí en medio me estorba la lectura. Si se quita no pasa nada, porque ya vamos deduciendo…

    (-)sin pensarlo, se coloca las gafas para contemplarse. El objetivo contradice al impulso.

    Creo que estos tres minus se pueden concentrar en uno solo. La estructura… un poco desordenada, quizá.

    En resumen… copio lo que dice Rafa un poco más arriba, pa no repetir.

    Abrazo.

  4. Mi opinión se asemeja a lo que ha dicho Rafa. Creo que se se ve entre líneas una buena historia, pero que probablemente se pude cincelar para rematarla. La historias fantásticas de este tipo y con espejos de por medio me encantan por lo que por aquí me tiene ganado, pero como también he leído en algunas de las críticas veo alguna contradicción, como el título (es difícil encontrar las penas, aunque supongo que en el fondo estimaba a la tía Carmen) y que, de repente, decida mirarse de nuevo.
    Para mí, sin duda, lo mejor del relato es el final con la mágica idea del Párkinson hereditario.

  5. Aquí estoy, ya sin careta. 🙂

    Antes de nada, quiero agradecer de corazón a los analistas que se dejaron los ojos mirando mi texto con microscopio. Aunque los esperaba y creía estar preparada para ellos, reconozco que no ha sido fácil recibir los cachetes; pero estaría dispuesta a repetir la experiencia. Las caricias, que también hubo, me han aliviado las pupas.

    Voy a dar algunas explicaciones, que no pretenden ser disculpas, ni mucho menos, pero quizás sirvan para aclarar algunos fallos; otros no tienen justificación.

    En primer lugar, el relato fue escrito para un concurso con límite de 150 palabras y temática obligada: el DOBLE, como recurso literario relativamente frecuente. Aunque no sirva de disculpa, es cierto que tuve que sacrificar palabras para no pasarme del tope. No es menos cierto que algunas las pude haber ahorrado.

    Casi todos los comentaristas han coincidido en que no se notaba que se querían tía y sobrina. Sin duda esto fue lo que más me sorprendió. Aunque no es totalmente autobiográfico, la sobrina soy yo y la tía Carmen (ese era su verdadero nombre) no sólo era mi tía más querida, sino la última que me quedaba. De ahí el título: PENA DOBLE, por parecerme a ella y por perderla; además me venía bien por la temática obligada, el DOBLE. En realidad, el título original era IN MEMORIAM, pero lo cambié para que no se notara mi implicación afectiva en el relato. Por el mismo motivo lo escribí en tercera persona. Seguramente haya sido esta intención mía de camuflarme la que me haya impedido, no sé si de forma consciente, expresar perfectamente los sentimientos entre ambos personajes.

    Lo que pretendía con el texto, y que queda demostrado que no he conseguido, 🙂 era reflejar el rechazo al paso puñetero del tiempo y la relación, el parecido, la gran unión… entre dos familiares, hasta tal punto que cuando una se muere la otra “hereda” sus dolencias. Al mismo tiempo, quería inquietar al lector. Jugué un poco con el espejo para darle cierto toque misterioso, macabro, no sé… Quise hacer un cóctel de realidad y fantasía y creo que os ha sabido a gazpacho. 🙂

    Aunque todos tenían una intención premeditada, acepto que me he pasado con los adjetivos. Esa frase de “ostensible temblor repentino” no tiene perdón. Prometo que no lo volveré a hacer. 🙁 Lo de quedarse “estupefacta” lo puse porque la que aparecía en el espejo no era ella pareciéndose a su tía como anteriormente, sino la verdadera tía Carmen, que intentaba imitarla a ella, pretendía ser su reflejo con “torpes muecas”, por la rigidez muscular típica del párkinson.

    Gafas. Se sorprende de lo que ve por primera vez con las nuevas porque con las viejas veía fatal. Las pone en el baño sin pensar “obligada” por la tía. (Este punto lo explica muy bien Auna U. en su comentario).

    Y aquí dejo de justificarme y de aburriros. Quizás os haga caso a algunos y le dé unas cuantas vueltas más al texto. Haciendo y deshaciendo es como mejor se aprende. Qué pena que no se puedan pasar por la lupa todos los relatos que escribimos.

    Repito: la experiencia ha sido positiva y doy de nuevo las gracias a todos los que me han leído y comentado.

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