47. MIRANDO AL MAR (IsidrøMorenø)
Una decena de postes están clavados en la arena de la playa. El nutrido grupo de amazonas de feroces y firmes rasgos se afanan en amarrar a diez hombres. Cuerpos desnudos. Manos y pies atados a los postes. Siempre ojos vendados y cara al mar.
Los varones presentan sus penes decaídos; seguro que también sus ánimos y esperanzas.
Solo se oye el romper de las olas. Ella, a quien llaman «la Guerrera», desciende de su caballo para iniciar el ritual. Enarbolando un machete se dispone a cercenar las pollas de esos elegidos. El resto de la comitiva femenina se ocupará de hacerle comer, uno a uno, su propia piltrafa sanguinolenta.
Mientras escucha los gritos desgarradores de aquellos desgraciados, Guerrera recuerda sus propios gritos y los de su familia cuando, aún niña, intentaba zafarse a golpes de esos “seres queridos” que pretendían mutilarla. Consiguió huir sin ablación, pero con firme juramento de venganza.
Una buena venganza de «Guerrera», descrita con mucha carnicería «gore», que me ha hecho estremecer en cada imagen del relato.
Mucha suerte y un saludo virtual.
Guerrera, con su huida evitó una carnicería en sus propias carnes. La venganza la quiere hacer ejemplar para todos aquellos que aprueban consideran normal la ablación.
Mil gracias por leer y comentar, amiga María Jesús.
Un fuerte abrazo virtual.
Pasar del miedo a la indignación y la ira apenas requiere un simple paso. De ahí que sea entendible esa venganza en diferido (como se dice ahora), incluso aunque las víctimas sean allegados, puede que más por ello.
Un relato sin tapujos, que muestra hasta dónde puede llevar el enfado acumulado.
Un abrazo, Isidro, artista. Suerte
Estoy convencido de que el mundo no sería igual, ni parecido, si para juzgar algo, el juez (juzgante) previamente pasara por idéntica situación que el reo (juzgado). Aquí, Guerrera, quiso aplicar esa doctrina. Nada de ponerse en los zapatos del otro (como sería lo políticamente correcto), directamente al tajo.
Muchísimas gracias, querido Ángel, por la lectura y tus siempre elogiosos comentarios que casi nunca merezco.
Un fuerte abrazaco.
Ojo por ojo, pene por diente. Un texto con imágenes de violencia que llega impulsada por la ira que generan las ganas de venganza. Me ha gustado mucho, tanto el ritmo como las imágenes y la estructura. Genial. Suerte y abrazos, Isidro.
Quizás no sea ‘políticamente correcto’, pero los sentimientos humanos, no siempre son correctos para muchos o sí para otros. Es la complejidad propia de los Sapiens.
Mil gracias por tu amable comentario.
Un abrazo.