Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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Mnstrscp2019 – R1 (personajes)- E6

Los participantes con los alias :

CAMPANILLA– LOBO FEROZ– RATITA PRESUMIDA

  • * deberán escribir un texto de MÁXIMO 150 palabras
  • * antes del domingo día 10 de noviembre a las 12 de la noche (hora peninsular española)
  • * que contenga la palabra : NAVAJA
  • * que nos hable de tu propio personaje. Hasta ahora nos han contado muchos muchos cuentos, peroo ¿cuál es la verdad? Cómo fue tu infancia, qué te llevó a ser como eres, qué ha sido de ti 30 años después, ¿de verdad fuiste feliz y comiste perdices? o cuéntanos un episodio del cuento que nunca vio la luz, ya sabes, las tomas falsas, queremos saber más de ti

 

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8 Responses

  1. Genio en nombre de Lobo Feroz

    APRENDIZAJE TEMPRANO de Lobo Feroz

    Ya apuntaba maneras cuando de niño le robé la navaja a mi hermano mayor para atemorizar a quienes osaban hacerme frente.
    No sé que me empujó a enseñar siempre los dientes, quizás el miedo a convertirme en víctima.
    En mi infancia mi padre se hartó de repetirme, una y otra vez, que la mejor defensa es un buen ataque. Fue el mejor consejo que pudo darme.
    Pero cuando se marchaba, mi dulce madre intentaba enseñarme que también la ternura es necesaria para criar a un pequeño cachorrillo.
    Después la presión de la manada continuó empujándome hacia la violencia.
    Y como no soy tonto, he buscado una manera soterrada de ejercerla legalmente: he estudiado empresariales.
    Ahora soy director de Recursos Humanos para sociedades en apuros. Y cuando los empleados me ven llegar a sus empresas, disfruto viendo como el terror y el miedo asoman, inevitablemente, a sus miradas.

  2. Genio en nombre de la Ratira presumida

    Y tú ¿Qué harás por las noches? de Ratita presumida

    Esa noche salí dispuesta a no volver sola a la cama. En la discoteca, el primero que se acercó me bajó la libido con su risa de burro. El segundo era un cerdo, no pude soportar su olor corporal. El tercero soñaba con un adosado con jardín en donde, me propuso, yo sería su “ratita”. Andaba disimulando un bostezo cuando vi entrar a un gatazo impresionante de ojos verdes. Enseguida se colocó a mi lado y en respuesta a mi pregunta contestó: “Comerte toda entera”. No pensé que sus palabras ocultaran una intención tan literal. Por suerte, siempre llevo una navaja escondida y pude librarme de sus garras y… de algo más. Lo dejé manso, convertido en un gatito doméstico. Resignada, regresé donde había dejado al pesado del chalet. ¿Qué harás por las noches? le pregunté. No resultó tan mal, ya vamos por la segunda camada.

  3. Genio en nombre de Campanilla

    Recuerda a Tinker Bell de Campanilla

    El cementerio de las hadas está lleno de olvidos. Yo estuve a punto de acabar allí cuando Peter se hizo adulto, se convirtió en un elegante ejecutivo de televisión —aunque me parecía más apuesto vestido de Robin Hood, con su navaja en la vaina del cinto y la inocencia prendida en sus ojos—, y no volvió a recordarme nunca jamás.
    Para no desaparecer, busqué casas inundadas por voces de niños y, retomando mi antiguo oficio de reparadora de teteras y ollas en los jardines de Kensington, arreglaba en sus cuartos de juego cualquier utensilio roto, rociándolo con una pizca de polvos mágicos ante sus atónitas miradas. Esas miradas que quedaban colgadas al anochecer, meciéndose entre las estrellas, me salvaban durante un tiempo. Sigo sobreviviendo de la misma forma, pero cada vez me es más difícil. Ahora, si me ven, no logro sorprenderles y la infancia apenas les dura un suspiro.

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