Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

Single Blog Title

This is a single blog caption

Mnstrscp2019 – R2 (fantasia)- E4

R2 – E4 : Therión

Los participantes con los alias :

 LA BESTIA – PEPITO GRILLO – PRINCIPE DE CENICIENTA – BRUJA DEL OESTE

  • * deberán escribir un texto de MÁXIMO 150 palabras (título no incluido)
  • * antes del domingo día 17 de noviembre a las 12 de la noche (hora peninsular española)
  • *donde esperamos encontrarnos con seres fantásticos basados en el concepto del teriomorfismo, es decir, seres medio humanos, medio animales, o con el poder de transformarse en animales. Nos valen sirenas, hombres lobo, centauros, faunos, dioses con estas características… Puedes crear un relato nuevo o versionar a los conocidos Minotauro, La Sirenita, Anubis, Lady Halcón etc

Recuerda : no dejes tu texto en los comentarios de esta entrada, sino AQUI

Para votar AQUI

5 Responses

  1. Genio en nombre de Pepito Grillo

    SIN PICADORES de Pepito Grillo

    De nombre, Cretense. 540 kilos de peso. Negro zaino en torso y cabeza, blanco caucásico en cuartos traseros. Cornamenta astifina y hechuras de Pablo-Romero. Acabó con el maestro Teseo, «el niño del ovillo», de grana y oro, en menos de lo que dura un aleteo de colibrí. Cuando descubrió el hilo que había ido dejando el presunto matador, decidió recuperarlo para evitar su uso por los efebos y doncellas que le servían de alimento. Al empezar a tirar notó cierta resistencia, pero echó de casta y, poco a poco, fue arrastrando hasta su vista a una bella y dulce joven, de nombre Ariadna, que se resistía a soltar el hilo. Discutieron sobre la propiedad del mismo y la riña fue subiendo de tono. Él la llamó «lianta» y «calientapuyas», ella «medio hombre» y «sobrero». Lo cierto es que, desde aquello, ya nunca más se volvió a saber del minotauro.

  2. Genio en nombre de La Bestia

    La leyenda de Zardo de La Bestia
    Cuando el pequeño Zardo descubrió su don, esbozó una sonrisa iluminante, y salió volando tras el jilguero que trinaba en el alféizar de su ventana. Con el miedo guardado en el bolsillo, trazaba piruetas en el aire, acrobacias, picados temerarios. Todo lo que incendiaba su imaginación le era posible; así surcaba con sus alas de gaviota, paloma o gavilán, los cielos de la aldea. Pero una tarde lluviosa, al sobrevolar el puente del diablo, algo lo detuvo. Luchó por zafarse de la tupida red que lo envolvía, hasta que su cuerpo cayó extenuado sobre la tierra. Y sus días dejaron de planear, enjaulado y exhibido en ferias locales, como un engendro de la naturaleza. Pasen y vean al increíble hombre pájaro. Hasta que una mañana, tras una noche de luz espumosa, encontraron su jaula vacía. Dicen que fue liberado por la luna. Y que construyeron su nido en las montañas.

  3. Genio en nombre de la Bruja de Oeste

    NEREIDA de LA BRUJA DEL OESTE

    Hoy, la gran Nereida, la famosa soprano, se despide de los escenarios. Ella ha sido un ejemplo para todo el mundo. Ha demostrado que su discapacidad física no le ha impedido desarrollar su carrera musical. Su portentosa voz ha cautivado a espectadores de todo el mundo. Sobre su silla de ruedas, con mayor o menor dificultad, ha actuado en los teatros de Paris, Moscú, New York, Londres…
    En la mayoría de las entrevistas concedidas siempre ha manifestado que, para alcanzar su éxito, se ha visto obligada a realizar un gran sacrificio, renunciar al amor.
    Esta noche, mientras recibe el aplauso unánime del público y alguna lágrima recorre su rostro, oculta bajo su larga falda, no puede dejar de mover nerviosa la aleta de su cola.

  4. Genio en nombre del Príncipe de Cenicienta

    Herencia del Príncipe de Cenicienta

    Mi madre nunca quiso llevarme a conocer el mar. Insistía en que era un lugar frío y peligroso para alguien como yo, criado por ella entre encinas y lentiscos, en la falda de verdes colinas.
    —Tú y yo somos de campo —me repetía una y otra vez. Y yo la creía. A pesar de mi extraordinaria habilidad nadando en la piscina del colegio, a pesar de mi natural fascinación por el mundo acuático, la creía.
    Pero lo cierto es que ella no siempre fue de campo, ni siempre tuvo el ceño fruncido. Simplemente huía de un puñado de memorias azules, de un pasado extraño, entre olas y espuma. Huía de una historia de amor imposible entre una mujer y un hombre pez, a la sombra de una costa acantilada.

Leave a Reply