Mnstrscp2019 – R4 (ciencia ficción)- E11
R4 – E11 : Retrofuturismo
Los participantes con los alias : SASTRECILLO VALIENTE – SHEREZADE
- deberán un escribir un relato de 150 palabras máximo (título no incluido y frase no incluida)
- antes del domingo 1 de diciembre a las 12 de la noche (hora peninsular española)
- que nos hable de retrofuturismo, es decir, situar en el pasado nuevos inventos o ciencias adelantadas a su tiempo, como en 20 mil leguas de viaje submarino, o muchos de los relatos de Julio Verne.
- que use la emblemática frase de Julio Verne «Todo lo que una persona puede imaginar, otras podrán hacerlo realidad»
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Aviso importante.
Nos han consultado sobre si se puede variar la puntuación (comas, punto…) de las frases propuestas en esta ronda ya que alguna no parece ser excesivamente correcta. Hemos dado libertad para que así sea y por tanto a la hora de votar que sepáis que se ha permitido este cambio en las frases.
Cuestión de prioridades de Sherezade
A la muerte de Julio Verne, su amigo, el inventor Zabadías Whatts, prometió cumplir su máxima: “Todo lo que una persona puede imaginar, otras podrán hacerlo realidad”. Partiendo del prototipo de “telégrafo mundial” que encontró entre los papeles del escritor, Whatts ideó el fonoteledaguerrotipo, que aprovechaba la energía del vapor para registrar en una lámina de plata cualquier imagen tomada a kilómetros de distancia, al tiempo que un fonógrafo reproducía el sonido correspondiente casi sin retraso. Para su primera y única prueba estableció una red entre el RMS Titanic, donde él viajaba, el SS Californian, y los puertos de Southampton y Nueva York, donde lo esperaba su esposa. Así fue como su futura viuda pudo asistir a su despedida escuchando los últimos sones de la orquesta. Solo el operario a bordo del Californian, a pocas millas del Titanic, no registró su petición de auxilio, ocupado como estaba en contemplar los daguerrotipos sicalípticos que una corista le iba enviando desde Southampton.
La ínsula prometida del Sastrecillo valiente
Tras vitorear al nuevo gobernador, la muchedumbre se dispersó.
−¿Marchan a trabajar? −preguntó Sancho.
−Máquinas hemos inventado que lo hacen innecesario.
−¿Festejarán, entonces, mi llegada con asados, buen vino y danzas en torno al fuego?
−Como todos los días, cada uno recibirá en su casa el alimento que solicite.
−Podrán, entonces, gozar del amor.
−¿Amor? Réplicas perfectas de humanos dan a sus propietarios todos los placeres que soñar pudieran.
−¿Ni laboran, ni bailan, ni aman? ¿A qué se dedican, pues, mis súbditos?
−Todo lo que una persona puede imaginar, otras podrán hacerlo realidad −dijo el mayordomo mostrando una pantalla en la que festines, amores y aventuras fingidos daban ilusión de realidad.
Rascose Sancho la cabeza. Antes prefería un trozo de queso bien acompañado que néctar y ambrosía en soledad, y una reconciliación con su Teresa que el servilismo de una muñeca, y una derrota junto a su señor que un triunfo ilusorio. Y dándose media vuelta, abandonó Barataria para no volver.