Mnstrscp2019 – R4 (ciencia ficción)- E4
R4 – E4 : Ciencia ficción social, utopías, distopías, ucronías
Los participantes con los alias : SCARLET O’HARA – BLANCANIEVES
- deberán un escribir un relato de 150 palabras máximo (título no incluido y frase no incluida)
- antes del domingo 1 de diciembre a las 12 de la noche (hora peninsular española)
- que nos hable de mundos paralelos, ucronías, distopías… , puedes recuperar al Gran Hermano. Un Mundo Feliz…
- que use la emblemática frase de 1984 «Los mejores libros son los que nos dicen lo que ya sabemos.»
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Aviso importante a escritores y lectores
Nos han consultado sobre si se puede variar la puntuación (comas, punto…) de las frases propuestas en esta ronda ya que alguna no parece ser excesivamente correcta. Hemos dado libertad para que así sea y por tanto a la hora de votar que sepáis que se ha permitido este cambio en las frases.
Selección natural de Scarlet O’Hara
Recuerdo mi tristeza cuando hubo que incendiar el parque zoológico para detener el avance de los gecos gigantes y tuve que sacrificar un ejemplar de El origen de las especies impregnándolo en gasolina. Entonces pensé que, a fin de cuentas, para esos menesteres los mejores libros son los que nos dicen lo que ya sabemos.
Los neoanimalistas utilizan como fuente de poder los archivos digitalizados. Pero sobrestiman su contenido, degradado durante las últimas décadas por la viralización del falso conocimiento y las pseudociencias. Nosotros recopilamos cualquier legado escrito, intentamos proteger las bibliotecas y nos empaparnos de nociones imprescindibles para poder sobrevivir.
Ahora han diseñado un ejército de salamandras de fuego que provocan la combustión espontánea del papel por simple proximidad. Son necios e ignorantes: les sorprendió que también ardieran los árboles.
El equilibrio es difícil, la convivencia imposible, el futuro tenebroso. Nuestra esperanza reside en que los seres aberrantes con los que pretenden dominarnos muten adecuadamente y terminen exterminando a sus creadores.
El artefacto de Blancanieves
Nos reclutaron en la universidad y, a pesar de que nos obligaron a viajar sin equipaje y nos trasladaron a la zona X de una ciudad que no se encontraba en el mapa, tanto Ernest como yo no dudamos en formar parte de aquella sociedad secreta.
El director científico del proyecto, un hombre de gran carisma, declaró en la primera reunión que aunque los mejores libros son los que nos dicen lo que ya sabemos, allí sólo usaríamos documentos inéditos y nuestras propias fórmulas nucleares.
Trabajábamos en una atmósfera de entusiasmo y desafío, concentrados en el resultado final y sin dar pistas de hacia dónde conducían nuestros descubrimientos. Por fin, tras un exitoso ensayo en el desierto, llegó el día y, como esperábamos,“Little boy”—así denominábamos al artefacto—no funcionó. Truman nos acusó de sabotaje y nos tildó de comunistas, pero salvamos muchas vidas en aquella y otras guerras venideras, y no hemos sentido remordimiento ningún día de nuestra vida.