Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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Los participantes con los alias: PINOCHO, SASTRECILLO VALIENTE y MOZART

 

Tendrán de PLAZO hasta las 23:59 horas de España peninsular del sábado 18 de Septiembre del 2021 para escribir un microrrelato que cumpla con las siguientes bases:

  • * TÍTULO : Una o varias palabras siempre y cuando el título comience por la letra M y termine por la O (por MonstruO). Serán válidos títulos como : MoribundO, Mi niñO, Muy poco pan para tanto chorizO etc … El jurado otorgará 1 punto extra al relato con mejor título, más original etc de toda la ronda.

 

  • * RELATO : Extensión máxima 200 palabras (título no incluido). Debe incluir obligatoriamente la palabra CRIATURA

 

  • * El estilo y tema es completamente libre, pero el relato debe estar basado, como inspiración, en la siguiente fotografía.

 

 

 

Enlace para que los 3 participantes envíen su relato AQUI

 

VOTACIÓN del encuentro (se activará cuando se hayan presentado los 3 relatos). Recordamos que solo se permite el voto a participantes del concurso y del blog. Uno no se puede votar a si mismo.

6 Responses

  1. Mel

    Mal camino del Sastrecillo valiente

    Se adentró en la tupida niebla y siguió un sendero que se bifurcaba bajo sus pies. Llegó a una sala sombría, donde empezó a girar sobre sí mismo, dudando qué camino coger. Nervioso, intentó pedir socorro a gritos: ¡Ayuda!, ¡Help! Escuchó un eco a lo lejos con voz ronca y se adentró en el laberinto. Entre la niebla cada vez más densa, intuyó la palabra HELP escrita y corrió hacia allí. La puerta se abrió y el pánico se apoderó de él, al ver aquella criatura en la entrada, y leer sobre su cabeza: HEL y una letra L caída en el suelo.

  2. Mel

    Mi libro mágico de Mozart

    Las noches eran agotadoras porque la criatura y su familia lo dejaban todo hecho un asco. Cada atardecer, en cuanto lo veía en la puerta desaliñado, malcarado y blandiendo la horca como si quisiera clavársela a cualquiera que se le pusiera delante me echaba a temblar. Entraba con las botas llenas de barro y todo lo revolvía, lo pisoteaba sin miramiento dejando un rastro de suciedad y muerte a su paso. Sobre todo en la cocina, donde él y los suyos comían y trasteaban sin cuidado alguno.

    Yo procuraba volverme invisible. Había aprendido a arrastrarme por el suelo con rapidez para recoger los restos de comida y almacenarlos en mi escondrijo de la alacena, lejos de la vista de todos. Allí, junto al montón de provisiones, dormía en las horas de luz para guardarlas y escapar de la ira descomunal de los amos de la casa.

    Camuflado entre las sombras pensaba en el libro, en cómo antes de leerlo esa única tarea que ahora ocupaba mi existencia me habría parecido humillante, despreciable, pero ya no. Era un ser nuevo. A veces añoraba una compañera, un grupo al que pertenecer, como los otros seres inferiores con los que me cruzaba en los pasillos. Sin embargo, tenía esperanzas. Esa noche, durante mi ronda lo había visto sobre la mesilla de la más joven de las criaturas: el mismo libro que me cambió la vida. «»La metamorfosis»», de un tal Kafka.

  3. Mel

    En este encuentro un participante no ha aparecido, por lo que se debe votar con 2 y 1 punto a los relatos presentados y el ausente recibe 0 puntos

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