MNSTRSCP2022 – R2 – Encuentro10
Los participantes con el alias : ELFO – CÍCLOPE – DRÁCULA
tendrán de plazo hasta el miércoles día 12 de octubre hasta las 23:59 horas de España peninsular para escribir un relato que:
* no exceda de 150 palabras (título y frase obligatoria NO INCLUIDOS)
* trate claramente sobre la ciudad legendaria de : PAITITI
- *Incluya la siguiente frase (por favor la ponéis en mayúsculas) en cualquier parte del relato (en el título no) :
- Sus ojos de musgo brillaban en la laurisilva…
Enlace para que los autores envíen el relato AQUI
Para votar (cuando el encuentro esté ya completo) AQUI
La promesa de la libertad de ELFO
La joven corría sin mirar atrás, sus pies desnudos se hundían en la tierra mojada, haciéndole más difícil el escape. SUS OJOS DE MUSGO BRILLABAN EN LA LAURISILVA, fundiéndose con la naturaleza. El pueblo estaba cada vez más cerca, aun así, con cada paso le parecía más lejos. El dolor se extendía desde sus tobillos, bailando a través de su cuerpo entero.
Unos pasos más, y el bosque se abría delante de ella, la promesa de oro brillando en el cielo y en la tierra. Para ella, la promesa de la libertad era más atrayente, la ciudad perdida era el lugar perfecto donde perderse. Los ruidos que la perseguían desde que huyó aminoraron, como si la ciudad los repeliera. Sonrío, dejándose caer en la primera escalinata de piedra, mirando con ojos llenos de añoranza el sitio que quería llamar hogar.
Mordiscos de amor de DRÁCULA
Volé durante diez noches por la selva amazónica hasta dar con la ciudad perdida de Paititi, donde Atahualpa ocultó el disco de oro del Dios Sol. A las puertas se interponía una criatura cubierta de moho. SUS OJOS DE MUSGO BRILLABAN EN LA LAURISILVA. Bastaron dos flap flap para hincarle los colmillos, pero ella respondió incrustándome miles de afiladísimos caninos. Su repugnante sangre verde se mezcló con la mía, neutralizando mi anticoagulante. ¡Me desangraba! Cuando ya creía morir aparecieron un cíclope y un elfo. Venían también a por el oro. Saqué fuerzas de flaqueza y levanté el vuelo. ¡Flap, colmillazo! ¡Flap, otro colmillazo! Entonces se besaron. También la besaron a ella. Y luego se lanzaron a por mí. Tanto esfuerzo para acabar lambuceado por elfos y monstruos. ¡Qué asco! Hui volando y regresé a Transilvania. Maldita criatura. Ahora cada vez que arreo un colmillazo quieren besarme y tengo verdín en las encías. Mañana sin falta llamo al dentista.
DORADO EN MATE de CÍCLOPE
En medio de la selva, cerca de la ciudad de Paititi, de cuyos árboles brotaban hilos de oro y de sus arroyos semillas preciosas, el inca Yupanqui y sus hombres velaban por la felicidad de su pueblo. SUS OJOS DE MUSGO BRILLABAN EN LA LAURISILVA tratando de descubrir las amenazas de las sombras y de los seres de cabeza y pecho de hierro, ávidos de riqueza y fortuna, cabalgando sobre brutos de cuatro patas. Los sonidos y silencios del bosque les advierten de la proximidad de los intrusos cuyas antorchas les sirven de guía para orientar sus cerbatanas y dirigir con precisión sus dardos venenosos, ante los que los palos de humo y estruendo nada pueden oponer. Solo los cuadrúpedos salieron con vida y Paititi continuó por muchos siglos en la leyenda.