MÓJATE ENTECIANO… CON LO MÁS «TOP» DEL VERANO
Y queremos cerrar el verano agrandeciendoos esta locura que “alguien” pensó en un momento de euforia y que habéis convertido en un verdadero placer que… nos va a dar pena que termine ya.
Ha sido un placer pasar el verano con tod@s vosotr@s dedicándonos a esa placentera tarea de imaginar ese maravilloso mundo que nunca existió.
Esperamos que hayáis disfrutado y que haya servido para darle un puntito divertido más al verano.
Así que finalizada ya la tercera propuesta con el increíble éxito de haber conseguido reunir a las 23 parejas inscritas en las tres propuestas anteriores, hemos buscado un cierre que os mueva a mirar hacia aquello que, siendo lo más natural del verano, a veces se nos pierde entre lo anecdótico: lo más… natural.
Coooomienza la
CUARTA Y ÚLTIMA PROPUESTA
de nuestro concurso de verano.
Y no vamos a cambiar esta tendencia a buscar propuestas sencillas o… que aparentemente lo parezcan.
Os recordamos que esta convocatoria es EXCLUSIVA para las “PAREJAS ANÓNIMAS” que se han inscrito previamente en el concurso durante el mes de junio.
Y estas son las CONDICIONES que tendrá que cumplir el relato de esta cuarta ronda.
Os recordamos que toooodos los relatos de nuestra convocatorias tendrán que presentar un máximo de 101 palabras… 101 es nuestro límite, y hasta ahora lo habéis cumplido a rajatabla. Ah, las 101 palabras… sin contar el título.
Y NUESTRA CONDICIÓN PRINCIPAL
para esta quincena podriamos titularla
LO MÁS NATURAL DEL VERANO
En verano es posible que suceda cualquier cosa… es cierto. Es un periodo tendente al movimiento y la actividad, y eso supone que cualquier suceso podría caber en el tiempo que ocupa el verano.
Pero queremos proponeros algo diferente: vamos a centrarnos en unos poquitos sucesos, extraños a la voluntad humana, que alcanzan todo su sentido en verano …alguna de las propuestas puede suceder también en otro tiempo pero el verano es su momento idóneo. Y tendréis que hacerlos un hueco en vuestro relato.
Deberéis INCLUIR en vuestro relato
UNO DE ESTOS HECHOS VERANIEGOS
- 24 HORAS DE LUZ EN EL CIRCULO POLAR ÁRTICO
- APARICIÓN DE LAS LUCIÉRNAGAS
- EL HIPNÓTICO CANTO DE LOS GRILLOS
- LA TORRE EIFFEL CRECE UNOS CENTÍMETROS
- LA AVENTURA DE LAS TORTUGAS PARA DESOVAR EN LAS PLAYAS
- LLUVIA DE ESTRELLAS
- ESAS TORMENTAS DE VERANO
Os dejamos un ENLACE A UNA WEB donde dan una pincelada de todos ellos (y de alguno más) por si os sirve para comenzar.
Os lo hemos puesto demasiado fácil, así que queremos que respondáis con un poquito de esfuerzo y que el suceso que se elija no se quede en algo meramente circunstancial, sino que tenga peso dentro del desarrollo del argumento. Podríamos tenerlo en cuenta…
PUBLICACIÓN DE LOS RELATOS
Los relatos se enviarán al concurso mediante el formulario que os enlazamos al final de estas instrucciones. Sólo los relatos recibidos a través del formulario podrán participar. El encargado de recibirlos comprobará que cumple las condiciones y será el responsable de su publicación en la sección de comentarios de esta entrada del blog. Podría tardar en hacerlo hasta 24 horas. El relato será publicado bajo el seudónimo adjudicado oficialmente a esa pareja.
LOS JUECES
El jurado de la cuarta convocatoria seguirá compuesto por los mismos miembros: Rosana Alonso, Rosa Gil, Rafa Loscertales y JAMS. (Graaaacias para Rosana, Rosa y Rafa) Salvo este último (que ha adjudicado y guardado los seudónimos e identidades de las parejas) los integrantes del jurado leerán los relatos desconociendo el nombre de sus autores o autoras.
La misión del jurado será presentar una lista de 5 relatos de todos los presentados para que un Voto Popular elija a los ganadores definitivos en sus votaciones del próximo mes de septiembre.
FORMULARIO DE PARTICIPACIÓN
El único modo de participar en este concurso es a través del siguiente FORMULARIO o haciendo click sobre nuestro botón dorado…
En el formulario solo se solicita el seudónimo oficial de la pareja participante y el texto del relato.
El plazo para presentar el relato es la segunda mitad del mes de agosto, lo que supone que el formulario estará abierto hasta las 23:59 horas de la noche del jueves, día 31 de agosto de 2023.
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01. CRI-CRI CRI-CRI, de TORERO
En Ciencias Naturales de tercero, hace ya una década, aprendí que los grillos utilizan su canto para atraer a las hembras hacia la cópula. Precisamente lo estaba recordando en el vestuario del gimnasio cuando apareció una escultural belleza que me saludó sonriendo. Tan solo acerté a balbucear un «cri-cri cri-cri». Para mi sorpresa, reaccionó con la lujuria, supuse, con que lo hacen habitualmente las hembras de grillo ante la llamada de cortejo, algo que yo desconocía porque no venía en los libros. Pero ella debía de saberlo bien porque luego me enteré de que era entomóloga.
02. MEDITACIONES DEFINITIVAS, de WAKA WAKA
Estaba atrapado en un ascensor, varado entre dos pisos. Me concentré para ponerlo
de nuevo en marcha. No lo conseguí, pero la fuerza mental que utilicé tuvo
consecuencias. La torre Eiffel creció tres centímetros. No era mi intención. Mucho
menos lo que vino después. Las aeronaves se desplomaron como pájaros muertos.
Cuando por fin me rescataron y comprobé la magnitud de la catástrofe, decidí
abandonar mis cavilaciones sobre núcleos atómicos para concentrarme sólo en la
respiración. Me calmé. La savia volvió a fluir en las plantas. También regresó la
circulación sanguínea a los animales. Sin embargo la electricidad desapareció para
siempre.
03. IMPREVISTOS, de FOREVER YOUNG
Amanda camina sin apurar el paso a pesar de los truenos. Se mira de reojo en los escaparates, se alisa el vestido con las manos y anticipa el cosquilleo que sentirá en la boca del estómago al cruzar el umbral de la confitería.
Manuel la saluda con fingida indiferencia desde detrás del mostrador y le prepara, sin prisa, sus pasteles de crema en un paquetito, demorándose hasta que caen con fuerza las primeras gotas.
Ambos fingen sorprenderse de lo imprevisibles que son estas tormentas de verano y coinciden en que, con el aguacero que se ha desatado, debería quedarse a merendar.
04. DESEOS FUGACES, de VENENO EN LA PIEL
Cada noche de verano la pasamos en la playa. Mientras todos contemplamos el cielo, Sebastián se sienta a mi lado a recitarme poemas de amor. Yo entonces aguardo la lluvia de estrellas y lanzo mi deseo. Me concentro tanto que al estallar la tormenta ni siquiera la noto. Mi cuerpo empapado no se inmuta, ajeno a los relámpagos, al vendaval que se lleva hasta las profundidades del mar a Sebastián. Cuando los gritos de los demás me avisan de su nueva desaparición, busco más estrellas fugaces para pedir que mañana las olas no nos lo devuelvan otra vez.
05. LLUVIA DE ESTRELLAS, de UN RAYO DE SOL
Toda suspiros era Mariví desde que la invitara el Juancho a ver las Perseidas en el Seat Panda que le dejaba su padre. Mientras se ponía colorete y carmín y unas gotas de perfume detrás de las orejas, gesticulaba frente al espejo, entornaba los ojos, parpadeaba coqueta, sacaba y metía la lengua, fantaseando con una noche de pasión. No tenían cabida en su imaginación el olor al ambientador de pino que colgaba del espejo retrovisor, el de las colillas de Ducados del cenicero, las moscas pegajosas, la cerveza caliente y, mucho menos, los nubarrones que esa noche cubrirían completamente el firmamento.
06. INTENTANDO CONECTAR CON EL COSMOS, de EL CHIRINGUITO
—¡Subamos hasta arriba, a lo más alto; toquemos el firmamento y sintamos el calor de las estrellas!-supliqué. Era mi primera vez.
Juan señalaba con su láser las constelaciones mientras yo cabalgaba encima del Dragón.
Todavía no vi ninguna estrella fugaz.
Sentí frío y cuando buscaba mi jersey, justo entonces, un “¡OH!” clamoroso retumbó anunciando que las Perseidas andaban por ahí arriba.
Abrigada, volví a tumbarme.
Lorenzo amenizaba vibrando su diyeridú. Una relajación profunda me hizo roncar mientras los demás disfrutaban de esa lluvia seca, colorida y brillante.
Mi deseo, escrito en papel, sigue guardado en el bolsillo de mi vaquero.
07. CUESTIÓN DE FE, de EL TRACTOR AMARILLO
Lo prometido es deuda. Con el primer trueno salgo al balcón y echo a volar el Wheels of fire de los Cream. Después comienzan a caer algunas gotas y, como si fuera un avión, el Turning point de John Mayal planea hasta la puerta de la farmacia. Un tímido relámpago y, casi sin querer, se me escapa de las manos el Thick as a brick de Jetho Tull. Después la nada, la sequía otra vez. Vuelvo al altar improvisado y ofrezco en sacrificio, ya desesperado, los elepés de los Kinks y los Stones, con la esperanza de que regresen las tormentas.
08 SAN LORENZO, de DESPACITO
Como cada Noche de Lágrimas desde hace treinta años, Lorena coge su cesta, se coloca unas gafas oscuras y sale a pasear por los prados de la montaña. Nadie sabe si alguna vez ha logrado recoger algún fragmento de las estrellas caídas, ni para qué los busca.
Dicen que está loca, que si es una bruja, que si es santa… pero todos los habitantes de la comarca se las apañan para conseguir al menos una de sus famosas velas de cumpleaños. Esas que no hay que encender, que lucen sin llama y que, al cerrar los ojos, cumplen mágicamente cualquier deseo.
09 PERSEIDAS DE CIUDAD, de YO QUIERO BAILAR
Negociaron durante horas hasta decidir el color de las paredes de cada habitación y que colocarían el sofá frente al enorme Smart TV. Bastante les había costado ya consensuar el tamaño de la cama, así como el reparto del vestidor. Ella dispondría de más espacio para colocar su ropa, los zapatos y complementos. A cambio, él usaría el ático como gimnasio. También acordaron que la cocina sería cosa de dos.
Pero el cansancio venció a los sueños mientras esperaban abrazados la lluvia de estrellas para pedirles sus deseos, arropados por las luces de neón que parpadeaban sobre su lecho del parque.
10. UDA, de LA BOMBA
Edurne traía en su bolso nuestros dorados días de verano. Ahí estábamos los dos, pequeños e inmortales, capaces de alcanzar las estrellas. Esta noche he regresado al caserío con su prado cuajado de luciérnagas y escuchado de nuevo el canto de los grillos -no cantan, tonto, solo frotan sus patas-. Todo lo que olvidé al perder la inocencia con épicas de gudaris, cuando tener un arma me hizo sentir valiente y apretar el gatillo, un héroe. Por fin he comprendido que la infancia es la verdadera patria. La luna de entonces brilla tras las rejas.
11. UN AMOR INESPERADO, de ASEREJÉ
Atrapado por la noche eterna de Montmartre, por la carne usada de las rameras y los carteles rápidos y estridentes en los que las reproducía, por el alcohol y en ocasiones la locura, Toulouse-Lautrec se decide a bajar hasta Trocadero para que la Torre Eiffel se burle de sus piernas raquíticas. Ella, tan alta y altiva, firme sobre sus pilares de hierro, crecerá en verano; y, mirándola con admiración y asombro, promete que seguirá viniendo a verla. Dicen que hay que descubrirse ante las damas, pero él no se quitará el sombrero para parecerle más alto en la próxima cita.
12. PARA QUE TE SIENTAS COMO EN CASA, de LA FLACA
Mario cogió el móvil y se sentó tras la casa del pueblo. Esperó a que solo se les escuchase a ellos. Tocó la pantalla y empezó a grabar el hipnótico canto de los grillos. Después abrió el whatsapp:
ABUELA. Para que puedas dormir en la residencia.
Antes de mandarlo pensó que la abuela últimamente dormía mucho y el canto de los grillos no iba a ser suficiente. Fue a la cuadra y grabó al perro, los gatos, las vacas, el burro y las gallinas. Por supuesto no se olvidó del ronquido sordo que salía de la habitación del abuelo…
13. RAYOS Y TRUENOS, de LA VIDA LOCA
Aquel verano hubo una extraña tormenta. Ni una nube ocupó el cielo, ni una gota de lluvia caló la tierra. Todo fue luz y sonido. Al terminar, resultó que infinidad de rayos habían partido en dos calles, hogares y gentes.
Fue difícil acostumbrarse a nuestra nueva condición dual y aprender a coordinar acción, espacio y tiempo, pero ahora yo, me siento feliz. En esta tarde clara, una parte de mi ser se afana en hijos y esposo, la otra mitad, yace feliz en brazos de un amante tan apasionado como efímero.
14. FIN DEL CAMINO, de EL TIBURÓN
Aquel 20 de agosto, Daniela, supo que iba a morir. No estaba enferma y, a sus setenta años, presumía de una salud envidiable.
Pero aquella mañana, junto con el café del desayuno, la muerte se instaló en su estómago. Llamó a sus hijos como cada día. Preguntó por los niños y les reclamó los tuppers vacíos con la promesa de otros llenos. Solo el “os quiero” de despedida, sonó diferente.
Al anochecer salió al porche, estaba precioso iluminado por cientos de luciérnagas que guiaban su camino y justo cuando ella se apagó, una nueva luciérnaga comenzó a esplender.
15. CHAPARRÓN DE VERANO, ALL MY LOVING
Julen recorrió a gachas cada milímetro del pinar hasta que consiguió atrapar cuatro luciérnagas. Luego las metió en un bote y, con las rodillas entumecidas, se presentó en casa de Rebeca. Era la víspera de su cumpleaños y quería ser el primero en sorprenderla con algo mágico.
¡Qué mejor regalo que estos seres luminosos!, pensó mientras tocaba a la puerta.
Tardaron varios minutos en abrir. Demasiados. Rebeca, despeinada, explicó que justo estaba en el patio contemplando la lluvia de perseidas con Augusto.
Pero pasa, siéntate con nosotros, insistió. Y deja ahí mismo tu bote de gusanos, añadió Rebeca señalando el felpudo.
16. LA LUCIÉRNAGA QUE NO SABÍA BRILLAR, de SARANDONGA
Cada verano, al caer la tarde, mi familia revoloteaba entre los árboles. Pequeñas estrellas parpadeantes que iluminaban la noche, mientras murciélagos y lechuzas se deleitaban con el espectáculo.
Yo seguía con la mirada el ritmo brillante, envidiando ese ballet luminoso que las unía a todas.
A todas, excepto a mí.
Siempre fui la vergüenza de la familia: sin luz propia, tan solo era un triste escarabajo. Intenté brillar, pero todo fue en vano. Me rendí y hui de aquel bosque, dejando atrás sueños y recuerdos. Sola, vagué sin rumbo fijo buscando mi lugar.
Hoy, por fin, he comenzado a brillar.
17. QUE QUINCE CENTÍMETROS NO ES NADA, de BAILANDO
No soportabas a las cotillas del pueblo. Cuando supiste que la torre Eiffel crecía quince centímetros en verano, me propusiste lanzarnos al vacío. Al subir recordamos el verano que hicimos el amor con las lágrimas de San Lorenzo como único testigo.
Y ahora, cuando nos ven retozar en el parque, más muertos que vivos, siguen señalándonos. Ya te dije que quince centímetros no es nada, que como mucho nos dejarían la cabeza como a una tortuga y qué más da, si al fin y al cabo la vida no es más que un soplo.
18. ESPÉRAME EN EL CIELO, de LA LAMBADA
Acomodó la hamaca en la terraza, cogió la mantita de la tele y se tumbó a la sombra de la luna nueva dispuesto a esperar la aparición de las perseidas.
Le despertó la alarma que programó previendo su poca resistencia al sueño. Un millón de silenciosas formas triangulares de colores surcaban el cielo, pero él buscaba esa estrella fugaz que desde hace 20 años le recordaba que ella no se había ido del todo, y cada 11 de agosto sentía su luz en su corazón como un día sintió sus caricias sobre su piel. Esta vez decidió subir a buscarla.
19. POST LUCEM, TENEBRAE; de DESPECHÁ
Primero llegó una luciérnaga, luego otra… Así hasta cubrir el cielo por completo. Millones sobrevolaron los pueblos de noche y ocuparon los ayuntamientos. La gente vagaba en el caos ante el dantesco espectáculo. Ni el ejército pudo frenar su ataque. Derrocaron al presidente y tomaron el control del país entero.
Llevan tantos años en el poder que los habitantes se han olvidado de sus derechos y ninguno recuerda cómo era la vida antes, cuando aún había libertad.
Ahora que una enfermedad está exterminándolas, todos lloran desconsolados, convencidos de que la luz de las luciérnagas es la única que les puede alumbrar.
20. ARRÁNCAME LOS OJOS, de AQUÍ NO HAY PLAYA
Lo que más me desquicia del norte es este sol tan radiante que no cesa de iluminar día y noche en su verano infinito.
Añoro las veladas que pasamos juntos, hambrientos el uno del otro bajo la clandestinidad de la luna. Nos dijimos adiós un amanecer. La despedida fue fría como el alba y mis lágrimas, témpanos de hiel.
Ahora me supera tanta luz. No consigo dejar de ver tu cabellera rubia, de escuchar tu risa envolviéndome y de imaginar tus labios que ya no me besarán.
Lo tengo decidido: me sumiré en la oscuridad definitiva emulando a Edipo o Buñuel.
21. EL VACIO DE TU AUSENCIA, de OJALÁ QUE LLUEVA CAFÉ
Dejó el móvil en casa y en el paseo se dejó acompañar por la noche. Fue encontrando otros compañeros, cri-cri de incansables grillos, algún destello de luciérnagas esquivas, el susurrar del río,… Se desnudó buscando la caricia en la sensualidad del agua, recordando otros tiempos con roces de piel. Se tumbó en el agua, abrió los brazos y adoptó la postura del muerto, tratando de identificarse con quien ya nunca más le enviaría besos a través de sensuales whatsapps.
Miró al cielo sabiendo que por muchas estrellas fugaces que viera esa noche, su deseo jamás se cumpliría.
22. LA BENDICIÓN, de ESCUELA DE CALOR
En Aldeamoral los chiquillos engendrados en verano, si son fruto de amor verdadero, reciben de las luciérnagas un fulgor especial en la mirada, señal de buena fortuna.
Que Rosa, la muchacha casada por interés con el indiano viejo, tuviese una niña con ojos de lucero desató la maledicencia del pueblo; tanto como que a Cosme y Tilia, dos muertos de hambre, les naciera cada marzo un hijo con azogue en la mirada.
Desde que la alcaldesa pariera aquella criatura de tristes ojos ciegos un abril, por miedo al qué dirán, ya nadie se atreve a traer niños al mundo en primavera.