09. MUJERES DE LA FAMILIA (Ángel Saiz Mora)
Resulta gratificante observar el salón de actos abarrotado, a las cinco hermanas inseparables, con esa complicidad suya, reunidas para la presentación.
Laura, la más decidida, explica el contenido del libro póstumo, escrito con las manos de todas ellas a partir de sus recuerdos; imaginativas historias surgidas de la cabeza y el corazón de Adela, la madre, quien por muchas necesidades que pasaran, o agotada que estuviese, nunca olvidó, ni le perdonaban, algún cuento antes de dormir. De no haber tenido que trabajar de sol a sol, fuera y dentro de casa, quien les trajo al mundo hubiera sido escritora.
Laura añade que el recopilatorio lo van a disfrutar los nietos a los que no conoció, también cualquiera dispuesto a adquirirlo. Este paso de publicar se demoró bastante, pero no es tarde para que la creatividad de Adela perdure. Se lo debían. Magos, princesas, tramas ficticias y otras más cercanas brillan en esas páginas con reflejos de eternidad. Solo falta una que pactaron no contar nunca, que evitan incluso entre ellas: la de la noche en que su padre volvió aún más ebrio y violento, el forcejeo en defensa de la madre, aquella caída nada casual por el balcón.
Qué magnífico homenaje el que hacen estás mujeres a su madre. Ese reconocimiento póstumo por todos sus esfuerzos y sacrificios, por esas historias con las que las ayudó a vivir. Nunca es tarde para hacerle este merecido reconocimiento. Aunque todo, todo no pueda contarse… Te deseo mucha suerte con este estupendo relato. Un placer leerte, Ángel. Un abrazo 🤗
Todo es susceptible de convertirse en cuento o relato, menos cuando se aproxima demasiado a la realidad, más aún si es con detalles difíciles de explicar, que podrían tener consecuencias. No hace falta contar todo.
Muchas gracias y un abrazo, María José
Tu relato, como siempre, refleja una realidad que está ahí al lado, muy cerca de nosotros, mujeres que lo dejaron todo y se olvidaron de ellas mismas por sacar lo mejor de su familia. Mujeres resignadas y abnegadas a partes iguales.
La caída por el balcón es el secreto que hay en todas las familias de entonces y también en algunas de ahora: no lo cuentes, no lo digas.
La vergüenza de queda dentro y se transforma en dolor físico.
Tú lo has explicado muy bien, Ángel, sueños rotos, vidas rotas.
Un abrazo, amigo.
Qué buen relato, Ángel. Como muchos otros tuyos cargado de verosimilitud y realismo. Seguro que ese libro vale mucho más por lo que cuenta que por lo que calla. Mucha suerte y un abrazo.
Muy buen relato Ángel con esa historia entrañable llena agradecimiento y ese final inesperado. Suerte. Un abrazo
Agradecimiento fraterno y filial hacia quien lo merecía y pacto familiar por su buen nombre y el de ellas mismas.
Yo también agradezco tu lectura y comentario, Fernando. Un abrazo
Me ha encantado, Ángel. Es un gran legado el que les quedará a los nietos con ese libro repleto de historias magníficas. Un buen giro con esa última vivencia que prefieren no publicar, como el título bien apunta, las mujeres de la familia.
Abrazo
Que la unión hace la fuerza es más que un tópico. Varias mujeres con un mismo fin y motivos que les unen para contar y para callar son una fuerza imparable.
Muchas gracias, Aurora.
Un abrazo
Seguro que ese libro a manos de todas ellas es una joyita, tanto como tu relato.
Suerte con él.
Fuerte abrazo.
Precioso relato, Ángel que encierra el gran amor, ternura y agradecimiento hacia esa magnífica madre y ese terrible final que quieren guardarse para ellas. Seguro que está entre los seleccionados. Un fuerte abrazo. Gloria
Me agrada mucho tu lectura y más aún que te haya gustado.
Muchas gracias y un abrazo, Gloria
Lo que parecía un más que merecido homenaje a una madre termina siendo un estupendo relato negro, de suspense. Dan ganas de leer ese libro editado entre las hijas y que el secreto que guardan entre todas siga siendo eso: un secreto.
Un abrazo, Ángel
Se supone que la transparencia debería ser una norma em todos los ámbitos de la existencia (tú lo sabes bien), pero en algunos casos puede ser conveniente que no todo salga a la luz, sobre todo, cuando a nadie beneficia, sino al contrario.
Muchas gracias y un abrazo, María
Muy buen texto, Ángel. Estas hermanas necesitaban escribir esas historias; primero, como homenaje póstumo a su madre, pero también, y tal vez sobre todo, para liberarse del recuerdo de la caída de su padre, convirtiéndo este último en el malo de uno de sus cuentos. ¡Suerte, Ángel!
Buen relato, Ángel, con ese giro final que le da vuelta a la historia, recordándonos que no todo es dulce.
Los homenajes a los seres queridos, por tardíos que sean, siempre son loables.
Un abrazo
Ninguna historia es perfecta, porque los seres humanos no lo somos, a pesar de que la memoria moldea e idealiza en cierta medida el pasado y los recuerdos. El cerebro humano tiene la capacidad de quedarse con lo bueno, o con lo mejor, al tiempo que desecha lo que hace daño o impide avanzar. En este caso, tampoco tendría ya remedio.
Un abrazo y suerte, Manoli.
Hola, Ángel. Tan gratificante como observar a esas cinco hermanas reunidas resulta saber que su madre contó con su complicidad para defenderse de un marido bebedor y violento. Gran personaje, por lo demás, Adela, una mujer fuerte y sensible, con una capacidad de sacrificio que le permite, pese a todos los inconvenientes, criar y educar de la mejor forma a nada menos que cinco hijas, ganándose de paso su amor y su reconocimiento.
Enhorabuena por tan bella y bien concebida historia y mucha suerte con ella. Un fuerte abrazo.
Algo habrá hecho bien Adela cuando se ha ganado el cariño incondicional de sus cinco hijas, más allá del tiempo y de toda circunstancia, incluso una especialmente compleja. Cada una de estas mujeres tendrá su propia personalidad, como es lógico, pero la coincidencia de sentimientos y un mismo proceder no son un detalle menor.
Muchas gracias, Enrique. Otro abrazo grande para ti.
Un precioso homenaje a una madre, y un final inesperado.
Un abrazo y suerte.
Agradecidas y unidas a su madre en todo, también en un triste, aunque quizá liberador, episodio del pasado, que marcó el futuro de todas estas mujeres de la familia.
Muchas gracias y un abrazo, Rosalía
Como ya dejé escrito, amigo Ángel, eres un autor envidiable.
Agradezco infinito tus palabras, pero de verdad que soy yo quien te admira a ti, y no soy el único.
Muchas gracias y un abrazo, amigo JM.
Un precioso relato en el que muestras cómo el arte de contar historias con el corazón puede cautivar y también hacer olvidar por un tiempo el entorno más hostil. Y cómo un amor filial puede ser irreductible y persistir ofreciendo sus frutos incluso después de la muerte. Amor capaz de defender al ser amado hasta el final por todos los medios, secreto incluido. La escritura como tema de fondo me parece un gran acierto. Enhorabuena, Ángel.
Un abrazo y suerte.
Contar historias o escribirlas es algo para lo que se debería de emplear el alma, cuando no sucede así, se nota. Para informar, simplemente, ya están las noticias, las notificaciones legales, las etiquetas de las botellas o los prospectos de las medicinas.
Esa madre debió de ser excepcional, pero sus hijas no lo son menos, ya conoces el refrán: es de bien nacidos ser agradecidos. Yo también agradezco mucho tu lectura y comentario.
Otro abrazo para ti, Josep Maria
Otro de tus magníficos relatos, Ángel, como siempre. Este vuela alto como una cometa, pero sin cortar el duro hilo que lo une a la tierra. Gracias por ofrecérnoslo. Un abrazo, querido amigo.
De una manera o de otra, a veces de manera inconsciente, buscamos elevarnos, nos mueven propósitos nobles y generosos, pero también es verdad que no todo lo que hacemos es digno, eso nos mantiene pegados a la tierra por más que queramos ocultarlo. Nadie es perdecto y en toda existencia hay algún episodio que no se quiere recordar.
Gracias por leer y comentar, Puri.
Un abrazo
Mujeres de familia que saben unirse para homenajear a esa madre que hubiera querido ser esctitora, contando la invención de lo hermoso y callando una realidad que vivieron y ninguna de ellas (su madre incluida) hubiera querido vivir, y mucho menos contar… Qué cosa oportuna y necesaria la elipsis, y más en estos casos…
Como siempre, Ángel querido, un placer leerte, y más con este micro bello e impactante a partes iguales…
Cariños,
Mariángeles
La perfección y lo idílico no existe, por mucho que lo pretendamos, siempre hay alguna negrura que mancha lo que quisiéramos que solo fuese brillo. En el caso de estas mujeres, vivir esa ilusión colectiva que les une, requiere, como bien dices, de la aplicación de esa elipsis, una realidad que ha de permanecer oculta, sacarla a la luz no cambiaría lo que sucedió ni beneficiaría a nadie.
Muy agradecido, Mariángeles.
Un abrazo
Hola Ángel, qué gran mujer Adela, se merece con creces el homenaje de sus hijas, materializado en ese libro que hará perdurar las historias que ella les contaba cada noche. Hay que ser muy fuerte para mantener esa postura de entrega incondicional a sus hijas, sufriendo las maneras violentas del marido derivadas de los excesos con el alcohol. El ser humano tiene un límite de aguante, esa madre y sus hijas son abocadas a una actuación que nunca hubieran imaginado. Esa «caída no casual», de la que prefieren no hablar, las mantendrá unidas de por vida. Potente relato, ¡enhorabuena!
Un abrazo y suerte.
Como bien dices, todo tiene un límite. Existe la figura de la propia defensa como atenuante o eximente, cuando la propia vida está en juego, pero no es nada seguro que, desde fuera, un juez considerase que la acción conjunta de varias personas contra otra entrase dentro de ese supuesto. Mejor que lo mantengan en secreto y que sigan unidas compartiendo lo que les une, contando solo lo que se puede contar.
Muchas gracias, Juana
Otro abrazo para ti
Un bravo muy grande para esas chicas, las hijas, que homenajean a su madre recopilando y dando a conocer sus escritos. Seguramente para ella escribir fue una válvula de escape o yo como lectora así lo imagino.
Un relato duro y realista con un final «sorpresa» del que, por respeto a Adela y a sus hijas prefiero no comentar.
Me ha gustado mucho, Ángel
Saludos
Unas hijas y una madre dignas de elogio. Como bien dices, sobre el oscuro suceso que vivieron y también les une, puede que lo más prudente sea, como ellas hacen, ni siquiera mencionarlo.
Me alegra que te guste, Pilar.
Muchas gracias.
Saludos
Hola, Ángel.
Un relato con doble vertiente. Por un lado, la amable historia de una esforzada madre que es capaz de dejar todo a un lado para atender, proteger y dar amor a su prole y de cómo, de forma muy tardía, este esfuerzo se ve agradecido y reconocido por quien recibe ese inmenso cariño. Por otro lado, un oscuro secreto familiar que enturbia y avergüenza a partes iguales. Todo ello narrado, como siempre, con tu impoluta y estupenda prosa.
Un cálido abrazo, como siempre, lleno de admiración y cargado de amistad.
Por un comentario como el tuyo ya merece la pena escribir. Las personas, por virtuosas que sean, nunca son perfectas. Tras una fachada en apariencia impoluta, puede latir un punto de podredumbre que es mejor ocultar, por motivos morales y hasta legales. Somos así, seres llenos de contradicciones y contrastes.
Agradezco mucho tu lectura y palabras, tocayo. Ya sabes que la admiración y la amistad son recíprocas.
Un abrazo grande
Hola, Ángel.
Una bella historia: cinco hermanas queribles narrando los cuentos fantásticos que inventaba su madre. Lo importante es eso y el reconocimiento por los sacrificios que ella hizo por sus hijas. Lo otro es un mal recuerdo que no incumbe a ninguno de los presentes.
Un relato escrito con la maestría a que nos tienes acostubrados.
Un abrazo y ¡Suerte!
Hay episodios que es mejor que queden sepultados. Sacarlos a la luz solo traería una oscuridad innecesaria, disgustos, preocupación, sinvivir, un someterse tarde y mal a las leyes de los hombres, de las que puede salir un buen juicio, o no. La verdadera justicia quizá les sea aplicada algún día. Mientras, mejor aferrarse a lo positivo, al amor, a la generosidad y el agradecimiento.
Muchas gracias, Jorge.
Otro abrazo para ti
Hola Ángel, preciosa historia , maravillosamente narrada con un final q no deja indiferente. Bravo!!
Me alegra que te guste, Alejandra.
Gracias por leer y comentar.
Un abrazo
Ángel que tal? Tu relato emociona a cualquier madre que haya dedicado su vida a su familia. Sin pedirlo es un reconocimiento. Merecido y que pocas veces se les hace. Ternura y humanidad destilan esas palabras.
Suerte y saludos. Abrazos.
Todo reconocimiento es poco para la mayoría de las madres. Gracias a su generosidad y entrega muchos hemos salido adelante. Son cosas que se dan por hecho y, como bien dices, no siempre se terminan de valorar en su medida.
Seguro que las hijas de esta familia tiene cada una sus peculiaridades, como es natural, pero se unen para honrar su memoria como si se tratase de una sola persona, sin fisuras, lo que habla tan bien de ellas como de la mujer que les dio todo.
Muchas gracias, Calamanda
Abrazos
Ángel, siempre está bien guardarse historias…para una segunda edición… quién sabe lo que podría dar de sí una caída nada casual, la cantidad de situaciones que debieron producirse. Ojalá que algún dís, las cuente la hija. Para aliviar el peso de un secreto tan poderoso, aunque sea en tercera persona del plural.
Avrazos
Quizá con los años lo guardado a conciencia pueda, al fin, salir a la luz. El tiempo ya sabemos que es un atenuante. De momento han decidido no contar todo, solo lo vistoso, aunque nadie puede asegurar que lo que quería ocultarse no tenga más público, hasta puede que alguien llegue a hacer un musical con esa historia, o una serie, quién sabe (ahora pasan cosas como esa). Son realidades distintas. De momento y, puede que por mucho tiempo, han preferido inmortalizar una de ellas.
Muchas gracias, Paloma
Abrazos