90. Naturalmente viral
A las 7:35 a. m., la madre de Clara subió otra foto a Instagram, con un pijama muy viejuno y gastado, ojeras, taza de café en mano y el pie de foto: “Hoy amanecí humana. Y con ganas de tostadas”
Clara, desde su habitación, gritó horrorizada:
—¡Mamá, borra eso! ¿No tienes un pijama más sexy, moderno? ¡No puedes subirte así! ¡¡Ni siquiera has puesto filtro!!
—¿Y qué? Estoy divina —respondía ella, mientras respondía comentarios con emojis de gallinas y soles.
—¡Mamá, déjame tu móvil, ahora mismo! Al menos cambia tu nombre por uno más moderno y que nadie pueda relacionar conmigo.
—¿Qué le pasa a mi nombre? Luzdivina suena esotérico y así se llamaba tu abuela y tu bisabuela y no sé cuántas generaciones anteriores.
Clara rabiaba: su madre llevaba ya trescientos likes, mientras que su última historia con pose de yoga invertida, apenas veintidós.
—No lo entiendo —murmuraba Clara mientras revisaba su estética minimalista con tonos beige—. No tiene feed, no tiene branding, no tiene sentido.
La madre apareció en la puerta, otra vez con su taza:
—Quizá es que la gente ya está cansada de tanta pose. Yo solo soy yo.
—Demasiado tú. Ese es el problema.
Tu relato, muy actual, acorde con el tema propuesto y bien titulado, plantea la disyuntiva entre lo que es más correcto y lo que no. ¿Ser natural o mantener una imagen forzada? Como bien dice esa madre, quizá ya estamos todos cansados de tanta impostura y tanto intentar deslumbrar, cuando cada uno es como es, y, como decía un amigo mío: «A quien no le guste, que no mire».
Un abrazo y suerte, Encarna
Gracias por tus comentarios Ángel. Las madres y padres de nuestra generación, somos un poco así, naturales pero no queremos perder comba con la tecnología. Y claro, pasan estas cosas.
Un abrazo
Encarna, quiero a esa madre en mi equipo. ¡Viva la naturalidad!¡Abajo los filtros! Me ha encantado.
Un abrazo y suerte.
Ja, ja, Rosalia formemos ese equipo. En el fondo muchos jóvenes envidian a esas madres tan «naturales».
Gracias. Un abrazo.
Yo también me apunto al equipo de madres naturales, diga mi hija lo que diga. Además, no solo es que odie las poses, es que tampoco me salen, aunque quisiera, jajaja.
Un besazo, Encarna.
Somos de otra generación, más analógica y no tuvimos la asignatura del posado, ja, ja.
Gracias Ana María.
Un abrazo
Las poses y filtros de «insta» donde todo es forzado y medio artificial… una guerra perdida de las madres con las adolescentes…
Lo peor es lo de » que nadie pueda relacionar conmigo.»
En fin, ya crecerán.
Un beso, Encarna.
Carme.
A veces crecen demasiado deprisa y cuando nos damos cuenta… volaron. Pero todos los pájareos tienen querencia para regresar al nido.
Gracias. Un abrazo Carme Marí