40. Noche loca en Liliput
El gigante notó un cosquilleo que comenzó en la planta del pie, subió a lo largo de la pierna, se detuvo en los muslos y llegó a la ingle, momento en que tuvo una inmensa erección. Ella, gracias a las lubricantes humedades de ambos, se deslizó por su enorme pene como si fuera el tobogán de un parque acuático, mientras él acompasaba su respiración con el placer. La joven, cada vez más excitada, siguió trepando, erizó el vello del abdomen de su amado, escaló las colinas de la piel de gallina del torso del coloso, besó cada milímetro de su cuello y alcanzó su boca entreabierta. Ella experimentó al fin el éxtasis en su lengua lasciva. Él, en un profundo jadeo, se la tragó.
Bay cosas que se sabe como empiezan, pero no como terminan y, ante semejante desproporción, ese peculiar aventura no podía terminar bien.
Nadie puede negarle a tu relato dos virtudes: es original y con un toque divertido, además de no dejar indiferente, por no hablar de un desenlace en verdad inesperado, también definitivo.
Un abrazo grande y suerte, Ezequiel
Muchas gracias, Ángel, por tu acertado comentario.
Es cierto que, por mucho que queramos prevenir todo, nunca estaremos libres de un final inesperado, para bien o para mal, y a veces, definitivo.
Un abrazo
La verdad que tu pequeña liliputiense hizo un pedazo de viaje lleno de experiencias antes de desaparecer de nuestro mundo exterior. Me parece muy bien contado.
Nos leemos
Muchas veces finales fantásticos tienen un final negativo, pero muchas más, un camino difícil y sacrificado tiene un final feliz. Lo mejor, que también ocurre, es un viaje fantástico que culmine en un final maravilloso.
Gracias por leerme.
Ezequiel, tu micro es una fantasía erótica, la pasión compartida de dos seres a quienes no les importan sus diferencias, a pesar del riesgo que ello conlleva.
Un abrazo y suerte.
Una fantasía exótica con un final inesperado entre dos seres que se aman en igualdad… o no tanto.
Gracias por leerme y por tu comentario.
He aqui un magnífico relato para retomar el ya clásico debate de si el tamaño importa o no.
Enhorabuena, Ezequiel.
Suerte.
Gracias, Rafa, por tu comentario. Queda abierto el debate.
Pues este acto erótico festivo no ha tenido un buen final, o sí quizás no se viva tan mal ente las grandes grutas del interior de ese mastodonte y alcanza el corazón y allí se queda. Buena apuesta Ezequiel , suerte
Gracias, Manuel, por tu comentario y encontrar en el giro final una salida feliz.
Muy bueno y entretenido.
Un abrazo fuerte, Ezequiel.
Gracias por leerme y tu comentario.