Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

QUIJOTERÍAS

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en QUIJOTERÍAS

Bienvenid@s a ENTC 2025 Comenzamos nuestro 15º AÑO de concurso. Este año hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores, y el tercero serán QUIJOTERÍAS Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
15 DE MAYO

Relatos

JUN71. SARGAZOS, de Mei Morán

El barco no dejaba de resbalar en el mar. Las olas y la tempestad se lo rifaban. En babor se amontonaban los marineros y no eran capaces de dominar las velas. Algunos empezaron a malrezar porque porque se habían olvidado de las plegarias, mezclando el credo con el padrenuestro. El capitán anunció que hacían aguas y se encomendaron todos a Dios. Cuando lo habían dado todo por perdido empezó a amainar. Repararon la cubierta en una ambiente de alivio. Los días siguientes, la embarcación quedó incrustada en una calma chicha, que al principio alegró a la tripulación. Sin embargo, pasaron los días y no circulaba ni gota de viento. Fueron gastando las reservas y el agua ya les escaseaba. En su desesperación los hombres se lanzaban al mar infestado de tiburones, enredándose en las algas. Los últimos marinos murieron de sed, antes de que el navío ya fantasma, y, por fin, ligero de peso, lograra moverse en dirección a América.

JUN70. CAMBIOS, de Kalton Harold Bruhl

Sin que pudiera evitarlo, mi esposa cambió, se convirtió en algo diferente.
Se abalanzó sobre mí  cuando le dije que era necesario que visitara a un médico. Caí al suelo y perdí el conocimiento.
Cuando desperté descubrí que tenía  el cuerpo paralizado. Apenas podía levantar la cabeza.
Desde entonces, ella me visita  cada día y  prepara, con sus enormes mandíbulas, la dulce pasta  con que me alimenta.
No comprendo por qué me mantiene con vida, ni por qué, cuando acerca la cabeza a mi abdomen, creo ver en sus ojos facetados un destello de orgullo maternal.

JUN69. CAMBIO DE AIRES, de Teresa Oteo Iglesias

Llegó el viento y se llevó las nubes y con las nubes la lluvia. Llegó el viento y se llevó con él las flores que no hubo, las que perdurarán para siempre en tu imaginación y en mis recuerdos; esas flores que cubrieron los campos de mayo con un brillante y luminoso color amarillo y que algunos nunca pudieron ver.
Llegó el viento y giró la veleta que hasta entonces había guiado mi vida.
Todo sucedió una calurosa tarde de verano, el solano soplaba con fuerza cuando una ráfaga inesperada se llevó mi sombrero, revolvió mi pelo y cambió mi destino; un destino incierto como las nubes de tormenta en noches de primavera y que me causaba una sensación de vacío en el estómago, una aparente calma que precede a la tempestad. De repente lo vi claro: coloqué mis rizos en su sitio, recogí del suelo mi pamela, saqué pecho y con decisión me dirigí a casa, me planté delante de mi marido y le dije:
–       He despejado mis dudas: voy a ser mujer del tiempo.

JUN68. FELICES SUEÑOS, de Luisa Hurtado González

  Madre, usted siempre dijo que él no me quería, que veía venir esta lluvia de lágrimas y que yo no quise escucharla nunca. Quizá tuviera razón, puede que la haya tenido siempre y yo tampoco necesite la verdad ahora. ¿Sabe? Prefiero pensar que un día él simplemente cambió, como el aire; prefiero creer que me amó y que no soy este amasijo de carne y huesos que a duras penas pueden ocultar un alma herida. Madre, ¿sabe usted si me va a doler siempre? Veo ahora como llora junto a mí sin decir palabra y me quedo quieta. Y siento, ¿sabe, madre?, por primera y última vez en mi vida, un poco de vergüenza, por no haber sido fuerte, por no haber sido lista, por no haberla escuchado y estar desnuda ante ese desconocido que me mira de reojo, con el respeto con el que él no miró nunca, ese hombre que educadamente espera antes de empujar mi camilla para colocarme junto a los otros muertos, igualándome a ellos, honrándome sin saberlo. Déjeme, madre, déjeme creer que él me amó; ya no puede dañarme, esté tranquila.

  http://microrrelatosalpormayor.blogspot.com.es/

JUN67. COMO MARIONETAS AL VIENTO, de Maribel Martínez Montoro

Preciosa noche de luna llena, formamos un grupo no muy numeroso para disfrutar de la montaña. Vamos subiendo con calma, agradeciendo los sonidos y los olores que en la oscuridad se derraman.
De vez en cuando alguna risa rompe el silencio y nos dejamos llevar  por las carcajadas, felices caminamos anticipando una noche mágica.
Elegimos lugar para descansar y cada uno va buscando dónde poner su saco, tumbados seguiremos riendo, charlando, durmiendo, y a ratos percibiendo el entorno que sonríe embrujador.
De repente un olor extraño, miramos y descubrimos asustados el fuego devastador. Los nervios nos superan, el miedo invade los sentidos y el sufrimiento de cada ser forma parte de nuestro propio sentir, es el viento el que decide hacia dónde dirige el horror.
Creemos morir; cada planta, cada árbol, cada animalito forma un conjunto en plena ebullición. El humo llena los pulmones y el calor arrasa todo. Pedimos ayuda que no llega, y el viento caprichoso decide cambiar su rumbo, asombrados admiramos cómo de pronto agita fuerte los arboles derrumbados y con llamas se despide de nosotros. Nos abrazamos y lloramos, somos afortunados. Llegan los helicópteros, pero ante nuestra vista se derraman hectáreas y hectáreas de pura desolación.

 http://tecuentohasta6.blogspot.com.es/

JUN66. HARAPOS DE ANTIGUOS SUEÑOS, de Calamanda Nevado

La pobreza hace lo que  el viento fuerte,  enloquecer a la gente. Yo cambie. Apenas si abrazaba los  harapos de mis   antiguos sueños. Me hizo  terco, y mendigo sin cobijo. Me aisló. Un día, no sé cuando, quise  olvidarlo todo, y me arropé solo con cielo y luz del día. Por eso respiro calle, muerte en cualquier lugar, a cualquier hora, por cualquier cosa, supervivientes agónicos, y viajeros de  pateras… Lo que comparto en la mesa común, pan, jarra de agua, caballo, crisis… umbría, hipotermia… mi poca  juventud, y mi vida ¡que lleva muchas prisas!
¿Qué hago? Caminar  débil,  observarme las manos imparables,  sin pulso, y la mirada huidiza y marchita de indigente. Ah, y olvidar sorbiendo cerveza, y trastornando la carne aviejada y sedienta;  herida por los filos del asfalto oxidado, y el brocal de la botella.
 Mi familia no se va de mí, busca encuentros; nunca acudo. Conozco sus corazones rebosantes   de heridas.   Es difícil comprenderse. Representan su mundo;  decorado con oficinas del paro, bancos inquisidores, y bancos ocupados por  desempleo.
Igual algún día… sereno, sonriente, y   recién afeitado. … me ciño un traje… llamo a la puerta de mis padres…, y abrazándolos, los beso… Igual algún día…sereno,

JUN65. MI VIDA CAMBIÓ COMO EL VIENTO, de Estíbaliz Dilla Muñoz

Soplé con todas mis fuerzas para que las cenizas que habían caído sobre mis pantalones se fueran todas juntas con el resto, porque pensaba que si se esparcían, sería como si cada parte de tu cuerpo estuviese en un lugar diferente sin posibilidad de unirse. Mi vida cambió como el viento, de norte a sur, de este a oeste. Fue una virada brusca, intensa, inesperada, que me dolió muy profundo en el alma como si se clavaran millones de agujas en el corazón. Con el paso de los días parece que se van desprendiendo una a una las agujas, y con cada paso que doy hacia adelante, la pena se suaviza pero el recuerdo se aviva. Cuando me invade la melancolía, subo a la cima de la montaña para sentirme más cerca de ti. Y rezo para que el viento no sea muy fuerte y así no te alejes de mi. Me tumbo sobre la hierba de la loma con la intención de buscar una simbiosis terrenal y espiritual, cierro los ojos y permanezco allí un buen rato. Después desciendo relajada y en calma, regando la senda del camino con un llanto silencioso que no puedo controlar.

PUES ASÍ PUEDEN SER 28000….

¡¡¡GRAAACIAS!!!
¡Qué barbaridad!
 ¡¡¡La inspiración se ha buscado
una esquinita permanente por este blog!!!
A ese ritmo de producción llegaremos a los 1000… o a los 28000¡¡¡ Han sido 28 los relatos recibidos en estas 48 horas (…algunos nos han llegado directamente al alma, sois muy amables)
Para poder disfrutarlos publicados, tendremos que esperar a ver si llegamos al 74 en este mes
(nos quedan 9…) o si no lo celebraremos en Julio… 
Seguiremos esperando, con más ilusión aún, que lleguen
 esos vientos cargados de estupendas historias…

JUN64. GIROS, de José Maria Morales Delgado

Me levanté con el viento en contra.
Si no hubiera sido por que necesitaba la cafeína me habría vuelto a la cama. Al salir, la calle estaba desierta; en la cafetería que siempre tomaba mi café, solo estaba el camarero. Al verme me trajo el café y el periódico. En primera página la foto del la cafetería con el siguiente titular: “en el atraco de un banco resultaron muertos  por balas perdidas el camarero y un cliente de la cafetería….”
Ayer me levanté con el viento en contra.

JUN63. SU MEJOR VUELO, de Magdalena Carrillo Puig

Muchas veces se dejaba impulsar por el viento. No le suponía ningún esfuerzo, simplemente relajaba el cuerpo,  extendía sus brazos y, aprovechando su empuje y su fuerza, se elevaba. No como un globo, ni tampoco le aparecían alas. Flotaba horizontalmente, ingrávida y muy alto. Sus ojos adquirían una extraña propiedad que le permitía verlo todo desde allá arriba. Montañas y ciudades diminutas que le hacían pensar que la tierra era un lugar sorprendente y sus habitantes, con sus cuitas, puntitos imperceptibles del universo. Este era el viento de Junio, uno de sus mejores sueños.

JUN61. ROSA DE LOS VIENTOS, de Fernando Andrés Puga

Bastará una ambigua palabra dicha al descuido para ponerme a la defensiva. Yo que era brisa fresca de verano, contendré la respiración dispuesta a todo en cuanto desconfíe.
Acércate con cuidado. Tendrás que caminar con pies de plomo sobre este terreno pantanoso y si descubro malicia en tu intención, largaré el suspiro retenido y desataré un huracán incontenible.
No siempre fui la misma. Cuando aún mi cuerpo no había abierto las ventanas, flotaba entre las hojas iluminando el día. Todo cambió cuando la ráfaga filosa de aquel deseo ladino se atrevió a levantarme la falda. ¡Vaya si cambié! De repente fui un tornado feroz arrancando de cuajo las palmeras de esas ansias salvajes.
Será mejor no decir nada. Que hablen los cuerpos. Deslízate subrepticiamente sobre mi geografía y búscame la rosa de los vientos hasta encontrar el sur de mis sentidos. Si oprimes el botón que abre el cofre secreto, te acompañaré a la cumbre inexpugnable donde habita ese dios que da la vida con el hálito que fluye de su boca.
Aire en movimiento que dispersa las sombras y nos hará bailar entreverados.

JUN60. AIRE LIMPIO, de Nicolás Jarque Alegre

Nunca me imaginé que aquella borrasca que anunciaba la televisión se acabaría convirtiendo en un huracán capaz de limpiar de mi calle a los camellos de poca monta, a los viejos verdes del parque, a los especuladores inmobiliarios, a las putas de las esquinas, a los abrazafarolas, a los violadores, al lobo feroz, a los estafadores, a los ladrones de guante blanco y a todo bicho viviente que ensuciaba el buen nombre del barrio. Desde entonces, es placentero observar como el torbellino que los apresó entre sus brazos los tiene suspendidos en el aire para exhibirlos ante los inocentes que sufrieron la inquina de estos desgraciados antagonistas. Lo único que le achaco a este viento redentor es que no haya podido aún cambiar al animal de mi padre, que sigue recluido entre estas cuatro paredes porque no se atreve a salir de su escondite.  Pero saldrá, seguro, de eso me encargo yo.

 escribenicolasjarque.blogspot.com

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