Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

ANIMALES

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en ANIMALES

Bienvenid@s a ENTC 2025 Comenzamos nuestro 15º AÑO de concurso. Este año hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores, y el 5º de este año serán LOS ANIMALES. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
15 de AGOSTO

Relatos

JUN43. VENTEA EN MI VALLE, de Kistila Cleret de Langavant

Tradición es en nuestra familia que una pareja recién instalada ponga una veleta en el tejado de su casa.
Escogimos una damisela con vestido largo y melena suelta, giraba y se balanceaba emocionada al más mínimo soplo de aire y, entre la neblina del alba,  sorprendí un viento de verano que se enredo en su vestido blanco desvelando sus piernas.
Al llegar el otoño yo estaba tan cansada por mi estado de gravidez, tan sumergida por mis obligaciones ínfimas e infinitas, que poco a poco deje de mirarla como todas las mañanas…
En noviembre a mi marido se le hizo bien claro: “¡Esta veleta ya no sirve de nada!”… en efecto la damita medieval permanecía varada mirando a lo lejos por más que cambie el viento…
Este se complacía en abofetear los transeúntes, romper tejas y golpear con furia las contraventanas de nuestro hogar …pero ella no reaccionaba…
Al llegar la navidad nació nuestra primera hija, al volver de la clínica con ella en brazos levante la vista y se la enseñe a la veleta toda roñosa como petrificada… …venteaba… salio de su sueño  e inicio un primer movimiento… nunca mas se paro…

JUN42. MANUELA, de JoséMa P. Carpintero

No queda rastro de su timidez ni del aire asustadizo que la acompañaba. Ahora camina con paso firme y la cabeza alta, saluda y sonríe con seguridad.
Desde que de su  DNI desapareció la “a” final es otra -perdón, otro-, y la verdad a mí me gusta más ahora. Le siento más real, más feliz y más libre.

JUN41. LA NINFA EN ZAFIRO, de Anais Moutsanas Carela

A través de Junio, danza el céfiro, retornan las brisas incandescentes, los cambios de viento…
Braceaba contra el bramido de las olas, rizadas en zafiro, con las pupilas embrazadas al último hálito de vida. Allí saltó la madre en su ayuda, no sabiendo cimbrearse ni tampoco patalear, y menos permitir que el cuerpo flote. Cambió como el viento.
Regurgitado por los abrillantados rizos azules y espumosos, él se salvó; ella descansó como una sirena inerte bajo techumbres de agua. El mar repitió su melodía de ninfa marina así una y otra vez.

http://diariodemadridnymphicus.blogspot.com.es/

JUN40. TODO CAMBIÓ COMO EL VIENTO, de Macarena Molina

Teníamos claras todas las posibilidades, estábamos seguros del lugar al que queríamos llegar, de la luz con la que emprenderíamos el vuelo, encontramos la fórmula para mantener a flote el bote y navegar y de repente, todo cambió como el viento; aumentaron las posibilidades de uno quedando el otro en la más absoluta miseria, los lugares de interés del uno carecían de importancia para el otro, se hizo la oscuridad y se rompieron las alas, se hundió el bote y ninguno de los dos sabía nadar. El viento fue alejándonos tanto… que cuando cesó volvíamos a estar juntos, de la mano, camino de volver a barajar las posibilidades.

 http://lamuerteesunamujerlibidinosa.blogspot.com.es/

EL JURADO… Y OTRO VIENTOS

Primeramente anunciaros que ayer mismo hemos batido nuestro número de visitas diarias, llegando a superar las 1500; es la muestra de una vitalidad del blog que queremos compartir (como es justo) con vosotras, con todos vosotros. Gracias, es una gran motivación para esforzarnos en hacerlo lo mejor posible.
Agradeceros también  la buena acogida de la selección del jurado, y aprovechar para agradecer públicamente la colaboración de Xavier Blanco que ha sido un excelente compañero en esta labor ingrata de elegir honestamente entre obras de nivel muy muy parecido a sabiendas de que algunas autoras, algunos autores, son amigos, familiares o compañeros de una misma pasión. Lo ha resuelto con una honradez y un parecer exquisitos.
Por último anunciaros que el nuevo jurado ya está listo. No cambian los miembros que corresponden a los organizadores: Rosa Sáez representará al Molino de Bonaco, y Juan Morán por el Sendero del Agua. En cambio hay cambios en los representantes de los participantes, que hemos duplicado además de intentar  obtener la paridad entre mujeres y hombres. Como sabéis, nuestro jurado proviene de los relatos finalistas del mes anterior; y para este mes de junio serán Rosa Molina y David Moreno. Ya han aceptado el reto, y seguramente que ya se encuentran buscando el viento que mejor les parezca

JUN39. HACE MESES CAMBIÓ, de Julio Olmos de Prada

Como una amable y balsámica brisa llegó al barrio hace años, revestido de un halito de bondad que cautivó a todos por igual.
Hace meses cambió como el viento. Todos estaban atónitos.
A soplos se alejo de aquellos que le necesitaban. A ráfagas modificó su opinión. Al socaire de la ambición traicionó a sus amigos. A rebufo de los poderosos medró. Con el aire se ubicó en otros lares. Como un torbellino destrozó todo buen recuerdo.
Parecía otro… Nunca nadie advirtió que su gemelo le reemplazó.

JUN38. RECUERDO DE FAMILIA, de Sara Lew

El viento, como la suerte, tiene rachas. Eso pensé cuando la pelota con la que jugábamos en el jardín cambió súbitamente de dirección y entró en la casa, destrozando de un golpe el jarrón chino del siglo XVIII. Era el único vestigio de la antigua riqueza familiar y que inexplicablemente la abuela se negaba a vender, a pesar de las penurias que pasábamos. Temiendo una buena reprimenda, Marcos y yo corrimos hasta el armario donde papá guardaba sus herramientas y escogimos el pegamento ultra rápido. Aun así la tarde se nos hizo eterna procurando juntar las piezas. Nunca supimos si fue a causa de los vahos que desprendía el potente adhesivo o era el jarrón el que se negaba a recomponerse. Nuestras manos se volvían torpes al intentar atrapar los dragones azules que escapaban de los trozos de porcelana, y que giraban enloquecidos por la habitación, junto con el espíritu del abuelo, aguardando a que una ráfaga de viento se los llevara.

 http://microrelatosilustrados.blogspot.com.es/

JUN37. EL CIRUELO, de Ignacio Rubio Arese

Todo el pueblo estaba al corriente. Fueran ciertas o no las afirmaciones, poco importaba. Ni el más valiente de la zona hubiera osado rozar aquel árbol,  mucho menos trepar a lo alto. Los más viejos afirmaban que las ramas agarraban al intrépido y le impedían bajar, transformándolo en fruto. Más de un leñador intentó talarlo, pero al segundo tajo las hachas se quebraban y el tronco les disparaba astillas hasta abatirlos. El ciruelo crecía solitario en lo alto de un cerro, sin que nadie se atreviera a probar las frutas que rodaban loma abajo. Se decía que quien lo hacía perdía el juicio y acababa ahogado en el río o saltando del campanario.

Cuentan que un día la comitiva real atravesó aquella aldea, y que al infante don Carlos le entró un hambre atroz. Era un joven gallardo, amante de las ciencias. Lanzó una mirada desdeñosa a los lugareños que le advertían sobre aquel árbol maldito. Supersticiones de plebeyos, repuso altivamente, y se metió varias piezas en la boca. Lo cierto es que algo cambió desde entonces. Llegó a ser rey, sí, aunque nada quedó de su lucidez o hermosura. La historia olvido el ciruelo, pero no al rey hechizado.

JUN36. VENGANZA, de Emilio Magdalena García

Nadie fue a su entierro. Ni las nubes, ni el sol, ni siquiera la luna con la que solía jugar al escondite. No hubo plegarias de duelo. Ese día además, los pájaros extrañamente se despistaron, y tampoco se vieron flores por allí.
Sólo un rígido ciprés fue testigo del adiós para siempre del viento.
Lejos de allí, apuntando en dirección contraria al camposanto, la veleta sonreía.

JUN35. DESENGAÑO, de Fernando Sopeña Lopez

Algunas veces, cuando menos me lo espero, siento la necesidad de salir a la calle y expresarme, entonces voy a la habitación de los trastos y busco mi vieja guitarra con su funda de cuadros, me pongo lo primero que encuentro en el armario y bajo al portal, se que si cierro su puerta a mis espaldas ya nada me detendrá. Busco un autobús que me traslade a la otra punta de la ciudad y allí camino mirando al suelo avergonzada buscando alguna placita o parque que me agrade. Cuando encuentro mi lugar me da por llorar y surgen sentimientos a flor de piel, entonces saco la guitarra de la funda y me pongo a cantar aun con lágrimas en los ojos. Mi canción preferida es “Vientos de cambio”. Muchos me dicen que al día siguiente todo será otra vez igual, pero yo no les creo.

JUN34. LA NOVIA DEL VIENTO, de Inés Zapirain López

Es horrible vivir sin amor. Daniela lo sabe. Cada noche simula afectos y cobra por sus caricias. Algunos de sus clientes son amables. Pero otros,borrachos de angustia,descargan toda su frustración sobre esta mujer pequeña y frágil,casi etérea. Cuando Daniela llega a casa no puede respirar. Está cansada. Se aproxima a la ventana y la abre; el cielo es de un color azul intenso, la tramontana sopla vehemente. Se despoja de la ropa y cierra los ojos,quiere sentirse libre, olvidar. El viento al verla se detiene, juega con ella, refresca sus penas. Se torna cálido y suave explorando su cuerpo.Y enredado en su pelo, le susurra al oído hasta hacerla estremecer. A partir de esa mágica noche, la ventisca no la abandona y la visita en el ocaso.Daniela se siente amada y no quiere despertar de ese enigmático sueño. Se perfuma de azahar para deleite del aire, y deja que la recorra lentamente cada noche, hasta llevarse su aroma con él. Pocos pueden sospechar lo que sucede en esa casa cuando termina el día. Pero murmuran contrariados por el cambio del viento. La tramontana es ahora un soplo tórrido y ligero…perfumado de azahar.

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