Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

NEPAKARTOJAMA

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en el tema que te proponemos

Bienvenid@s a ENTC 2024 Este año, la inspiración llega a través de conceptos curiosos de otras lenguas del mundo. El tema de esta última propuesta es el concepto lituano NEPAKARTOJAMA, o ese momento irrepetible. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
Esta convocatoria finalizará el próximo
31 de DICIEMBRE

Relatos

539. VIEJO AMIGO, de Oso de Luna Llena

Sabiduría y eterna paciencia guardas en tu corteza, siempre atento junto a tus cercanos compañeros que saben lo mismo que tu. Cambias sin quejarte con las estaciones, das el abrigo y sobrevivencia a muchos tipos de animales, y a nosotros los humanos, aire fresco que respirar. Aunque no todos te damos la importancia que mereces por tu edad y función mundial, hay quien aún te cuida, te venera y adora, o te deja en tu hábitat natural. Reflexiona persona de cualquier edad, que los arboles son importantes para en el mundo mantenernos, se feliz junto a el y no lo tales por todo nuestro bien.

538. CORRE, de Oso de Luna Llena

Un suspiro largo resuena con eco infinito, se torna en jadeo mientras una joven reposa unos segundos en un árbol, de loa que despiertan al caer la noche. Su vestuario es distinto, hecho a mano, sus largas piernas, su plano vientre y sus fuertes brazos están desnudos, un chaleco de piel animal cubre las zonas prohibidas por el pecado original.

 La hermosa joven corre de nuevo dejando su cabello suave volar con sus agitados pasos entre la maleza, la sombra no le da mucha visión, pero ella conoce el camino, y con mucha experiencia, también como evadir al que desde nacimiento es su enemigo.
 Ella necesita algo que crece lejos de su hogar, pero tiene un vigilante veloz, menos inteligente y todo oscuro, contrario a ella que le pertenece al sol.
 Un árbol caído se interpone en su escapar, y la mano oscura se va  a posar en el hombro de la delicada chica. Ella carece de aliento, y tiene un gran obstáculo, imposible pasarlo fácil. Al segundo que va a cruza, él esta por alcanzarla. No puede pensarlo mucho debe reaccionar, antes que la reacción del ser oscuro la toqué. Falta poco, muy poco. Corre.

536. MARVI, LA MOZUCA REBELDE, de Musgo Verde

Donde está mi tanga, y mi madeja, y mis gafas de buceo; otra vez voy a llegar tarde!!!!!!!
 Reconozco que soy la mozuca del agua más despistada de los alrededores; cuando llega la alborada todas mis compañeras están preparadas con sus madejas de oro en la mano, sentadas en el remanso del río y preparadas para salir al bosque. Yo en cambio, no acabo de asimilar ciertos aspectos de mi profesión, que es eso de pasarte toda la noche hilando, para después intentar cazar a un mozuco y arrastrarlo a nuestro palacio subterráneo. Me parece de fábula.
 Me llamo Marvi, y llevo toda la vida viviendo en este maravilloso bosque, como ya habréis observado mi trabajo es un poco atípico y yo también. Todas mis compañeras cumplen los requisitos exigidos, se peinan, se maquillan y entonan esas canciones románticas,; y por supuesto obedecen todas las normas establecidas, sobre todo las más importantes:  no alejarse demasiado y no contactar con personas.
 Yo intento cumplir con mis obligaciones pero también es cierto que algunas veces me dejo sucumbir a mis más íntimos deseos.
 Hoy voy a ser traviesa. Saldré toda la noche para espiar de nuevo a esos raros pero encantadores humanos.

535. EL PRIMER BESO, de Rama

Una de las mejores emociones del mundo es estar enamorado y qué decir del primer beso?
Y es que el beso en sí, es maravilloso.
Pero como el primero….uffff no hay nada que se compare a un primer beso… no, no, no. El primer beso fue en el sitio ideal para ambos. Los dos coincidíamos en que lo más bello que existe es la Naturaleza en todas sus vertientes, con todos sus rumores, sus olores y su belleza. Por eso, quisimos que el primer beso fuera en el bosque, en la profundidad de los bosques, donde solo estar ya es enamorarse. Y así fue, bajo los chopos y los álamos, los pinos, los abedules, los castaños, encima de las hojas caídas y del césped y las flores silvestres. Nuestro lugar secreto fue ese, a partir de ahí. Mudos testigos de nuestro amor fueron todos ellos y el azul cielo límpido que reinaba aquel día. Este es el motivo por el que todos los meses y, si podemos, semanas, vamos allí… y nos besamos.

534. EL SENDERO, de Caminante

Esta noche te cuento que no todos los caminos llevan al interior del bosque, pues en ocasiones nuestros pasos nos sorprenden y confunden nuestra intención. ¿Qué hay en el interior de ese bosque? Puede ser que encuentres el verdadero aroma de la naturaleza, quizás descubras algún animal e incluso puede que veas plantas extrañas, nunca sabemos que vamos a encontrar cuando emprendemos pasos desconfiados sobre senderos desconocidos. A veces, la mayoría de las veces es más sencillo ver esa gran arboleda desde fuera, no sé si fue la ciudad o fuimos nosotros con nuestros absurdos reparos los que nos alejamos de la naturaleza, de ese contacto que nos hace más humanos y a la vez nos hace sentir parte de ella y a ella parte nuestra. ¿Qué hay en un bosque de tú verdadero ser? Puede ser cualquiera de esas duras cortezas que nos protegen de nuestros semejantes, o quizás que aunque nos tambaleemos con tempestades nunca caemos, a lo mejor es esa paz que encontramos cuando estamos en soledad, o quizás ese sendero que lleva hasta nuestro verdadero interior. Caminando hacia el bosque, el bosque caminará hacia ti. ¿Vienes?

533. TÚ Y YO, de No Ardilla

Erase una vez Yo.
Yo quería ser Tú.
Un día decidió contárselo y quedaron para pasear por el bosque.
–       Verás, Yo, en realidad ser como yo es bastante aburrido. Me paso el día podando árboles…además, si tú fueras Tú, ¿yo quién sería? ¿Yo?
–       Pues sí. Estoy cansado de ser pequeño, blando y con voz aguda. Tú eres alto y fuerte, tienes voz grave y…
–       Para eso sólo tienes que esperar.
Yo se sentó bajo un naranjo por si el tiempo tardaba en llegar.
Le entró hambre y comió muchísimas naranjas. Después le entró sed y bebió savia. Cuando le entró sueño apiló las ramas más bajas para descansar.
Al despertar le dolía todo el cuerpo; miró sus manos y vio lo grandes que eran, gritó y comprobó cuán grave se había vuelto su voz. Fue corriendo a buscar a Tú y le encontró sentado bajo un viejo chopo ya reseco.
–       ¡Tenías razón! – Tú se limitó a mirarle en silencio y a sonreír agarrado a su bastón- ¿Qué te pasa?
–       Ya no puedo levantarme – Dijo Tú con un hilito de voz – ahora soy pequeño, blando y con la voz aguda…el tiempo ha pasado por los dos.

532. EL BOSQUE MÁS HERMOSO DEL MUNDO, de Helecho 2

Hará de esto un par de años, pero lo recuerdo como si hubiese sido ayer. Mientras iba sumergido en mis pensamientos, manejaba a lo largo de una zona montañosa, casi desierta  por donde nunca antes había pasado. De pronto, mi hija pegó un grito. En un principio temí que le hubiera ocurrido algo, pero más bien había gritado de emoción al reconocer el nombre del lugar referido por mi padre en una de las historias que solía contarnos.
El viejo nos relató que alguna vez allí se alzó el bosque más hermoso del mundo, de árboles fragantes y flores enormes, donde la flora y la fauna eran íntimos amigos. Con tristeza en sus ojos, también dijo que debido a la avaricia siempre creciente del hombre, al poco tiempo el bosque se vio reducido a nada: sus árboles fueron talados y sus animales perseguidos. Pero como quien sabía contar cuentos, con un guiño para mi hija terminó diciendo que si alguna vez alguien deseaba ver el bosque como antes fue,  bastaba con desearlo muy fuerte con corazón sincero.
Casi al salir de aquella zona, mi hija miraba cautivada a través de la ventanilla mientras un olor exquisito lo inundaba todo.

531. VIEJO Y SABIO, de Rama

Destaco mucho porque soy muy viejo y estoy rodeado de otros hermanos casi tan viejos como yo. Soy famoso, de eso no hay duda, me han venido a visitar tantas personas en los últimos años que no doy a basto con mis ramas para contarlos. Me han puesto un letrero cerca donde se atreven a decir la edad que tengo. Pero nadie me consultó sobre si yo quería que lo pusieran, vaya!
Me apena que nos hayan vallado alrededor porque yo me lo pasaba en grande con los niños y los mayores que entraban por mis huecos en el tronco y salían por el otro lado. Así somos los castaños, tenemos agujeros tan grandes que parece mentira que nuestros troncos puedan soportar el peso de las ramas y los frutos.
Además tengo nudos que forman extrañas figuras fantasmagóricas. Y más arriba una de mis ramas, la más antigua directamente unida al tronco parece una barca y de hecho ha servido como casita del bosque para centenares de niños. Tengo otra ventaja y es que no araño porque no tengo corteza.
Mi secreto para vivir tanto son las sonrisas de los que me visitan. La sabiduría me la dan las hadas del bosque.

530. DEL BOSQUE A LA SELVA, de Águila

Enrique nació en un bosque. Hasta que no fue llamado a servir en la mili, no pisaron sus pies más pavimento que el rodeno de las sendas. El abuelo de Enrique, en tiempos de copla y búnker, trepaba los peñascos hasta hacerse llegar a un nido de águilas que conocía; Esperaba todas las mañanas la partida de la madre en busca de caza. Cuando volvía, siempre con algún conejo o tordo entre las garras, el abuelo ponía un palito en el pico de los polluelos, forzándoles ha indicar a su madre que aun estaban hambrientos, y el águila, volvía a por más presas que dejaba caer desde las alturas, cuando el abuelo consideraba que con estas artes, ya disponía de la carne suficiente para alimentar a su familia, dejaba siempre comida suficiente para los polluelos y volvía a la cabaña, donde sus “polluelos” le esperaban…
Años más tarde, Enrique se mudó a la ciudad, conoció a Teresa, tuvo hijos y vendió colchones: Desnaturalizado, gris como el espasmódico sudor de los coches… Pero allá en el bosque, sus hermanos de carne roja, le aguardan en las peñas.

529. ASTUCIA LOBUNA, de Hoja Caída

-Mamá, tengo hambre…. Vamos en busca de comida
– Se paciente hijo, hay que esperar a que el bosque esté dormido.
– El abuelo dice que el bosque nunca duerme, y que no hay que despistarse, que cuando mas tranquilo parece que esta todo es cuando mas alerta hay que estar.
– Por eso hijo mío… esperemos a que nuestra cena piense que todo esta en calma y se  relaje para que no tengamos que correr tanto.
Piensa que ellos no tienen en su familia a tu abuelo, que como dice el dicho, el diablo sabe más por viejo que por diablo. Y también influye su cojera que le recuerda cada día   un disparo de un cazador cuando decidió salir de la guarida pensando que el bosque estaba dormido.

528. EL DESCANSO, de Gato Montés 87

Ya le habían advertido de la importancia de todo aquel papeleo. Había sido contratado como becario y no se entendía con la fotocopiadora.

El joven novato no tenía ni idea de cómo trabajar en un equipo tan jerarquizado. Todo se trataba de roles, copias y empleados. Y para su desgracia, nadie lo ayudaba, de veinte que había.
Aunque anotara las instrucciones paso a paso, no estaba acostumbrado al desdén y al escarnio de las nuevas tecnologías.
No tuvo que pasar mucho tiempo para que deliberadamente regresara de nuevo al campo; a su verdadera tierra. El bosque con sus árboles, el cielo con sus nubes, sus hermanos.
El aroma que lo envolvía a la hora de almorzar, horas después de haberse despertado, lo reconfortaba y lo llenaba de vitalidad.
Extraordinario le parecía no percibir ni un mínimo indicio de polución junto al vibrante y matutino cantar de los pájaros.
Bajo el eterno y despejado firmamento azul que arropaba su hogar se olvidó de todo. Y era lógico que olvidara con la rica y esplendorosa naturaleza ocupando extensos parajes colindantes. Todo lo aprendido en el breve periodo laboral, al recuerdo residual.
Se trataba del genuino y puro ambiente de su región.

527. EL SENDERO DEL BOSQUE DE BONACO, de Labrador

Hubo una vez un bosque de árboles pequeñitos que crecían todos a la vez. Habían sido plantados por un anciano labrador que cuidaba que todos crecieran fuertes y sanos. Aquel era un lugar con un encanto especial, pues justo en el centro, rodeado de miles de árboles de poca altura, se alzaba un impresionante árbol, alto, grande y recto como ninguno. Y ese árbol el anciano lo llamó Cerrao, el único que nunca crujía por el viento, era debido a que fue construído por el hombre. Aire, tierra, fuego y agua fueron los elementos naturales en los que se basó como ejemplo de que existe un sitio en Cantabria donde el bosque, naturaleza y hombre, aún, pueden coexistir en perfecta armonía.

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