Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

SERENDIPIA

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en SERENDIPIA

Bienvenid@s a ENTC 2025 ya estamos en nuestro 15º AÑO de concurso, y hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores. En esta ocasión serán LA SERENDIPIA. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
15 DE NOVIEMBRE

Relatos

JUN26. EL DESIERTO, de Miguel Suárez del Cerro

Cuando José y Carlos, dos niños de cuatro y siete años, despertaron aquella mañana, se dieron cuenta de que nada de lo que había a su alrededor se parecía lo más mínimo a su región. En vez de ver el enorme y florido bosque de cada mañana, estaban en un lugar desértico y que parecía llevar siglos abandonado.
Carlos, ¿dónde estamos?
Carlos no contestó, estaba tan asustado como él pero sabía que era mejor ocultarlo. Caminaron durante horas por aquel árido lugar hasta que en medio de una enorme polvareda vieron un  poblado. Corrieron emocionados hacia aquel extraño lugar. Sin embargo, al llegar, vieron que lo que parecía un poblado solo eran ruinas manchadas de sangre. José se agachó a coger un trapo de colores del suelo que parecía una bandera extranjera.
Mira Carlos. Han debido traernos a este país.
Entre las ruinas se levantó un hombre y se acercó a ellos. Carlos y José lo reconocieron enseguida, era uno de los profesores de su colegio.
¿Sabe usted cómo podemos volver a nuestro pueblo? – preguntó Carlos esperanzado.
El profesor los abrazó y con lágrimas en los ojos les reveló que estaban en él.

JUN25. EFECTO MARIPOSA, de Vidal Fernández Solano

Pequeñas causas, grandes efectos. Dicen los científicos que el aleteo de una mariposa en cualquier lugar del mundo puede producir un huracán en el extremo opuesto.
La mariposa aleteó, el viento cambió y el huracán arrasó la ciudad.
Él se hallaba postrado de rodillas, en lo que había sido el salón de su casa. Lloraba. El dolor que atravesaba su pecho parecía no tener fin. Llevaba horas, días, allí, mirando a su mujer y a su hija, cubiertas de lodo, sin vida. Tras una eternidad, reaccionó y salió a la calle para buscar ayuda.
Sólo se veía devastación, hasta donde alcanzaba la vista. En el jardín de su vecino, el viento había arrastrado la camioneta, aplastándole. Sólo se veían las piernas sobresalir por debajo de la rueda trasera.
Se acercó, por si aún estaba vivo, y se agachó para mirar por debajo del chasis. Se incorporó de inmediato, horrorizado, y miró en el espejo retrovisor.
No había nadie.

JUN24. EN PRIMAVERA, de María del Mar García Rojo

Nunca me engaño, siempre lo supe. Se quedó más de lo que yo hubiera sospechado.
Cuando perdió el color dorado del sol y sus ojos miraban al suelo y no al horizonte, supe que no debería quedarse.
No era un hombre sedentario, era un peregrino terrestre, errante, aventurero. Necesitaba cambiar como el viento de lugar, saber de las gentes, conocer los mares, descubrir los paisajes, ver todos los cielos. Nos amábamos, pero su sitio no estaba aquí.
No me arrepiento, si hubiera sabido lo del niño, se habría sacrificado. Tal vez así, si alguno de sus recorridos le traía de nuevo, si al mirarle a los ojos los viera llenos de mundo, si yo me reflejara en ellos podría, a lo mejor, echar raíces a nuestro lado.
El camino fue imponiéndose a su figura. No dejé de mirar hasta que lo único que quedó fue la estrecha linea ondulante enmarcada en el verde intenso de la primavera.

 Yrum

JUN23. MORFINA, de Paloma Hidalgo Díez

El Viento del Sahel ya no soporta más ver sus pequeños cuerpos desnutridos, se ha cansado de que en el negro de su piel se confundan la miseria y el hambre. Ha vuelto a recorrer sus casas soplando con fuerza para barrer su desdicha, pero no ha sido capaz de despegarla ni de sus miradas. Lleno de rabia y de impotencia  ve como la desgracia sigue bailando abrazada a la niña de sus ojos, tan negra como ellos, cuando se aleja.
Por eso hoy se ha vestido con sus mejores galas y ha emprendido un viaje hacia el norte; cargado de calima, del polvo triste que pisan sus esqueléticos pies infantiles y de las lágrimas secas de sus madres, va a recorre la piel de la vieja Europa; a dejar por ciudades y campos la huella de su paso acalorado, la imagen de sus rostros hambrientos y de sus manos  vacías. Soplará herido, estéril; va a bufar entre el verde de parques y jardines; y a recorrer las pecas de caritas sucias de caramelo y chocolate mientras levanta sus gorras y sus globos de colores.
 Viene a traer un poco del sur que agoniza  a nuestro lado, carente de morfina.

 http://unlibroesunjardndebolsillo.blogspot.com

JUN 22. NACIDO VIENTO, de Susana Gil

El  día  que la vida perdió su firmeza  yo nacía viento, flotaba por las calles arremolinando palabras secretas que nunca nadie había de decir. Me vestí de irrealidad y nadé sobre los días sin premura, sin temor. El tiempo había perdido su sentido para mí, transcurría ajeno a mi existencia y la vida flotaba a mi alrededor como una brisa suave que no podía unírseme.
Fui aire para los demás o los demás lo fueron para mí y de esa misma solitud nacía mi naturaleza etérea, mi locura, mi vida.

JUN21. SITIADOS, de Joaquín Valls Arnau

 Aunque escasamente habitada, es una región de tierras fértiles, batida durante buena parte del año por los húmedos vientos alisios procedentes del este. No hace todavía un mes que ambos se vinieron hasta aquí, abandonando sus empleos en la ciudad: deseaban iniciar una nueva etapa de sus vidas, dedicándose al cultivo de hortalizas y a la cría de animales.
Cuando se instalaron en ésta su nueva casa, alrededor de la superficie construida se extendía una vasta pradera. A los pocos días, coincidiendo con un cambio en la dirección del viento y la llegada repentina de una ola de calor, observaron con extrañeza que en distintos puntos de la finca se formaban unos orificios del tamaño de balones de fútbol bajo los cuales, en cuestión de horas, el terreno se desplomaba varios metros. Pusieron algunos cepos e incluso echaron veneno para roedores, pero resultó en vano. Hoy, al abrir la puerta para salir afuera, han descubierto que a sus pies se abría un profundo foso. Sin opción de avisar a alguien que pueda acudir en su auxilio, esperarán adentro, resignados a que de un momento a otro comiencen el ataque a la casa.

HABRÁ FLORES AL FINAL DE LA SEMANA

Aprovechando una consulta …
Los resultados de mayo se publicarán en el blog sobre el jueves-viernes de esta semana.
Y me consta que el jurado ha trabajado duro este fin de semana…
Mientras tanto podéis deshojar la margarita

JUN20. A LA DERIVA, de Pablo Vázquez Pérez

Si el viento amaina yo la abrazaré bien fuerte y me la llevaré conmigo. En cuanto alcance con dos brazadas a esa Vírgen Inmaculada con el niño tallado en madera, flotando entre las ropas y los restos de equipajes.
No puedo ver el mástil, ya se hundió del todo.
¡Vaya, alguien agita los brazos entre aquellos toneles! Quizás podamos llegar juntos hasta la costa.

 http://pablosinbulla.blogspot.com.es/

JUN19. LA MIRADA DE SUS MUÑECOS, de Carlos A. Torres Gómez

No podían creer lo que tenían ante sus ojos: el ángel negro había sesgado el alma de aquella niña. En el rincón de lo onírico, los juegos habían perdido su esencia; las canciones se habían tornado mudas. Se preguntaban quién balancearía ahora aquella batuta responsable de convertir sus fantasías en realidad. Poco a poco lo inerte se fue adueñando de la habitación hasta hacer de ella un mundo asolado por la oscuridad; sin embargo, olvidaron lo que la niña tantas veces les había enseñado: «siempre seréis testigos de mis caminos». Suspiros de luz agitaron las cortinas del juego entre vientos de dolor. El cuerpo había desaparecido, pero su alma permanecería para siempre en el centro de aquella habitación.

JUN18. VIENTOS DE VIDA, de Jose Vicente Pérez Bris

Había malgastado la adolescencia en las calles, militando en una banda.
Al llegar la hora del servicio militar, se declaró objetor de conciencia. Cualquier cosa mejor que hacer instrucción. El tribunal médico le dio dos opciones: limpiar desechos industriales o trabajar en un centro para enfermos terminales. Escogió esto último sin mucha convicción. Le pareció simplemente, más limpio.
Cuando conoció a su primer paciente, cambió como el viento.
Era un anciano sin esperanza de salvación, pero con un gran apego por vivir.
El joven no había conocido a sus abuelos, por lo que aquel hombre asumió el papel. Despertó en su alma perdida, el amor por la lectura. Hablaban durante horas, mientras el enfermo tomaba las comidas o realizaba el aseo matinal.
Una mañana lluviosa, el anciano partió, rompiéndole el corazón.
Lloró amargamente, encerrado en los aseos de la planta.
Maldijo al mundo y la mala suerte. Pensó escapar y tirar todo por la borda. De pronto, alguien golpeó la puerta del baño. Era el jefe de planta.
Un nuevo enfermo acababa de ingresar. Le necesitaban.
Aún con los ojos llorosos, acudió a su encuentro. Era una anciana menuda, de pelo blanco como la nieve. Su abuela  había llegado.

JUN17. SE NECESITA JURADO, de Francisco J. Rubio Consuegra

A nadie se le había ocurrido antes. Una noche, la primera que dormía fuera del frenopático, se me «apareció» la idea: convocar a todos los vientos del mundo en un campeonato internacional para determinar cual era el que más influía sobre la mente humana. O, dicho de otro modo, ver quién era capaz de hacer perder las entendederas antes a un sujeto expuesto a su influencia.
Desde las Rocosas llegó el chinook, todo un mito que, desafiante, miraba al legendario föhn, como si la cosa fuese solamente entre ellos dos. Los “desérticos” formaban grupo aparte, sintiéndose élite: siroco, pampero, sonora, simún… y no dejaban acercarse a ellos al devastador mistral. Mirando a todos con altivez, desde la cercana colina de las dos cruces, estaba el xaloc, que competía “en casa”.
El ambiente se tornó extraño, tenso; la atmósfera, eléctrica. Entre el público empezó a verse algún síntoma de vesania cuando, de pronto cesó el aire y una insoportable calma chicha se adueñó del medio. Descorazonadora, a los tres minutos había conseguido ahuyentar todos los vientos e inducir al suicidio a la mayor parte del jurado, declarándose el premio desierto y aplazándose su convocatoria para el próximo mes de julio.

 http://pequenastretas.blogspot.com.es/

JUN16. COMO UNA MOTA MÁS, de Alba Martín Gómez

Fuera sopla el viento de forma agresiva, casi voraz. Son las tres de la madrugada y el ruido del las tejas tintineantes no me deja dormir. Me asomo a la ventana y abro la persiana para ver mejor lo que pasa fuera. Las fuertes ráfagas arrastran hojas, arenilla y algunas bolsas de plástico, los árboles se agitan como movidos por una fuerza infernal, parece un huracán. Yo en cambio siento paz, me siento como una de esas motas de polvo, pequeña e insignificante, y siento envidia, me gustaría ser arrastrada por el viento como una mota más. Nunca conseguí nada de valor en esta vida, soy mediocre en todos los aspectos y lo que más daño me hace es no poder perder la esperanza de encontrar mi lugar. Este sentimiento me lleva a vestirme y calzarme, salgo a la calle. Quiero dejarme arrastrar por el aire y desaparecer. Empiezo a correr sin rumbo notando como el frío se mete en los huesos y llego a un descampado donde el viento sopla casi de forma cruel contra la arena  desnuda. Me tumbo en el suelo, siento que me elevo y, ahora sí, soy una mota de polvo más.

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