Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

SERENDIPIA

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en SERENDIPIA

Bienvenid@s a ENTC 2025 ya estamos en nuestro 15º AÑO de concurso, y hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores. En esta ocasión serán LA SERENDIPIA. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
días
1
0
horas
0
3
minutos
1
6
Segundos
3
7
Esta convocatoria finalizará el próximo
15 DE NOVIEMBRE

Relatos

NOV112. AL LORO CON EL DRAE, de Javier Ximens

Como escritor —si no tienes hijos— es muy importante estar al tanto de las últimas actualizaciones que realiza la Academia de la Lengua, te puede salvar la vida.
—¡Julio, ven! —oí que me llamaba la dama seca a la que recurro cuando no sé cerrar un relato.
—Voy —respondí, y como autor erudito seguí viendo el partido de fútbol a favor de los recortes presupuestarios en Cultura.
Se conoce que aburrida por la espera se entretuvo hojeando el diccionario que tengo en el atril del escritorio, como libro sagrado. Se marchó airada —hasta el extremo de guadañar el visillo de encajes que me regaló mi madre para que no me plagiaran los vecinos— y me dijo que la próxima vez volvería cuando estuviera dormido sobre el teclado.
Doblemente satisfecho —el Rayo Vallecano había goleado al torero José Tomás—, al finalizar la retransmisión me dirigí a mi mesa y observé qué había estado leyendo la mala mujer. Qué lista es, pensé, no se le escapa nada ni nadie.
El diccionario estaba abierto por esta locución:
«voy. 1. loc. exclm. coloq.: Respuesta de un hijo a la llamada de sus padres con el significado de \»No me esperes\»»


NOV111. DE LA RAE, de Rafa Olivares

Su nombramiento como miembro de la Real Academia de la Lengua levantó gran polémica. Los medios se poblaron de artículos y cartas reprobando tal designación. La causa era el histórico maltrato que Don Servando había dado a la lengua, en sus crónicas periodísticas, durante los últimos cinco años. Especial rechifla provocó el que le asignaran el sillón «g» minúscula, una letra cuyas normas de uso en la escritura, notoriamente desconocía.
Don Servando no se inmutó. Tomó posesión del puesto con un discurso de entrada en el que no faltaron algunas de las perlas que le daban fama, sin embargo manifestó firme propósito de enmienda.
Su búsqueda de redención no se demoró. En la primera sesión de trabajo presentó una propuesta para incorporar al diccionario tres nuevos vocablos que, con sus acepciones, eran:
-Preveer.- Verbo Irregular. Acción de prever pero con mayor anticipación. (Participio: preveído. Gerundio: preveyendo).
-Ostentóreo.- Adjetivo. Suntuoso a la par que ruidoso.
-Fuertísimo.- Superlativo de fuerte. (En castellano antiguo: fortísimo).
La propuesta incluía que su aprobación tuviera efectos retroactivos de un lustro.
En ese instante, y con gran estruendo, el retrato al óleo de Don Fernando Lázaro Carreter, con su gran marco tallado, se desplomó hasta el suelo.

http//:potajedepalabras.blogspot.com.es

***** RELATO FUERA DE CONCURSO *****

NOV110. UN COLOR IGNOTO, de David Vivancos Allepuz

A la conclusión del congreso, los lingüistas anunciaron, para alborozo de académicos y filólogos de todo el mundo y pasmo de la población en general, el relevante hallazgo de la palabra que habría de definir un nuevo color maravilloso y su inminente inclusión en la futura edición del diccionario normativo. Aplaudieron unos la sonoridad de la misma, loaron con entusiasmo otros su oportunidad, todos coincidieron en destacar la adecuación del nombre dado.

Ejércitos de exploradores y aventureros de los cinco continentes se apresuraron a adentrarse en la Amazonía esmeralda, a perderse en los desiertos, ocres y hostiles, y a recorrer de extremo a extremo los níveos casquetes polares, embarcados en expediciones científicas cuyo único objetivo era descubrir en la naturaleza ese color increíble, fantástico y todavía desconocido que ya tenía nombre.

Pasan los años sin que llegue el ansiado anuncio del hallazgo que todos esperamos. Pero no perdemos la esperanza.

http://grimasyleyendas.blogspot.com

NOV109. LO QUE FUE UNA ESFERA, de Lladiu de la Mata

Decían que el hidrógeno sería la energía del futuro, otros apostaban por la fusión nuclear, las renovables,… Durante décadas se predijo el agotamiento del petróleo, sin embargo, nuevos yacimientos brotaban en inospechados lugares. Hace mucho que se comenzó a extraer de la Antártida y tantos territorios que se quisieron preservar. Nos hicieron tener sed de petróleo y todos bebimos con ganas.
Sucedió que en un pozo de extracción se comenzó a oir un tenue y agudo silbido. No se tardó en evacuar la zona por temor a explosiones. A los pocos días el silbido se hizo más perceptible y grave, no sólo se podía escuchar en las proximidades, sino a kilómetros, a cientos de kilómetros. Al otro extremo del mundo decían que captaban algo. Alguien denominó el insólito hecho como la Flatuciación. Unos científicos japoneses se dieron cuenta de que nuestro planeta estaba perdiendo volumen a un ritmo inquietante. Meses después la Tierra dejó de ser una luminosa esfera para ser una especie de engurruñada pasa.
Por lo demás todo bien, la cosa va igual, siguen sacando petróleo.

NOV108. SOMBRA VORAZ, de Ignacio Rubio Arese

Aunque su marido murió hace ya ocho meses, los burtilaces siguen campando a sus anchas por toda la casa. Imponentes burtilaces de cerámica y vidrio, burtilaces disecados de especies dispares, nidos de burtilaz en las estanterías, burtilaces que cuelgan de las lámparas, que dormitan con ojos entreabiertos en las alfombras.
Marta no recuerda con exactitud cómo se inició todo. De improviso una noche, su esposo los introdujo en el hogar, y aquellas criaturas y el áspero olor a aguardiente se adueñaron palmo a palmo de cada rincón.
Lleva meses sin descorrer las cortinas, «ábrelas de una vez, los burtilaces no soportan la luz; haz añicos las ventanas hasta que no quede ni uno», se repite al levantarse. Sin embargo, pese a las contusiones ocultas bajo el traje de luto; a las heridas que mancillan su piel, no consigue desprenderse de ellos. Siente una rabia de serpientes ebrias en el estómago. Querría quemarlos, aniquilarlos. «Mañana sin falta me deshago de todos», se promete exhausta. Pero nunca encuentra la ocasión propicia, y cada noche regresa con bolsas cargadas de ratones muertos para alimentar a los insaciables; a los jodidos burtilaces que la acechan sin tregua en la creciente penumbra de aquel edificio.

NOV107. LOS DOMINGOLUNES, de Marcel Gris

-Existe un tiempo mágico dónde todo es posible. Un espacio entre el fin de la semana pasada y el inicio de la nueva. Un período en el que los sueños se hacen realidad. Un día nuevo que sólo algunos son conscientes de su existencia y, al que se llega, dormido, con los ojos cerrados pero con el corazón lleno de vida. No todas las semanas se pueden encontrar ese día mágico, no es uno más en el calendario. Sólo tú puedes decidir cuando quieres que aparezca en tu vida, cuando lo necesitas. Tampoco sirve invocarlo, sólo necesitas desearlo y ahí estarás, inmerso en él y en tus sueños.
-¿Y entonces?
-Sólo restará disfrutarlo, aprovechar la suerte que has tenido de vivir un nuevo día, de hacer realidad tus deseos en ese mágico tiempo que se te ha concedido. Un lapso que pasará veloz, casi sin darte cuenta, pero que te hará sentir dichoso y feliz. Así son “los domingolunes” y, por eso, son tan difíciles de obtener. Cierra los ojos y sueña con él, tal vez, si tu deseo es fuerte, despiertes mañana rodeado de una magia especial, única y cálida como un beso de buenas noches.

NOV106. LA LIBRERÍA DE LAS PALABRAS INVENTADAS, de Erika González (La Rueca de Aurora)

Me llamo Don y soy dueño de la librería de las palabras inventadas. Todo empezó el día en que recibí los resultados de las pruebas que confirmarían una posible dislexia. En vez de eso, solo descubrieron que simplemente me gustaba inventarlas. Mi sueño, a partir de ahí, sería abrir un lugar donde ningún vocablo estuviera excluido.
Por eso siempre iba con una libreta bajo el brazo, en ella apuntaba todas las que se me ocurrían hasta que Pedro, cinco años mayor que yo, me la arrebató en un descuido. Él fue el que me bautizó Din Don y también el que decía que nunca llegaría a nada con ese nombre.
Mis clientes son muy diferentes, desde enamorados que buscan un lenguaje nuevo o escritores que las necesitan para concursos literarios tan prestigiosos como el de Esta noche te cuento.
Con el tiempo incluso me especialicé en restaurar palabras. El encargo más difícil fue el de un señor que quería descifrar las últimas palabras de su mujer ya muerta. Con una brocha limpié las piezas hasta que el misterio quedó al descubierto. Al entregársela, una lágrima de emoción cayó por sus mejillas mientras decía “Sí que llegaste lejos, Din Don.”

http://ruecadeaurora.blogspot.com.es/

NOV105. BREVIARIO, de María Rojas

Siglos después, lo encontraron en el intersticio de una deslibrada biblioteca, donde la mayoría de sus tomos perecieron por la vileza de los inquisidores; era un libro señalado, un texto cargado de secretos y simbolismos. Se salvó de la quema volviéndose invisible gracias a los conjuros que le recitó Zarmarianga al son de los aleteos de su escoba ansiosa de libertad.

NOV104. LAS GUNFIAS DE FEMÉRINA, de Laura Garrido Barrera

—Tomé el estracelo para practicarle una vingurata en el orificio extierno. Las constantes tribales de su espareto ad el celoide de Femérina eran correctos. Cuando Tricersegundo incisó en su esplegota tuvimos que perdicir rápidamente. ¡Ánema, ricia, clata! ¡estrebiodes, anefabinos!… pero Femérina se nos estravagaba sin saludino.
—¿Femérina ad lutem sin?
—Sin, mi signoria. Tricersegundo menosterció mi vingurata. Yo trebidé en rizo amarindio su esplegota ad Femérina recuperó su tribalianto.
—Ad ¿tras?
—Tras… el celoide in crescendo… hasta que su ortuguvino dejó de pulsilatar, ad yo atrebondé en reterato.
Un mermeroide pulsante asterció la sala. Tricerprimero se atusognó el gironte, mientras Tricersegundo le asterfaliaba sin ruprindas. Tricerprimero, desde el escalante de la pollastra, obturió una signa que entraba. Su ortuguvino pulsilató, las emfambres arremblejaron. ¡Era Femérina, con sus gunfias matentes bien tensas! Obturió a Tricersegundo ad éste sensarrió feliz.
—Nuestro estreborinde arrecato: “Culpable por atrebondar en reterato sin ascenbrondonar sus tribales, el celoide y su ortugivino. Que Tricersegundo se acerque al escalante con Femérina y nos obstricie las gunfias con vingurata”.
Femérina subió las esmorroides de la pollastra, obturió a Tricerprimero ad arrebrincó su escorcio con mantines chupándose el vistelio inferior.

NOV103. LAS PALABRAS DEL PASADO, de María Posadillo Marín

Los recuerdos de mi infancia me llevan hasta aquel cortijo, en la loma de un olivar, donde el verano cambiaba la rutina de la ciudad por los placeres de una existencia desprovista de zapatos y disciplina. Juana, la mujer del guarda, me acogía como a una nieta más y, cada tarde, me escapaba de la casa grande para sumergirme en los quehaceres del campo. Aprendí a cuidar de los animales, manchándome hasta el flequillo de «gallinasa» y « pavasa» como decía ella, y disfrutaba recogiendo los huevos recién puestos bajo la advertencia de no espinchacarlos todos y acabar con una tortilla en el vestido. Me enseñó a aliñar los chorchetes que ablandaba en el pozo, y jugaba a hacer competiciones de » borricos«, después de beber sifón. ¡Si mis padres me hubiesen visto eructar de aquella manera! No hubo otra época igual. Allí las palabras se dibujaban únicas y diferentes, como si su existencia sólo tuviera un sentido en aquel espacio y tiempo.

NOV102. REACTIVAR EL METABOLISMO LECTOR, de Francisco Manuel Marcos Roldán

200 gramos de harina
100 gramos de azúcar
Libros de autores clásicos o contemporáneos
2 huevos
Levadura
Zumo de limón
En sencillos pasos vamos a disminuir la capacidad de no hacer barbarismos, construir frases con sentido. Utilizaremos un amplio léxico para comunicarnos, y obtendremos nuevas experiencias que nos harán ser más persona.
Mezclaremos la harina con los dos huevos y a continuación el azúcar, hasta desaparecer los grumos. Añadimos la levadura. Una vez obtenida la mezcla, buscaremos momentos álgidos de skakespeare, Miguel de cervantes, Poe, Raymond Carver, Mercedes Abad, o cualquier otro libro que contenga esencia. Abriremos varias de sus páginas, con delicadeza, las espolvoreamos en la masa. Media hora de horno a 180º y listo.
No te preocupes si te salen nuevas y serpenteantes palabras que hasta ahora ignorabas, y que no estaban en tu diccionario. Inventa, crea. Notarás como cambia tu metabolismo lector, y disminuirán las dolencias de la ignorancia. La biblioteca volverá a ser tu punto de encuentro culinario.
Para mantenimiento, un plato de sopa de letras nocturna es suficiente durante dos semanas. Verás como las neuronas se reactivan y la vida se vuelve ágil, práctica y profunda. Los remedios de la abuela siempre funcionan.

NOV101. LAS LETRAS CON SANGRE ENTRAN, de Rosa Iglesias Yañez

Entro en clase como cada día arrastrando mis cansados pies. Les miro uno a uno con ojos afligidos, a todos, sin esquivar sus retinas rebeldes e impasibles ante mi angustioso y desganado rostro.
Con el ceño fruncido cansado de su desvergüenza, dejo mi viejo maletín encima de la mesa y muy serio me siento sin decir nada.

Es el último día de otro largo año, me levanto con desgana y empiezo la clase.
Miro el reloj deseando que termine este calvario. – ¿Porqué no habré sido veterinario? Maldigo mi vocación y antes de que sea la hora les reparto las notas, que ni si quiera miran.

Suena el timbre y suspiro de alivio, pensando con horror en el próximo curso.

Recojo mi añoso maletín y mientras salen como bestias sin ni siquiera decir: ¡Por ahí te pudras!
Murmuro entre dientes:“Ni aunque rapeara inventándome las palabras, estos necios aprenderían algo”

Nuestras publicaciones