Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

NEPAKARTOJAMA

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en el tema que te proponemos

Bienvenid@s a ENTC 2024 Este año, la inspiración llega a través de conceptos curiosos de otras lenguas del mundo. El tema de esta última propuesta es el concepto lituano NEPAKARTOJAMA, o ese momento irrepetible. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
Esta convocatoria finalizará el próximo
31 de DICIEMBRE

Relatos

SEP25. ¡SOCORRO! ¡QUÉ ALGUIEN ME DIGA QUE NO ES VERDAD!, de María José Padilla Jiménez

Del árbol de la Historia cae, cómo fruta madura, esta crisis que nos golpea sin piedad. ¡Qué pedazo de chichón nos está saliendo! ¡El hematoma no para de crecer! ¡No hay más que ver el telediario! Grecia, Irlanda, Portugal… y ahora ¡España e Italia!. ¿Qué está pasando? Unos dicen que es el fruto de la avaricia. ¡Un castigo divino por nuestros pecados! Yo no sé qué pensar. ¡Ni siquiera sabía que el banco no tiene el dinero que te presta! ¿Tú lo sabías? Mi tía lo explica muy bien: Si tengo 100€ y te presto 50€. Yo tengo 50€ y tu otros 50€. Entre los dos tenemos 100€. En cambio, si además de ti y de mi, hay un banco al que le doy mis 100€ y al que tú le pides 50€. El banco tiene ¡150€!, los 100€ míos y los 50€ que tu le debes. ¿Qué es la crisis? Tu no devuelves los 50€, el banco quiebra y a mí me toca poner los 50€ para rescatarlo. Yo me quedo en bragas, tú embargado y el banco tan tranquilo. Y encima todo esto es legal. ¡Socorro! ¡Qué alguien me diga que NO ES VERDAD!

SEP24. ENCUENTRO EN EL BOSQUE, de María del Carmen Guzmán Ortega

Trepé al castaño y desde lo más alto que pude subir, encaramada en una  rama que difícilmente podría soportar mi peso, observé sin pestañear al enorme gorila que caminaba enhiesto y cuyos pasos hacían crujir la hojarasca. Traté de  contener la respiración y no hacer ruido, pero entonces el ser levantó la cabeza y me miró. Sus ojos eran humanos e inteligentes, demasiado inteligentes para ser de un gorila, pero demasiado fieros para pertenecer a un hombre. Empecé a temblar de miedo, tanto, que perdí el equilibrio y caí al suelo como una fruta madura. Sentí el sabor metálico de la sangre en mi boca y cómo me sumergía en un pozo muy hondo.
      Cuando salí del pozo me encontré al borde de la carretera, tumbada sobre la hierba, indemne y sin saber quién me puso allí.

SEP23. RITUAL, de Inés Zapirain López

Al atardecer, comienza un ritual que empieza en mi mente descendiendo despacio hasta explotar en mi boca.
Vestida de mil colores, descalza, y con mi cabello engarzado al descuido, entro en la intimidad de mi cocina.
Preisner suena de fondo mientras descorcho una botella de Moscato. El embriagador espumoso se desliza por mi garganta como fruta madura, dulce y fragante burbujea en mi cuerpo.
Entre sorbos imagino el menú: insolentes calabacines, tomates carnosos, chile picante, finas capas de pasta, albahaca…
Separo con ternura una pequeña hoja de la planta frotándola entre mis dedos; la albahaca solo muestra su perfume cuando la acaricias suavemente.
El postre surge de una danza suave: seno de novicia cubierto de espuma de Venus.
Para cuando él llega, la botella de vino está por la mitad y los colores del vestido se mezclan con mi piel.
Mis muslos le enlazan…
Lo único que lamento es que no sepa apreciar mi arte culinario. Siempre comenta que aunque sabrosa, la cena está fría. Yo no me canso de decirle que deberíamos comer antes; pero él, en cuanto cruza el umbral de la cocina, solo puede aflojar su corbata y hacerme el amor entre los humeantes panecillos recién hechos.

SEP22. …COMO FRUTA MADURA EN TORNO A TU MESA ¡SEÑOR, SEÑOR! ASI SON LOS HIJOS, E HIJAS OBVIOUSLY, DE TU IGLESIA, de Marcos Santander Llona

Al principio todo eran graznidos de gaviota que fueron superponiéndose unos a otros unos sobre otros unos en otros unos dentro de otros hasta congelar materialmente el tiempo y temporalmente toda aquella existencia    Más tarde llegaron los mares el hambre y la supervivencia hasta que después de algunas desapariciones masivas todo se hizo mentalmente transparente y humano    Esa fue una de las razones de tanta prepotencia temor y malignidad     El hombre ya era como un dios y creó otros a su imagen y semejanza     En ese momento y poseídos por lo blanco e inmaterial de la inteligencia nadie supo de donde procedía todo lo hallado e imaginamos orígenes razones porqués y conveniencias para poder seguir con bien el camino     Todo resultó falso perdido y digno de conmiseración por lo que hubo que recomponerlo a la mayor brevedad posible     Finalmente ya adultos e independientes recogimos los círculos los triángulos y las rosas escapadas y nos encaminamos hacia aquella otra despensa de sangre dulces y mielinas para poder dar buena cuenta de todos los manjares que anunciaban una nueva religión    Ahora estamos esperando de nuevo el pasado y otro estado más letal y putrefacto.

SEP21. LAMENTO Y ALIMENTO, de Gustavo Gareiz

Ya había viajado demasiado sin poder encontrarla. Ahora estaba frente al mar en el que ella lo había abandonado. Tenía la boca reseca y los pies, en llagas. Algo en su corazón tenía que haber que alimentara sus pocas ganas de seguir adelante.
Hundió las manos en su pecho y se arrancó el músculo debilitado. Una a una, fue corriendo las fibras, apenas latientes. Allí, en el fondo, habitaba, como una fruta madura, el olvido.
Pero justo antes de llevárselo a la boca, el murmullo de las olas le devolvió su nombre. Entonces, prefirió morir de hambre antes que olvidarla.

SEP19. METÁFORAS, de Héctor Ramón Romero

El sol cae a plomo sobre el desierto de mi alma, mi sed de amarte traspasa los limites de tu olvido. Te busco y sigo sin encontrarte. vago errante por las callejuelas sin cielo ni estrellas de tu noche indiferente. Soy un jinete que deambula sin futuro, solo el pasado me obliga a seguir en el presente. Y cuando del árbol de la vida, caiga por su propio peso la última fruta madura, allí estaré yo, … para darte cristiana sepultura.

SEP18. EL ÁRBOL DE LOS SUEÑOS, de Nuria Casado Marco

A esa hora de la tarde en la que la melancolía se adueñaba de él sin poder ofrecer resistencia, era cuando Jesusín dejaba vagar la imaginación y la mirada por la ventana del aula yéndose a posar en el jardincito de ese lado del edificio y recreándose en la belleza de aquel manzano centenario. Iba inventando bellos poemas que parecían fluir de cada una de sus ramas, estos variaban según su estado de ánimo y el del árbol,  cuando parecían despuntar brotes nuevos hablaban de esperanza, si  el crecimiento no llegaba a buen término sus versos eran pura desolación y tristeza, cuando la belleza del fruto estaba en todo su esplendor hablaban del amor verdadero que estaba seguro poder encontrar, así pasaba esa tediosa hora mientras oía como ruido de fondo el runrún del profesor. Siempre había creído que dominaba el arte de la distracción y que podía volver en cualquier momento hasta aquel día en que sintió un fuerte tirón de orejas seguido de un grito que le hizo volver la cabeza y enfrentarse con el rostro rojizo del cura que le escupió en la cara ¡Jesusín a la pizarra!

SEP17. BLANCANIEVES Y LA FRUTA MADURA, de Ginette Gilart

«Tralará larita, limpio mi casita…” Estaba Blancanieves ordenando la casa, cuando llamaron a la puerta. Era una anciana con un cesto lleno de manzanas para vender. Al verlas un poco pochas, Blancanieves preguntó:
_¿No están muy maduras?
_Sí, pero necesito tanto el dinero…
Blancanieves, como alma generosa, le compró todas las manzanas. Con ellas preparó una deliciosa compota; ya tenía postre para los enanos.
Todos se deleitaron con la fruta menos Blancanieves, que últimamente había engordado unos kilitos y estaba a dieta.
Cuál fue su sorpresa cuando, uno tras otro, se quedaron tiesos como la mojama.”Bueno, se dijo a sí misma, no hay mal que por bien no venga. Al fin y al cabo, estos enanos me tenían esclavizada; todo el día limpiando, remendando y cocinando. Después de la bruja de mi madrastra, la tiranía de los enanos, solo me falta un príncipe idiota”.
Así que, preparó su ligero equipaje, agarró su escoba y voló hacia su nuevo destino.

 http://cantabriaendoslatidos.wordpress.com/

SEP15. LA MANZANA, de Eva García Martín

Septiembre: la transición del luminoso verano a la gris rutina, retorno a los quehaceres, a los lugares, a las personas de siempre. Era el primer recreo y en corrillo, mis compañeros rivalizaban por contar sus conquistas y hazañas estivales: Diríase al escucharles que, en tres meses, ya lo habían vivido casi todo.
-¿Y tú, David, no has hecho nada este verano? – Me preguntó de repente uno de ellos al percatarse de que aún no había abierto la boca.
Varios pares de ojos se volvieron hacia mí, expectantes.
– Cada día al salir de casa -comencé- espiaba sus exquisitas curvas, su piel dorada y suave, deseando poseerla. Una cálida tarde, la encontré ruborosa como fruta madura, tumbada en el suelo, esperándome por fin y no pude resistir más la tentación: Me agaché y desnudé aquella carne dulce a dentelladas embriagándome de su fragancia, lamiendo su humedad con avidez, devorándola hasta hacerla mía…
Sonreí al percibir el instante de atónito silencio, la excitación contenida, la tensión hormonal que me rodeaba. Después estallaron todos a la vez
– ¡Y te la…!
– ¡Pero quién era..!
– ¡Y donde …!
La campana llamando a clase me salvó. Aquel curso empezaron a llamarme ‘el poeta’…

SEP13. NOSFERATU, de Paloma Casado Marco

Ondea en tu pelo un aroma de lavanda y hierbabuena. Acerco mis labios, y dejo que mi lengua recorra golosa el levante y poniente de tu cuello rendido, Piel de melocotón, dorada por el cansado sol de otoño, fruta madura. Sabor de plenitud en tránsito hacia la corrupción  impuesta por la muerte. Penetran impacientes en tu carne de uva mis colmillos, y los taninos de tu sangre me embriagan hasta llegar a lo más hondo. La vida, que te abandona, comienza a abrirse paso por mis venas. Tu cuerpo yace con el color cerúleo de la luna, que indiferente y fría, se esconde entre las nubes.
Soy el príncipe de la noche, el que te acecha trémulo cuando el sol declina su mandato sobre la tierra. Pronto, abrirás los ojos sin comprender la sed apremiante en tu garganta, y la violencia nueva en tu boca entreabierta. Viajarás de mi mano en las horas oscuras, y la muerte no tendrá señorío

SEP12. GUSANO TRAIDOR, de Sotirios Moutsanas

  Me llamo Efialtes,  soy un antepasado del que traicionó a los 300 de Leónidas. Aunque durante miles de años todos nos desprecian, nosotros sus ascendientes estamos orgullosos de nuestro abuelo y por eso generación tras generación nos nombramos como él.
En este inhóspito mundo bajo tierra tengo que matar al depredador y los aliens. Esta es mi misión, el ordenador me dio una de 40 billones de posibilidades de sobrevivir. Dejé mis armas en el suelo y esperé. De súbito apareció con sus dos y medio de altura y armado como langosta. Me Arrodillé, y proferí:
—El enemigo de mis enemigos es mi señor y amo.
—Toma.
Cogí una poderosa lanza y le seguí. Matamos a centenares de aliens, cada cien que mataba yo mataba diez, se caían como frutas maduras. Finalmente nos topamos con la reina madre. La lucha fue memorable, finalmente cuando clavó su poderoso disco descuartizándola, yo sigilosamente por detrás le clavé la lanza. Un grito horripilante se escuchó. Me llamó “gusano traidor” y expiró. Le corté la cabeza, prueba irrefutable de misión cumplida.
En la nave mi capitán me suplicaba “¿cómo mataste al depredador?” Muy simple, siguiendo la estrategia de mi abuelo. “La traición.”

 http://en.wikipedia.org/wiki/Sotirios_Moutsanas

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