Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

ANIMALES

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en ANIMALES

Bienvenid@s a ENTC 2025 Comenzamos nuestro 15º AÑO de concurso. Este año hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores, y el 5º de este año serán LOS ANIMALES. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
15 de AGOSTO

Relatos

NOV47. FRESCOS, de Marta Trutxuelo García

El escritor contemplaba, absorto, el crepitar de las llamas consumiéndose, y su mente se fundió con los cálidos recuerdos de las vacaciones de su infancia…. Era mediodía y la canícula no perdonaba. Su padre, sudoroso, miraba solícito a su madre quien, sin mediar palabra, se recogió su espesa melena azabache, tomó el botijo y sirvió a su marido; él prosiguió hiriendo el bloque de madera para extraer el misterio que escondía. Ambos componían un fresco que parecía pintado por Romero de Torres…
Tenía que escribir un relato. Su  mano jugueteaba con el atizador y bailaba al son de la danza del fuego en la chimenea. El luminoso albor de la tez de su mujer encendió como una pequeña lucerna aquella tenue escena. Él la miró y ella, sin mediar palabra, retiró un mechón rojizo que caracoleaba sobre su frente, tomó una botella de vino y sirvió a su marido; él inventó palabras que vistieron el hasta entonces desnudo folio.
Poco quedaba del folclore de aquella escena que el escritor conservaba en la memoria; el tiempo había despojado a la nueva dama del exótico manto de antaño, pero el fuego que desprendía aquella musa inspiradora seguía tan vivo como entonces.

NOV46. CENIZAS, de Raúl Gómez Lozano

Ashley coloca el último tronco cuando el fuego de la chimenea amenaza con morir. Repasa en el espejo de mano el color de sus labios y ríe nerviosa; parece una de aquellas damas de alto linaje. Recoloca su corpiño y su falda de las grandes ocasiones. Diez años ya, y sigue igual de enamorada.
La puerta se abre acompañada por el crepitar de las astillas. De entre las entrañas del invierno aparece él, huraño. Ella advierte extrañada sus manos vacías:
–Creí que habías ido por leña –observa, delicada.
–No quedan árboles secos –contesta él– ¿Se puede saber qué haces así pintada? Pareces una ramera de ciudad.
El tronco se desquebraja en la lumbre.
–Es que hoy…
–¿Y la cena? ¿Será posible que no pueda encontrar un miserable chusco de pan encima de la mesa cuando llego a casa? –grita–. Me marcho a la taberna. Espero que el posadero cumpla con sus obligaciones mejor que mi mujer.
La puerta se cierra con estrépito ante los vidriosos ojos de Ashley. Las lágrimas resbalan en su rostro y se cuelan en sus fosas nasales, junto con el olor de la madera quemada y un forastero aroma femenino.
El fuego se apaga.

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NOV45. PARAGUAS DE PAPEL, de Javier Sánchez Campos

El negocio de los paraguas de papel revolucionó el mercado de los complementos. Mi madre y yo hubiéramos apostado que jamás funcionaría. Por fortuna no lo hicimos. Era impensable suponer cuando le dije a mi padre que el frío no existía, sino que es ausencia de calor, que llevaría su ocurrencia tan lejos. “Si no existe el frío, no existe la lluvia, ergo…” sentenció, creyendo haber realizado el silogismo irrefutable, iniciando, sin saberlo, un próspero negocio.
De ahí a su primer paraguas con tintes de papiroflexia transcurrió algo más de una semana de planos surrealistas y horas de trabajo. Pero concluido el primer paraguas de papel, que vendió a un precio considerable al poco de terminarlo, se desató la locura: tuvimos que alquilar un local, contratar personal y luchar duro por el negocio. Pronto exportamos al extranjero, sobre todo a los lugares menos lluviosos, aunque pocos países se resistían al encanto de aquel extraño híbrido.
Ahora mi padre quiere ampliar el negocio a los bolígrafos que no escriben y a los transportes que no transportan. Dice que el futuro pasa por centrarse en las ausencias. Y es que, desde que murió, se ha vuelto demasiado místico.

 http://laideaquetorciolaesquina.blogspot.com.es/

NOV44. LA MÁS TIERNA HISTORIA DE AMOR Y SEXO JAMÁS CONTADA, de Cándido Macarro

Doblé la esquina, ensimismado como iba en mis pensamientos.
Inesperadamente, la vi.
Mi corazón dio un vuelco y comenzó a latir aprisa, trastabillado. Nuestras miradas, atrayéndose la una a la otra como potentes imanes, acabaron cruzándose y entrechocando estrepitosamente como los sables de dos maestros de esgrima.
Una chispa saltó cuando me zambullí en la profundidad de sus ojos, enigmáticos, misteriosos, lascivos. Una chispa que prendió un voraz fuego que, inevitablemente, acabaría consumiéndonos entre sus llamas.
Me vino a la cabeza, húmedo y lujurioso, el recuerdo de nuestro maravilloso y tórrido encuentro. Ya había pasado un año pero continuaba grabado a fuego en mi mente. Ella, yo, solos y desnudos, cuerpo contra cuerpo, entregados al placer de la carne en una orgía animal y desenfrenada.
 Sé que ella, justo en el mismo instante que yo, también lo recordó estremeciéndose.
Sin embargo, las cosas habían cambiado. Allí estaba en lo alto de aquella escalera.
Y no estaba sola.
Yo… no acababa de comprender.
¿Qué podía ofrecerle aquel hombre que no pudiera yo entregarle con creces?
Las notas de un pasodoble se escuchaban desde algún lugar indeterminado de la calle.
Todavía de añoro, Jacinta.
 ¡Qué nombre tan extraño para una cabra!

NOV43. COMO EL FUEGO FATUO, de Luisa Rodríguez García

Se sentía observado mientras contestaba los numerosos correos electrónicos y llamadas perdidas que no había podido atender por falta de cobertura. Tanto la camarera, una mujer próxima a la jubilación, como los tres hombres sentados a la barra intercambiaban lacónicos comentarios sobre la espesa niebla que cubría el valle, pero no se perdían ningún detalle.

Por eso midió sus palabras al explicarle al jefe de ventas las causas del incidente y cómo había ido a parar a aquel pueblo, del que ninguno de los dos oyó hablar antes. Tampoco pudo seguirle la broma sobre la música que escuchaba de fondo. Sin embargo, lo más difícil fue contener el gesto cuando el director le colgó el teléfono, después de responsabilizarlo de haber perdido un negocio vital, su última oportunidad de continuar en la empresa.
Con la sonrisa congelada y el móvil pegado a la oreja vio desvanecerse su futuro, como el fuego fatuo de la canción que sonaba por segunda vez. Le golpeó una dolorosa envidia al imaginar la vida tranquila de las personas de aquel bar. Pero sus sueños pronto volvieron a asomar. Sólo se habían alejado unos metros, los suficientes para seguir guiándolo.

NOV42. EN LA CARRETERA, de Mercedes Jiménez Rueda

– ¡Dame dinero! -exige Jimmy- ¡Quiero el peluche de esa máquina de ahí!
– Sólo hemos parado para ir al baño -gruñe Emma- ¡Al coche! Ya queda poco.
  Jimmy resopla y obedece. Emma lo sigue, se coloca las gafas y arranca el viejo ford. El motel de carretera se esfuma entre el polvo.
– ¿Por qué papá no vino a buscarme al cole?
– Te lo he dicho, le quedaba trabajo, me pidió que te llevara de excursión. Luego vendrá él.
– ¡Ay! El peluche, idiota. Papá me lo hubiera comprado.
– Claro, le sobra pasta para malcriarte.
  Jimmy patalea, la rabia quema su frente como el fuego: odia a su nueva niñera. Se prepara para escupir cuando una brusca frenada lo derriba. Al incorporarse, observa una sucia cabaña y un hombre enorme, que se aproxima.
– ¿Y ése?
– El mayordomo -se burla Emma.
– Si parece un gorila rubio…
Antes de terminar, una fuerza animal lo saca del coche.
– ¡Quiero que venga mi papá! – lloriquea.
– Yo también -contesta el hombre-. Paciencia, cuesta reunir todo el dinero que le hemos pedido como rescate.

NOV41. (SIN TÍTULO) , de Francisco Javier Almarcha Sánchez

Como el fuego me asolas en cada encuentro. Combustión espontánea, hija mía. No sé cómo, de repente me encuentro en tu hoguera, cual cerdo asado en campamento salvaje, y tú relamiéndote mientras piensas el jugoso bocado del que solo dejarás huesos mezclados con brasas.
Como el Fénix renazco de mis cenizas, una vez más, y más fuerte que la anterior. Sin embargo, este proceso me cansa, me hace perder mucho tiempo… Está bien esto de ser invencible, pero también lo estaría no tener que sobrevivir a cada estrago.
Digo basta. Hasta aquí hemos llegado. Voy a danzar pidiendo lluvia y no pararé hasta que el último miasma de tu más profundo magma se haya convertido en playa tinerfeña, por ejemplo. Voy a encargar al océano que te cubra bien cubierta y no te deje respirar más ya.
Tú te ríes, porque esto ya lo has oído antes.
Yo sigo preguntándome, sin dar crédito, cómo es posible que el fuego venza al agua.

NOV40. FUEGO EN LAS VENAS, de José Ángel Gozalo

Cuenta una antigua leyenda que el Diablo se enamoró de una hermosa joven prometida con un pescador. Su deseo de poseerla era tan intenso que una noche sin luna se introdujo en el cuerpo del hombre para satisfacer su lujuria y la llevo hasta un claro del bosque.
Después de yacer juntos, ella sintió que se quemaba por dentro y mirándole a los ojos en busca de ayuda descubrió en ellos la muerte.
Descubierto el vil engaño, huyo aterrada de allí. Pero el diablo la persiguió  hasta un acantilado al borde mismo del mar.
— ¡Si no eres mía no serás para nadie! —le gritó arrojándole todo el fuego del infierno en el momento en que ella saltaba al vacio.
Su cuerpo descendió lentamente hasta el fondo del mar donde, el rey Neptuno, apiadándose de ella y prendado de su belleza curó las quemaduras de sus piernas cubriéndolas de  escamas plateadas y aletas.
Dicen que cuando las sirenas entonan sus hermosos cantos  para enloquecer a los pescadores y llevarlos mar adentro  es por el poder de la sangre maldita de su  padre, que corre por sus venas, sedienta todavía  de venganza hacia  uno de aquellos hombres que le robó el amor.

 http://pensarenletra.blogspot.de/

NOV39. ESTO ME QUEMA…, de Rosa Mª iglesias Yañez

ESTO ME QUEMA, como el fuego quema los montes dejando desolación y muerte.
Me quema el alma ver como se hunde este país en el que tan a gusto hemos vivido. Y del que tan orgullosa me siento.
ME QUEMA LA RAZÓN, el ver como ladrones poderosos roban nuestro dinero y salen indemnes de tal atrocidad.
ME QUEMA EL CORAZÓN, que familias enteras se queden en la calle y nadie haga nada para evitarlo.
 LO QUE MAS ME QUEMA, es que nos agarren, retorciéndonos los huevos, explotándonos como a cochinos, simplemente por que es lo que hay. No tenemos salida.
ME QUEMAN LAS INJUSTICIAS, que hacen que la vida nos pueda cambiar de la noche a la mañana.
ESTO ME QUEMA y hace mas daño que el mismo fuego, porque sin llamas,  nos llevan a la desolación, desesperación y en algunos casos hasta la muerte misma.

http://clavametusojos2.blogspot.com.es/

NOV38. PALABRAS ARDIENTES, de Pilar Pastor

Encendí el fuego con el calor de mis palabras. Envueltas en llamaradas ardían en el aire, que las zarandeaba … tornándolas incontrolables. Unas, altas y esbeltas. Otras, pequeñas e irregulares. Rojas, naranjas, amarillas, … ¡ todas chisporroteantes !
Entre sábanas de humo crecían… ¡ cada vez eran más grandes! Despiadadas y malignas, corrían por las calles. Iban camino del bosque, en busca de nuevos leños para que el fuego no se apagase.
Las vi cómo salían de detrás de los árboles. Pronto me vi rodeada de \»meigas\» con negros trajes, que ocultaban sus rostros para empezar el Aquelarre:
¡Conjuros de luna llena,
sortilegios en el aire!
Alzo mi pensamiento a los cielos, a las nubes y a la luna brillante:
– ¡Lágrimas inocentes – deseo – que este fuego apaguen !
Las estelas de humo ya se desvanecen en el aire. Empolvadas de cenizas, en estado agonizante, rescato mis palabras.
Recuperadas ya de sus heridas, bañadas con lágrimas de sangre, en mi alma las guardo.
 ¡De allí es de donde salen!

NOV37. EL TEMPLO DE LAS ALMAS, de María Elejoste

Recuerdo el silbido de la flecha acercándose, el impacto en mi pecho. Dolor. Caí. El sonido de los cascos de los caballos acercándose. Oscuridad. Abro los ojos y me encuentro de pie frente a una puerta de bronce. Se abre al simple roce de mi mano. Una sombra me recibe y me invita a despojarme de mi armadura, me siento ligero. Me guía hacia el centro de una estancia infinita llena de cirios cuya luz crea figuras en las paredes.  La sombra se detiene frente a una fuente de agua, debo lavarme. Me siento en paz. Mi acompañante prosigue su deambular hasta difuminarse frente a las velas. Ya se donde estoy, he oído hablar a los moribundos: es el templo de las almas. Soplo, exhalo mi último aliento sobre una vela sin encender y nace una pequeña llama. Es diminuta pero su calor traspasa mi piel. Oscuridad. Muy lejos de allí una pira funeraria despide mis despojos y la espada de mi estirpe. Abro los ojos y unas manos cálidas me recogen. –Es niño- exclaman. Rompo a llorar, vuelvo a empezar.

NOV36. A SORBOS, de Amparo Bárcena

Recientemente descubrí la calle. Vi en ella la posibilidad de dejar boquiabierto a más de uno -incluidos mis avergonzados progenitores- y me gustó la idea.
En mi ocupación anterior como profesor de Ciencia Sociales- tan seria, tan aburrida…-escupía conocimientos. Ahora lo que me satisface es aparentar que como el fuego y contemplar cómo, para esos bajitos a los que antes adormilaba en clase, me he transformado en un héroe malote que hace travesuras en cualquier esquina. Pasar de ser su peor pesadilla a hipnotizarles cada fin de semana me produce una satisfacción imposible de pagar. Ahora soy feliz.
Mientras busco, entre otras, la mirada sorprendida de la pequeña Lidia o la sonrisa picarona de Tomás, me digo satisfecho: ¡Esto es otra historia!

 http://lamedores.wordpress.com/  (Lindasta07)

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